lunes, 30 de noviembre de 2009

Amenábar depierta el interés por la astronomía con Ágora


"Parece que ahora está de moda criticar a Amenábar haga lo que haga", me decían hace poco, y estoy empezando a creer que es cierto. Son muchas las críticas que se han vertido sobre su última película Ágora, algunas incluso airadas, como si el director español hubiese cometido alguna especie de sacrilegio por hacer una película millonaria, entretenida y encima taquillera. A mí Ágora no sólo me ha gustado, si no que me ha encantado, me parece una película sobresaliente, entretenida, visualmente perfecta, emotiva, interesante... Su protagonista, Rachel Weisz está impresionante y muy creíble en el papel de Hipatia, y el resto de personajes, aunque interpretados por actores menos conocidos, están igual de soberbios. Destacaría el papel de AshrafBarhom en el papel de Amonio que tan pronto nos lleva de la hilaridad al mayor de los terrores, al ver cómo a quien veíamos al principio como un payaso, se convierte en líder de una masa de fanatizados religiosos. Me han gustado mucho el guapísimo Oscar Isaac, que pone el punto romántico a la película en el papel de Orestes, alumno y enamorado de Hipatia; y el papel de esclavo enamorado de la filósofa Davo, encarnado por Max Minghella, que tiene una evolución muy interesante a lo largo del film. Amenábar consigue trasladarnos a la antigua Alejandría con unos decorados propios de la mejor de las superproducciones hollywoodienses, pero sin dejar de lado aspectos más espinosos que jamás veríamos en una película estadounidense. De un lado, la crítica sin paliativos a los fanatismos religiosos, y en concreto a los cristianos, en contraposición con el racionalismo y la cultura que éstos desean destruir. De otro, el director despierta en el espectador un gran interés por la ciencia y la astronomía con sus explicaciones muy visuales del tema y con un afán totalmente divulgativo. La emoción del descubrimiento y el pensamiento deductivo hacen que nos involucremos con cada uno de los descubrimientos de Hipatia. Especialmente destacables son los momentos en los que Amenábar aleja su cámara de Alejandría y nos muestra la tierra desde lejos, un pequeño planeta en medio del cosmos, donde los gritos ahogados de las matanzas y las miserias humanas importan bien poco, y donde nos damos cuenta de la insignificancia de las rencillas que para algunos son tan importantes. Hipatia es una película muy completa, consigue de una manera amena y muy visual que el gran público conozca a Hipatia, un gran personaje histórico que hasta el momento conocían muy pocos, y lo que es más, nos mantiene en vilo a lo largo de dos horas que pasan volando.

domingo, 29 de noviembre de 2009

Muse arrasan con un espectacular concierto en el Palacio de Deportes


Sé que más de uno me va a odiar, pero el sábado en el Palacio de Deportes de Madrid pude comprobar cómo Muse han pasado de ser la gran esperanza rock de este siglo, a un grupo extremadamente sobrevalorado. No tengo muy claro si el sábado acudí a un espectáculo alienante de masas o a un concierto de un grupo de rock. Sí, todo era perfecto, una música y especialmente un espectáculo rayando la más absoluta perfección, quizá demasiada. El espectáculo estaba preparado al milímetro sin dejar ni un momento a la improvisación, de hecho, Mathew Bellamy controlaba totalmente sus solos de guitarra, duraban unos escasos minutos y en seguida cortaba cuando pensaba que iba a empezar a aburrir a los oídos más impacientes. La voz de Bellamy era demasiado perfecta, cuando si se ha visto u oído cualquier actuación de Muse en directo, se sabe que su voz no es especialmente su fuerte, no podría jurarlo, pero yo diría que o iba con muchísimos efectos de voz o que estaba grabada, lo que sí está claro es que llevaban muchísima música grabada. El espectáculo fue inmejorable, pero este ahogaba a la música, el concepto que intentaban transmitir de una sociedad alienante al estilo de 1984 de George Orwell, en ocasiones se tornaba en su contra. Con tanta luz, imágenes repetitivas, mensajes y letras de las canciones impresas, en ocasiones sentía que eran ellos los que intentaban alienarme a mí.
A pesar de todo ello, y tras la debacle de su último disco, hay que reconocer que Muse siguen siendo de lo mejor que tenemos hoy en día en el panorama musical. Su música emociona y su directo también, sin embargo, un poco menos de parafernalia, y un poco más de improvisación no les iría mal.

