domingo, 27 de septiembre de 2009

The Cult dan un concierto de diez en La Riviera


The Cult
en estado puro y eso mismo tuvimos, los británicos no decepcionaron. La Riviera a tope, y todo hay que decirlo, un público entregadísimo que no bajaba de la treintena. El espectáculo se dividió en dos partes, una primera donde desgranaron de pe a pa el disco Love, y una segunda donde pudimos oír temas de álbumes como Sonic Temple o Electric, entre otros. Para terminar, vuelta a tocar She sells sanctuary, algo que según Ian Astbury, no hacen nunca, y que en esta ocasión fue un regalo al entregadísimo público que pedía más y más. Astbury, que ha sido bastante criticado por su estatismo en el escenario y por su pérdida de voz, estuvo soberbio. No sólo no dejó de moverse y de animar al público, sino que su voz tuvo el timbre de siempre: brutal. Quien no decepciona nunca y tampoco lo hizo en esta ocasión fue el guitarrista Billy Duffy, con su estilo tan personal. Aunque el concierto merece un diez sin dudarlo, tengo algunas pegas. La primera, que al tocar el Love de principio a fin se pierde el elemento sorpresa de todo concierto, la ansiedad de ver qué canción van a tocar a continuación. En la segunda parte tocaron demasiadas canciones de los álbumes más recientes que brillan bastante por su falta de calidad, y un error imperdonable, ignoraron por completo el Ceremony, un álbum redondo como pocos. El hecho de que volverían a salir a tocar otro tema estuvo muy bien, pero podrían haber tocado una que no hubiesen interpretado ya durante el concierto, tienen repertorio suficiente para no necesitar repetirse. Por último, el concierto duró una escasa hora y media, y todas las canciones las tocaron mucho más aceleradas de lo que son en realidad, no sé si tendrían ganas de irse ya, pero lo parecía. A pesar de tantas pegas, repito, un concierto de diez, una cita inolvidable y un listón altísimo para los grupos actuales que creen que con tener un buen productor y buenos efectos de voz y sonido en el estudio es suficiente. El directo es la prueba de fuego de cualquier grupo, y The Cult lo saben, y como lo saben, no defraudaron.

Un Tarantino muy poco inspirado en Malditos bastardos


Tarantino
es Tarantino, o se le odia, o se le ama, no suele haber términos medios. Por eso me ha sorprendido mucho que tantos acérrimos defensores del director -entre los que me encuentro- nos hayamos tirado de los pelos ante Malditos bastardos, mientras que mucha gente a la que sus anteriores films no les habían apasionado tanto, alaban ésta última película como una genialidad. Baste darse una vuelta por internet para ver las enconadas discusiones sobre el film. No voy a decir que sea todo negativo en él, de hecho, si no fuera de Tarantino hasta tendría su punto, pero es que a Tarantino a estas alturas hay que exigirle bastante más. En este film se limita a servirnos unas soporíferas dos horas y media de diálogos interminables, secuencias que no encajan entre sí, historias absurdas y sobre todo, una película de un humor bastante chabacano, que, salvando obviamente las diferencias, me ha recordado a films de humor tan deplorable como Top Secret, por poner un ejemplo. Recientemente ya conté que había leído la novela Sin destino, en la que se cuenta con toda la crudeza de la realidad, la experiencia de un adolescente en un campo de concentración nazi -algo que vivió realmente su autor-. después de esto, banalizar el tema de la II Guerra Mundial me parece un error bastante tonto. Tarantino pone a Hitler y compañía como una panda de imbéciles, y según su mundo paralelo, acabar con ellos podría haber sido lo más fácil del mundo, vamos, que murieron un montón de personas porque sí. De otro lado tenemos los puntos positivos que básicamente se centran en las actuaciones de los actores, principalmente el tan alabado Christoph Waltz y un divertidísimo Brad Pitt que demuestra una vez más que se mueve como pez en el agua en la comedia. Sí, hay momentos divertidos, pero muy pocos. Sí, hay casquería y tiros a mogollón, pero poco. Los elementos reconocibles del cine de Tarantino están ahí pero disueltos en las dos horas y media interminables de duración del film y en diálogos que en otras películas eran ágiles y divertidos -quién no se acuerda del diálogo de las hamburguesas en Pulp Ficcion, o en la increíble escena del corte de la oreja en Reservoir dogs donde las palabras sobraban, y qué decir de cualquiera de los ingeniosos diálogos de las chicas de Death Proof. Sí, tengo que decirlo, Tarantino me ha decepcionado en esta ocasión, creo que se regodea demasiado en sí mismo y que ha perdido la frescura de sus anteriores trabajos donde no quería ser tan pretencioso, tan sólo divertirse y divertir al público. Una pena. Lo único que espero es que vuelva a lo que sabe hacer y se deje de experimentos.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Sin destino de Imre Kertész:, el holocausto en los ojos de un adolescente