jueves, 26 de noviembre de 2009

César Lucas. El oficio de mirar en el Conde Duque

Son varias las exposiciones gratuitas que acoge estos días el centro cultural Conde Duque. De ellas me gustaría destacar la dedicada al fotógrafo César Lucas, que puede verse hasta el próximo 10 de enero de 2010. Este prestigioso fotoperiodista ha trabajado para medios tan diversos como las agencias de noticias Europa Press, el diario El País, o las revistas Life e Interviú, y colaboró con las productoras 20th Century Fox, United Artist o Metro Goldwyn Mayer, lo que le permitió fotografiar en los años sesenta y setenta a estrellas de la talla de Katharine Hepburn, Brigitte Bardot, Sean Connery, Raquel Welch, Yul Brinner, Romy Schneider, John Lennon, Billy Wilder, Clint Eastwood, Stephen Boyd o Buster Keaton.Viendo sus fotos reconocemos muchas que todos hemos incorporado ya a nuestro imaginario de lo que ha sido España en la última mitad del siglo XX. Tanto es así, que da la impresión de que el fotógrafo ha estado en todos y cada uno de los acontecimientos importantes que vivió el país, desde las primeras manifestaciones, hasta el golpe del 23F, las ya citadas visitas de artistas famosos, pasando por el famoso desnudo de Marisol, que abrió las puertas al destape en la prensa española.
Es difícil quedarse sólo con una de las muchas imágenes recogidas en esta muestra imprescindible. Yo me quedo con esta insólita del C solitario por las calles de Madrid.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Continúa la fiebre vampírica con Luna Nueva


Ya confesé en su momento haberme enganchado a las novelas de
Crepúsculo, un fenómeno que no deja de sorprenderme a pesar de todo, y es que la nueva película de la saga, Luna Nueva, ha recaudado ya en el primer fin de semana de su estreno más de 10.000.000€ (más de 1.600.000 espectadores).Como siempre advierto, la historia no es nada del otro mundo, ni mucho menos una buena peli, pero es entretenida, y ésta, ha subsanado uno de los mayores fallos de los que me quejaba en su primera entrega Crespúsculo, y que son los efectos especiales. Si en la primera eran bastante lamentables, en ésta son realmente buenos, especialmente en lo que respecta a la transformación en lobos de la tribu de los quileutes. La historia es bastante simple, para mi gusto el más flojo de los libros de la saga: el vampiro Edward decide abandonar a Bella porque considera que pone en peligro su vida, ésta lo pasa fatal y sólo consigue sentirse bien poniendo su vida en riesgo. En estas, descubre que su amigo Jacob es un hombre lobo y que empiezan a sentir algo el uno por el otro. Lo dicho, lo mejor, los efectos especiales, lo peor, que hayan querido darle un tono tan cursi al film, pero en definitiva, es una peli para pasar el rato, entretenida y digna sucesora de la saga, esperemos que las próximas entregas sigan subiendo el listón como hasta ahora.

martes, 24 de noviembre de 2009

Mujercitas de Louisa May Alcott no es una novela sólo para chicas



Todo el mundo ha oído hablar alguna vez de Mujercitas de Louisa May Alcott, pero como sucede con muchos clásicos de la literatura, son más los que la conocen de oídas que los que han leído la novela original. Gran parte del desprestigio que sufre la obra ha sido culpa de las múltiples versiones infantiles y edulcoradas que se han hecho de ella, y de las adaptaciones cinematográficas más o menos bien intencionadas, pero que siempre se han detenido en el lado más ñoño de la historia. De hecho, hasta hace bien poco sólo se había editado en España una versión censurada por los editores, en la que se habían cortado de cuajo seis capítulos y se habían eliminado asuntos espinosos como las críticas de Jo a los periódicos de la época y a su afán por publicar historias folletinescas de escasa calidad. Lo ideal sería hacerse con un ejemplar de la versión íntegra y original de la novela, leerla y entonces hacer nuestro juicio de valor. Si mujeres tan sobresalientes como Simone de Beauvoir o Joyce Carol Oates la han alabado, por algo será. No voy a negar que es una obra que suele gustar más a las mujeres que a los hombres, pero creo que eso se debe a que a ellos les cuesta más empatizar con personajes femeninos que a nosotras con masculinos, si no ¿por qué tantas mujeres leen novelas protagonizadas sólo por hombres y aún así disfrutan de ellas? No voy a detenerme en los muchos méritos que para mí tiene esta novela, pero voy a destacar el que me parece más importante. Si Mujercitas no ha perdido su vigencia a pesar del paso del tiempo y a que algunas de sus reflexiones han podido quedar un tanto anticuadas para algunos, es porque sus valores se mantienen en pie a pesar de todo. La familia, el amor, el respeto a los mayores, el trabajo duro y honrado, y el intentar superar los defectos propios como la vanidad, el egoísmo o la ira, son sus grandes pilares. Mucho tendrían que aprender hoy en día padres y educadores de esas bestezuelas de niños y adolescentes que vemos campar a sus anchas. Han sido muchos los momentos mientras leía la novela en los que la educación que la señora March da a sus hijas y sus consejos me han parecido de lo más acertados y totalmente aplicables hoy en día, y lo mejor de todo es que se hacen desde el cariño y el respeto. Es una novela que todo el mundo debería leer al menos una vez en la vida, si bien es cierto, que la primera parte, cuando Jo, Meg, Beth y Amy son aún unas niñas, supera con creces a la segunda, la que ha dado la fama de sensiblera a la novela, pues en esta desaparece prácticamente todo lo bueno de la primera parte, y se centra sólo en los amoríos y bodas de las protagonistas. Para mí, esta segunda parte es totalmente prescindible, aún más ahora que se que la novelista la escribió un año después de publicarse Mujercitas a petición de los lectores. Me quedo con las cuatro mujercitas que son unas niñas y que ven la vida de una manera amable, intentando día a día ser mejores.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Katyn


Katyn
es una gran película, de esas que igual pasan un poco desapercibidas por los cines españoles, pero que sin duda hay que ver. Es especialmente interesante para los que como yo, no estamos muy puestos en historia, ya que refleja uno de los más increíbles sucesos de la II Guerra Mundial, poco y mal conocido incluso por sus protagonistas. Katyn narra la matanza sistemática de entre 15.000 y 22.000 oficiales polacos a manos de los rusos, una masacre que éstos intentaron imputar a los alemanes, y cuya verdad los polacos tuvieron que esperar muchos años para poder conocerla. Es significativo el principio de la película cuando alemanes y rusos invaden Polonia, los polacos huyen hacia un lado y gritan a otros refugiados que vienen los alemanes, éstos les responden diciéndoles que vuelvan hacia atrás porque de ese lado vienen los rusos. Además de la crudeza del film que no se rinde ande sensiblerías fáciles -es muy duro ver la matanza sistematizada de polacos a los que meten en una habitación, disparan en la nuca y sacan por un ventanuco para depositarlos en un camión que les llevará a las fosas comunes, y así uno detrás de otro-, destaca que se haya individualizado la historia en un personaje, lo que le da aún más fuerza a la misma. El director del film, Andrzej Wajda, cuenta la historia de su propio padre que murió en Katyn cuando otro oficial que sabía ruso le hizo ir a la masacre en su lugar. Al no aparecer en las listas oficiales de los fallecidos, su madre siempre corría a la puerta pensando que su marido estaba aun vivo y que volvería cualquier día.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Ha que verla: El imaginario del Doctor Parnassus