Hay libros que es inevitable que marquen y que no podamos sacárnoslos de la cabeza, es el caso de Sin destino del húngaro Imre Kertész, premio Nobel 2002. La novela cuenta la historia de un adolescente judío de tan sólo 15 años que es trasladado de su Budapest natal a varios campos de concentración nazis, entre ellos el terrible Auschwitz. Lo realmente impresionante de este relato es que el propio autor vivió esta situación, pues fue deportado a los campos de concentración a esa edad. Lo novedoso de esta historia, después de tantas novelas sobre el holocausto, es el punto de vista ya no de un adulto, sino el de un adolescente que se ve arrancado de todo lo que ama y conoce, y pese a que en momentos desearía abandonarse y morir, su propia juventud le hace seguir luchando por la vida. Uno de los pasajes más emotivos es en el que el protagonista, derrotado, moribundo, enfermo, con el cuerpo supurando, decide dejarse morir, terminar con tanto suplicio y no seguir luchando más. Sin embargo, ve el cielo, ve las chimeneas de las que sale el humo de los cuerpos que están quemando, siente la brisa en su cara y no puede dejar de desear seguir "viviendo en este campo tan bonito".Es uno de los momentos más escalofriantes, cómo hasta en las condiciones más adversas el arraigo a la vida hace que hasta el horror más inmenso se vuelva lo más hermoso del mundo. El libro es de una gran dureza, los padecimientos del joven y sus compañeros nos son descritos sin ningún rodeo: el hambre, las enfermedades... como la primera vez. Pero también supone una reflexión necesaria sobre una atrocidad de la que, por mucho que leamos, por muchas fotos que veamos, por muchas películas, nunca deja dehorrorizarnos. Un testimonio necesario que arrojar a la cara de los que aún hoy en día tienen la poca vergüenza de negar el holocausto.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Botchan de Natsume Soseki

Ya lo he dicho más de una vez, introducirse en la literatura japonesa es meterse en un mundo totalmente diferente. Sí, más rígido y marcado por la tradición y las normas, pero también con unos valores que tanto se está lamentando Occidente de haber perdido, y un amor por la naturaleza y lo bello que nosotros jamás podremos entender. Baste una anécdota que me impactó muchísimo. El autor de Botchan, Natsume Soseki, estuvo viviendo en Inglaterra tres años ya que había recibido una beca del gobierno japonés para estudiar allí. Nunca se adaptó a la sociedad británica. Un día invitó a uno de sus compañeros de estudios a contemplar cómo caían los copos de nieve. Éste se burló del japonés junto al resto de los estudiantes. Esta panda de mal educados quizá no supo jamás que en Japón invitar a una persona a contemplar cómo cae la nieve es signo de respeto y amistad hacia la otra persona. Sensibilidades aparte, Botchan -que quiere decir niño mimado- es una novela hilarante, perfecta para aquellos que aún no se hayan adentrado en la literatura japonesa. Cuenta la historia de un joven que ha sido mimado hasta el extremo por su aya, y que tiene que marcharse a dar clases a una escuela de un pueblo recóndito de Japón, siendo que él vive en Tokio. Nada más llegar pone motes a todos los profesores, sin embargo, es él el que recibe las continuas burlas de éstos, y especialmente de sus alumnos, que sin ninguna piedad se lo hacen pasar bastante mal. El protagonista a veces llega a darnos lástima, otras despreciamos su incultura y sin embargo sus aires de superioridad, pero todo ello sin poder parar de reír. Si Botchan destaca por algo es por su humor, no en vano es una de las obras más leídas de Japón. Natsume Sōseki es de hecho uno de los escritores más importantes de Japón, y su estudio es obligatorio en los colegios. Además, el gobierno japonés incluyó en 1984 su efigie en los billetes de 1000 yenes. Pero que esto no asuste a nadie, Botchan es una obra de juventud, y como tal, se lee casi sin darse uno cuenta. Es entretenida, es ágil, y sobre todo muy, muy divertida.