Es una pena, pero suele suceder bastante a menudo que una peli de calidad, entretenidísima y con una gran historia se quede en cines residuales y vayan a verla cuatro gatos. Es el caso de El imaginario del Doctor Parnassus de Terry Gilliam, un film que si hubiera dirigido Tim Burton estaría en boca de todos, pero que ha pasado totalmente desapercibida. Cuenta la historia del Doctor Parnassus que lleva por las calles del Londres actual una vieja tartana con un espectáculo en el que el público puede adentrarse en lo más profundo de su mente y su subconsciente, sacando así lo peor y lo mejor de sí mismos. Parnassus y el diablo (en este papel un grandísimo e hilarante Tom Waits que cada vez que dice sus frases parece estar cantando con su voz alcoholizada) luchan por las almas de los que se atreven a entrar a través del espejo a ese otro mundo que Parnassus el mentalista les ofrece. Ambos no paran de apostar, y ahora llega el momento de que el diablo se cobre una de esas apuestas, se llevará a la hija de Parnassus cuando cumpla 16 años si éste no logra cinco almas buenas. La historia es increíblemente imaginativa, el mundo detrás del espejo es digno de las mejores producciones, y los actores son sencillamente extraordinarios. Por si fuera poco, esta fue la última peli de Heath Ledger que murió a mitad del rodaje, por lo que sus amigos Johnny Depp, Jude Law y Colin Farrell decidieron sustituirle gratuitamente para que su hija pudiese cobrar integramente su trabajo. No hace falta decir que Depp está como siempre sensacional y destaca por encima del resto, los papeles histriónicos y fantásticos se están convirtiendo en su fuerte. Es cierto que en ocasiones se nota que la historia ha tenido que ser modificada por la muerte de Ledger, pero el resultado en conjunto es impresionante. Una película divertida, imaginativa, una puerta a otros mundos, los de la mente, que nos hace soñar y olvidarnos de todo y no querer volver a la realidad. Sinceramente, recomiendo ir a verla, no va a defraudar a nadie.

Crónicas vampíricas y Vampire Diaries ¿la serie o las novelas?

Otra más de vampiros, y es que parece que la fiebre desatada por las criaturas de la noche no se acaba nunca. Crónicas vampíricas de L.J. Smith consta hasta la fecha de cuatro volúmenes: Despertar, Conflicto, Furia e Invocación, y aunque parece haber tomado el nombre de la famosa saga de Anne Rice, no tiene nada que ver con ella. Más bien podríamos encuadrarla en el nuevo género de terror romántico adolescente que inauguró Stephenie Meyer con Crepúsculo. En esta ocasión, dos hermanos vampiros luchan por el amor de una adolescente, Elena. Uno de los hermanos, Stefan, es el bueno e intenta integrarse en la vida de los humanos como un estudiante más, alimentándose de animales y sin probar la sangra humana. Su hermano Damon es la representación del mal, explora todo su poder de vampiro y no tiene reparos a la hora de alimentarse de los humanos. Creo que no necesito decir cuál de los dos personajes es el más interesante.

Además, y siguiendo la estela de True Blood, hay también serie, en este caso se llama Vampire Diaries, y para mi gusto, ha mejorado muchísimo a los libros, que resultan un poco almibarados. En la serie se desarrolla mucho más el conflicto entre el bien y el mal, el personaje de Damon es aún más malvado y la sangre y los sustos son continuos. Para lo que suelen ser la series de vampiros adolescentes, ésta destaca por apostar por un terror más serio y por presentar la figura del vampiro más cercana a la idea clásica que tenemos de él: malvado y depredador. Por eso, si tengo que elegir, sin duda me quedo con la serie.