lunes, 21 de septiembre de 2009

Primer amor de Ivan Turguenev


Ivan Turguenev es uno de los imprescindibles si hablamos de literatura rusa, quizá menos conocido por el público en general al compartir espacio literario con dos de los gigantes de la época: Tolstoi y Dostoyevski. Sin embargo, Turguenev no es en absoluto un escritor de segunda fila, Padres e hijos es una novela de una fuerza impresionante y una hondura psicológica que va más allá del tiempo, y que aunque fue escrita en el siglo XIX, retrata a la perfección las difíciles relaciones entre padres e hijos, a un paso entre el amor y el odio, con una vigencia asombrosa. Sin embargo, en esta ocasión quiero hablar de Primer amor, una novelita de algo más de 100 páginas que se lee casi sin darnos cuenta. En ella asistimos al primer amor del adolescente Vladimir Petrovich, recién salido de la infancia con sus escasos dieciséis años, enamorado locamente de una princesa venida a menos de 21 años, que está bastante más de vuelta de todo que él. El relato, como casi todo lo que escribe Turguenev, es de una gran vigencia. ¿Quién no ha sentido ese violento primer amor? ¿Quién no ha estado dispuesto a hacer locuras por alguien? Turguenev nos retrotrae a nuestra adolescencia, un periodo en el que todo sentimiento es exaltado al máximo, donde todo es nuevo: se vive el primer amor, pero también los primeros celos, las dudas, el despecho... Además de ello, la novela viene cargada de una gran dosis de humor, desmitificando toda la grandeza que el personaje cree percibir en su pasión y en los elevados ideales que tiene de la vida y del mundo en general. Con esta novela Tuerguenev nos muestra cómo el primer amor, y por extensión, el primer desengaño, nos abre las puertas a la madurez.

domingo, 20 de septiembre de 2009

Distrito 9: el gueto de los extraterrestres


Distrito 9
, la película producida por
Peter Jackson y dirigida por Neill Blomkamp, ha sido la gran revelación de la temporada. Hacía tiempo que no veía una película con un planteamiento tan original, que rompe los rígidos moldes de los géneros, y que además, supone una profunda reflexión sobre temas que siguen siendo polémicos. El argumento: una nave extraterrestre llega por error a la ciudad surafricana de Johannesburgo, allí queda parada por un fallo mecánico, así que los humanos crean un gueto al que llaman Distrito 9 donde malviven entre la violencia, el hambre, la delincuencia, la suciedad y sobretodo la degradación y el rechazo de la población humana. Los extraterrestres son víctima de los experimentos humanos y tienen prohibido relacionarse con ellos. Hasta ahí el argumento, del que no quiero revelar más porque lo mejor está por llegar, pero es que esta película es mucho más que eso. Se ha publicitado mucho el enfoque novedoso al colocar a los humanos como los malos y a los extraterrestres como las víctimas. Sí, es novedoso, pero insisto, hay más. Lo realmente brillante del film es que es una auténtica metáfora del apartheid, poniendo a los extraterrestres en la piel de los negros surafricanos. Pero sí, hay más. Se puede incluso extrapolar a nuestro mundo occidental, donde tratamos a los inmigrantes como a ciudadanos de segunda, y eso en el caso de que se les llegue a dar la categoría de ciudadanos. Por último, no puedo dejar de destacar el estilo documental que adopta la película, que han conseguido adaptar tan bien al ritmo de la misma y que hace del film un experimento aún más arriesgado, si eso es posible. Distrito 9 nos reconcilia con el cine, sí, puede hacerse cine de calidad e innovador, y hacer taquilla.

Chiquita de Antonio Orlando Rodríguez

Chiquita, la novela del cubano Antonio Orlando Rodríguez, es un libro singular. Ganador del premio Alfaguara 2008, narra la historia de una liliputiense cubana -que medía apenas 60 centímetros-, que triunfa en los escenarios estadounidenses. Pero esto es sólo una excusa para introducirnos en el apasionante momento histórico de la época: la guerra entre cubanos y españoles, y la pérdida de la colonia; la intervención del Gobierno estadounidense en la isla; el periodismo sensacionalista de EEUU, y sus dos protagonistas Hearst y Pulitzer; el ambiente decadente de París y sus artistas, y un largo etcétera... Pero la excelente recreación histórica no es lo único destacable, hay también lugar para el realismo mágico, y para la historia dentro de la historia, y los continuos juegos que no nos dejan estar seguros en ningún momento de hasta qué punto Chiquita es una invención del autor o un personaje real. Es cierto que la novela está muy bien documentada, y que al final aparecen fotos de la época de Chiquita, pero nunca se sabe... Una gran novela por muchísimos motivos: recrea un momento histórico de una manera amena y divertida, tiene la escritura ágil y dicharachera de los autores latinoamericanos, nos acerca a un mundo -el de los espectáculos de vaudeville, los enanos y los gigantes- prácticamente desaparecido de la memoria actual, y muestra cómo hasta el ser más pequeño puede ser el más grande. En ocasiones recuerda el mundo fantástico y fabulado de Big Fish de Tim Burton, en otras, La parada de los monstruos, pero la mayor parte del tiempo, nos introduce en un mundo muy personal y mágico, una época y unos personajes de una fuerza imparable.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

The resistance, lo nuevo de Muse


Por fin salió ayer a la venta el esperadísimo nuevo disco de Muse, The resistance, que va a provocar no poca polémica. Mathew Bellamy y compañía ya venían avisando que iba a ser un disco totalmente diferente a lo que habían hecho hasta el momento: "glam" o "música que podría escucharse en una emisora de clásica" fueron algunos de los términos que utilizaron. En fin, vayamos por partes. Tras la sorpresa inicial que provoca escuchar un disco tan ecléctico, poco a poco se le va cogiendo el tono, este es uno de esos discos que hay que escuchar una y mil veces, con atención, no es fácil hacerse con él a la primera escucha. Hay un poco de todo, desde cortes al más puro estilo Muse, hasta canciones con sus cacareadas influencias que ellos llaman glam, y que yo simplificaría en que se han dado una sobredosis de Queen (lo reconozco, detesto a Queen), con coros grandielocuentes en momentos de la canción que no vienen mucho al caso. No puedo entender cómo un grupo con un estilo propio tan personal han terminado por copiar a otro grupo, de verdad que no lo entiendo. El disco termina con tres llamativos cortes en los que Bellamy nos muestra sus increíbles dotes para el piano, quizá de lo mejorcito del disco. Lo dicho, hay que echarle más escuchadas, sin embargo, en un primer acercamiento parece que el nivel ha bajado un poco respecto a anteriores trabajos. Cabe preguntarse también cómo van a llevar al directo tanta orquesta, coros y demás. La respuesta la tendremos el próximo 28 de noviembre en el Palacio de Deportes de Madrid. Yo no me lo voy a perder.

martes, 15 de septiembre de 2009

Muere Patrick Swayze a los 57 años

Hoy ha muerto Patrick Swayze. No era el mejor actor, quizá tampoco el más guapo, pero hoy hablándolo en el trabajo me he dado cuenta de que realmente ha sido un icono para la gente de mi generación. Ahora se recuerdan especialmente películas como Ghost, Dirty Dancing o Le llaman Bodhi, éxitos de taquilla en los que mostraba su vena romántica, sus dotes de bailarín, o simplemente su cuerpo musculado. Sin embargo, yo nunca olvidaré al Patrick Swayze de la serie Norte y Sur, allí fue donde le vi por primera vez, y me enganché terriblemente a la serie, y eso que sólo era una niña y no tenía muy claro por qué ni cuándo se había armado tremenda guerra civil, pero allí lo aprendí. Y si no era nada del otro mundo ¿por qué semejante revuelo? Quizá porque ha sido una persona coherente y decente, sin escándalos, con una carrera, sí quizá de taquillazos, pero sólida y de lo más digna, y sobre todo, porque ha luchado hasta el final contra un cáncer al que al final no ha podido combatir. Morir con 57 años es de lo más injusto, pero por lo menos nos quedan sus películas, su sonrisa y esa lección de vida.

viernes, 11 de septiembre de 2009

Gordos: ¿humor o drama?


He de decir que la película Gordos de Daniel Sánchez Arévalo (Azul oscuro casi negro) me ha sorprendido bastante, aunque no pueda decir precisamente que para bien. Iba con la idea de ver una peli de humor ligero, sin pretensiones, para pasar un rato, de hecho iba con invitaciones del Club Renoir, así que era una de esas veces que no importa mucho que el film no sea muy bueno. El principal problema de Gordos, es que lo que empieza como una película de humor puro y duro con golpes bastante buenos, aunque también con mucho golpe de efecto burdo, logrado con desnudos gratuitos, tan sólo para que veamos lo mucho que han engordado los actores para hacer la peli, o escenas de sexo bastante desagradables, acaba derivando sin saber muy bien cómo en un dramón de cuidado. Eso descoloca bastante, pero lo que acaba de confundirnos es que el mensaje de la película no está en absoluto claro. ¿Está bien ser gordo? ¿Hay que aceptarse a uno mismo? ¿O es que sólo pasando hambre y perdiendo kilos llegaremos a la felicidad? Los porqués de la gordura de los personaje son de chiste, según el director, todo gordo lleva dentro de sí una persona con complejos problemas y con muchas insatisfacciones en la vida, en cuanto esos problemas desaparecen, desaparecen también los kilos. Un poco frívolo ¿no? Si quieres hacer una peli para reírte de la gordura y sus complejos, hazla. Si quieres hacer un drama sobre la obsesión y el culto al cuerpo, hazla. Pero a mi este batiburrillo sin sentido, la verdad es que no me ha gustado nada.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

'La difícil sencillez', el duende de Federico García Lorca y Rafael Amargo


No es fácil meter a alguien tan grande como Federico García Lorca en un espectáculo, pero en esta ocasión Rafael Almagro lo ha conseguido con mucho gusto y mucha admiración hacia el poeta. La difícil sencillez es un espectáculo básicamente de flamenco donde la fusión con la danza contemporánea es una mera anécdota -al contrario de lo que sucedía en otros espectáculos anteriores de Amargo-, basado en la conferencia Juego y teoría del duende. Rafael Amargo despierta filias y fobias por igual, pero no hay que olvidar que ha sido recientemente premiado por la Unesco por su difusión internacional del flamenco, un galardón que recogerá París en marzo de 2010. Independientemente de las polémicas en las que se haya podido ver envuelto, Rafael Amargo es un gran bailaor y en este espectáculo ha hecho lo que mejor se le da: el flamenco. Le vi hace unos años en otro espectáculo en Zaragoza, y me ha sorprendido gratamente lo mucho que ha evolucionado y, por qué no decirlo, mejorado. Es gratificante ver cómo un artista sigue creciendo a pesar de tener ya una trayectoria tan dilatada en el tiempo. En este espectáculo, además, Amargo cede protagonismo a los integrantes de su compañía, un grupo muy bien seleccionado de bailaores, cantantes de flamenco y músicos, de una categoría excepcional. Es un espectáculo con una escenografía y coreografía muy cuidada, pero como el baile no se puede explicar sino que se vive, es mejor ir a verlo. Sólo recordar una frase que aparecía en el espectáculo que me gusto muchísimo: El duende habita en el filo de la herida. Lorca es y será siempre excepcional.

domingo, 6 de septiembre de 2009

La visita turística de Isabel Coixet a Japón con El mapa de los sonidos de Tokio


El mapa de los sonidos de Tokio
de Isabel Coixet me ha provocado sentimientos encontrados. De un lado, es una directora a la que sigo desde hace tiempo y cuyas películas siempre me han parecido llenas de grandes historias, de una gran sensibilidad y de personajes envidiablemente construidos. Baste nombrar Mi vida sin mi o La vida secreta de las palabras. Sin embargo, creo que en este caso, queriendo hacer algo diferente a lo que nos tiene acostumbrado -cine más próximo al indie anglosajón- ha patinado. En El mapa de los sonidos de Tokio las imágenes son preciosas y cuidadas, el sonido excepcional, pero se ha olvidado de lo más importante: la historia y los personajes. La historia se puede resumir en una asesina a sueldo que se enamora del hombre al que tiene que matar. Los personajes son totalmente planos y están meramente esbozados, no sentimos ninguna empatía con ellos, y cuando muere uno de los personajes principales de la película no sentimos absolutamente nada. Además, el abuso de la voz en off y de los momentos que la asesina pasa con un anciano que recoge los sonidos, ralentiza el ritmo y hace perder un tiempo valiosísimo que hubiese servido para conocer mejor a los protagonistas. Además, la película de Coixet parece más la visita turística de una española a lo más exótico de Japón -los hoteles temáticos, el karaoke, el mercado del pescado, el sushi, las luces de neón..-, algo que ya le ocurriera a Sofía Coppola en Lost in Translation, que a una verdadera película que intente reflejar lo que es Japón y sus gentes. Cualquiera que haya visto cualquier film o haya leído cualquier libro japonés se dará cuenta en seguida de que Coixet no ha sabido plasmar en absoluto más que una serie de tópicos, en ocasiones me parecía estar viendo más que una película, un programa del tipo Españoles en el mundo. Y por último, y quizá el más garrafal de los desaciertos, es que Coixet ha copiado sin ningún pudor al director Won Kar-Wai -2046 o Deseando amar-. Esos trenes que pasan continuamente, el tipo de música, los fideos, el estilo visual, los amores imposibles y desgarradores... pero es que Coixet no es Won Kar-Wai. Esperemos que este haya sido sólo un traspiés en una sólida carrera, que Coixet se deje de experimentos y de tours turísticos, y vuelva al cine de sentimientos, personajes y largas conversaciones que tanto me gustaba.

Cuentos susurrados al oído: El lector de Bagdad de Jabbar Yassin Hussin


Hablaba hace poco de lo muchísimo que me gusta todo lo que rodea al mundo árabe, en especial el cine iraní o novelistas de la talla de Amin Maalouf, uno de mis favoritos, por citar sólo a uno. Ese interés me ha llevado a tropezarme con un breve libro de relatos del iraquí Jabbar Yassin Hussin, poeta y novelista que tuvo que huir de su país perseguido por Saddam Hussein.Tras 27 años de exilio, el escritor volvió a su país al ser derrocado el dictador, lo que esa vuelta a su patria le provocó lo retrata en forma de pequeños cuentos en El lector de Bagdad. Cuando leemos a cualquier escritor árabe, la experiencia se convierte en algo muy diferente a una lectura habitual, parece casi casi, como si nos susurrasen al oído sus historias, al estilo de los antiguos cuentos de la tradición oral, como en Las mil y una noches. En este caso sucede lo mismo, Jabbar une fantasía con realidad, y entremezcla sus sentimientos encontrados, entre el apego a su país, pero también a esa nueva patria, Francia, que le ha acogido. Se siente extraño en su tierra después de tantos años de exilio, aunque también sabe que al volver a Francia será de nuevo un exiliado, un extranjero. El sueño, la soledad, el exilio, la añoranza de la infancia y juventud, son sólo algunos de los temas que trata. Con una extraordinaria maestría consigue hilvanar cuentos de la tradición iraquí con sus propias experiencias, creando un mundo mágico muy personal, al que nos invita a entrar.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Los mundos del Islam en la colección del Museo Aga Khan en CaixaForum


Quien me conozca un poco o haya leído algo de este blog sabrá ya mi fascinación por el mundo árabe, una cultura a la que debemos tanto en España, menospreciada y olvidada por muchos, sin tener en cuenta que subsiste en lo más profundo de nosotros, así como en los rincones más cotidianos de nuestro día a día. Por eso no puedo dejar de recomendar la exposición Los mundos del Islam en la colección del Museo Aga Khan en CaixaForum de Madrid que se despide ya este domingo 6 de septiembre. La muestra reune una selección de 180 obras de la colección del futuro Aga Khan Museum, que está construyéndose en Toronto (Canadá), una de las colecciones de arte islámico más importantes del mundo. Miniaturas y manuscritos, elementos arquitectónicos, joyería, cerámicas, vidrio, pinturas y, como no, ejemplares del Corán. Una amplísima variedad de manifestaciones artísticas que recorren medio mundo: desde al-Andalus, Magreb, Egipto, Damasco o Bagdad. Una muestra con la que aproximarse un poco al mundo islámico y su arte sin moverse de Madrid.

martes, 1 de septiembre de 2009

El rumor de la montaña de Yanusari Kawabata


El japonés Yanusari Kawabata ha sido un gran descubrimiento para mí. Premio Novel de Literatura en 1968, Kawabata fue mentor y difusor de otro gran literato japonés, Yukio Mishima, y se suicidó en soledad a los 72 años. Su novela El rumor de la montaña es todo un ejercicio literario, en el que la belleza de las cosas es tan sutil como pueda serlo en la realidad. La novela rezuma sensualidad y refleja un mundo ya marchito reflejado en el viejo Shingo, que quiere mantener las tradiciones del antiguo Japón, mientras ve la decadencia moral de sus hijos inmersos en un occidentalización imparable: su hija Fusako separada de su marido drogadicto, y su hijo Shuichi que desprecia a su mujer, la adorable Kikuko, para irse con su amante. El anciano convive con sus sueños, a los que da la misma importancia que a vivencias o conversaciones reales. Además, convive con el amor que siente por su nuera Kikuko, la única que le trata con cariño y aprecio, y la única con la que puede hablar de la belleza de las cosas. Para nuestra cultura occidental desapegada y desapasionada es fascinante ver cómo los temas de conversación entre los personajes nunca son banales, y cómo pueden apreciar desde un árbol en flor, hasta la llegada cada año de un milano o una ceremonia del té. La apacibilidad de la novela contrasta con los graves acontecimientos que se suceden en ella, y nos hace reflexionar sobre una cultura tan diferente a la nuestra. Además, sorprende cómo los japoneses no tienen tabúes para temas que entre nosotros estarían totalmente fuera de lugar, como la muerte, el suicidio, la prostitución o la homosexualidad.

Humbug, éstos Arctic Monkeys sí que me gustan


Muchos lo temían, yo lo esperaba con ansiedad. Y sí, así es, Arctic Monkeys han madurado, han evolucionado, y se han dejado llevar por los derroteros sonoros de Last Shadow Puppets, el proyecto en solitario de su cantante Alex Turner. Hay quien también achaca parte del cambio a su nuevo productor, Josh Homme, guitarrista de Queens of the Stone Age. Sea como sea, el cambio ha sido para mejor. Sin desmerecer su anterior rock de guitarreos rápidos y baterías que cortaban la respiración, esto es otra cosa. De hecho muchos acusaban el declive de la banda en un segundo álbum que no llegó a convencer tanto como el primero, que fue un gran éxito. Son muchos los que han criticado este cambio en la banda, pero es que hay que evolucionar, hay que cambiar. ¿Qué hubiera sido de los Beatles si se hubiesen quedado en temas como Love me do y no hubiesen evolucionado hacia la psicodelia con temas tan increíbles como A day in the life? Pues obviamente, hubiesen sido un grupo más, muy bueno, pero uno del montón. Dejando aparte discusiones sobre estos renovados Arctic -que por mi parte me han emocionado como no lo hacía un grupo actual desde hacía tiempo- su nuevo álbum Humbug recupera una música melódica, pero a la vez potente que no veíamos en los grupos británicos desde hace tiempo. El primer single ha sido Crying Lightning, y vaya single, ya no nos hacen agitar la cabeza desmelenados, ahora queremos saber qué hay detrás de esas melodías aparentemente oscuras y melancólicas. Otro ejemplo es la increíble My Propeller, con su atmósfera asfixiante. Aunque, que nadie se lleve las manos a la cabeza, el sonido Arctic sigue ahí, canciones rápidas y divertidas, y sobre todo, la increíble voz de Turner que está aprendiendo a modular y usar a su antojo. Todo un lujazo de disco que podremos disfrutar en directo en Madrid el 30 de noviembre en la Riviera.