martes, 17 de noviembre de 2009

Depeche Mode ponen a bailar a todo el Palacio de Deportes


¿Cómo se hace bailar al público sin parar, que coreen tus éxitos de hace miles de años y que aún quieran más? Yo no lo sé, pero Depeche Mode deben saberlo muy bien, porque anoche abarrotaron el Palacio de los Deportes de Madrid, y esta noche harán otro tanto en el mismo escenario. Las entradas se agotaron al poco de salir a la venta, y el público, un poquito entrado ya en años aunque se podía ver a algunos adolescentes despistados, recibió a la banda con una euforia que pocas veces se ve ya. Depeche Mode es uno de los mastodontes de la historia de la música a los que sabes que si vas a verles en directo no van a defraudarte. La inmensa voz de Dave Gaham, los efectos sonoros y una puesta en escena apabullante con cambios en cada una de las canciones -destacables el cuervo de Walking in my shoes o las gogos de Personal Jesus. Dave Gaham lo dio todo, con giros, bailando, saltando, descamisándose y con su apabullante voz, y eso a pesar de sus recientes problemas de salud. Fueron memorables los momentos dedicados al recuerdo como la ya citada Walking in my shoes, una emotiva Home, Policy of Truth, It's no good, I feel you, Enjoy de silence, y especialmente el cierre del concierto con Personal Jesus, una canción que puso en pie a todo el Palacio de Deportes y que hizo perder la voz a más de uno. He leído algunas críticas negativas que se han hecho de este concierto. Y sí, es cierto, están mayores, ya no innovan mucho y restringen al mínimo las canciones del último disco para tocar sus hits. Pero no nos engañemos, la mayoría de los que van a Depeche Mode quieren ver eso, las canciones que nos traen un recuerdo de nuestra adolescencia. Yo sólo puedo decir que no he bailado tanto en mi vida en un concierto.

viernes, 13 de noviembre de 2009

Nace la novela gótica de terror: El castillo de Otranto de Horace Walpole

El castillo de Otranto de Horace Walpole está considerada la novela que da el pistoletazo de salida a la novela gótica de terror. Y menudo comienzo es este. En ella podemos encontrar todos los elementos que luego hicieron grandes a Mary Shelley, Bram Stoker o Louis Stevenson. Hay intriga y misterio, castillos encantados, fantasmas, venganzas e intrigas, amor, muerte, príncipes y princesas, reyes malvados y caballeros medievales dispuestos a todo por su amada. Es una novela breve y se hace más corta aún porque atrapa desde la primera hasta la última página. Quizá haya pasajes un poco más tediosos, y es justo decir que el autor se recrea demasiado en un lenguaje pomposo que pretende imitar lo que él creía que era el lenguaje de los nobles de la Edad Media. Pero a quien le guste la novela gótica de terror va a disfrutar muchísimo con esta novela, incluso ese lenguaje acartonado y anticuado es parte del encanto de la misma. La novela narra la historia del usurpador del trono de Otranto, Manfredo, que tiene que enfrentarse a una maldición que dice que cuando el legítimo heredero del castillo no quepa en él, deberá abandonarlo.

jueves, 12 de noviembre de 2009

Tokio blues -Norwegian wood de Haruki Murakami: un japonés occidentalizado


Haruki Murakami me produce sentimientos encontrados, últimamente parece que el escritor japonés está de moda, sus libros están por todas partes y todo el mundo habla de él. Y me temo que precisamente esa expectación ha sido la que ha hecho que me decepcione un poco, esperaba bastante más de él, sinceramente, ante tanto halago e interés por parte de todos. Que un escritor se ponga de moda es un fenómeno extraño y difícil de explicar, en este caso supongo que se trata más de una estrategia comercial que de otra cosa. Gran parte de la decepción por Murakami viene si se han leído previamente a otros autores japoneses: Mishima, Kawabata, Soseki... son escritores de una gran talla, de hecho son clásicos de la literatura japonesa. Comparativamente sería algo así como si hubiésemos leído a Lorca, Delibes o Cela, por poner un ejemplo, y luego nos leyéramos a Javier Cercas, pues está bien, no digo que no, pero es que las comparaciones son odiosas y brutales. Mi acercamiento a Murakami ha sido con la novela Tokio blues -Norwegian wood, en él, su protagonista Watanabe tiene que luchar metafóricamente contra el espíritu de su amigo muerto tras suicidarse, y se debate entre el amor de dos chicas, una de ellas, la novia de ese amigo que murió. La novela es un tanto lenta, apenas pasan cosas, e incide mucho en el suicidio entre los adolescentes japoneses, un tema muy de actualidad, y un gran problema para el país. Además, da la impresión de que Murakami quiere renegar de su cultura japonesa (precisamente lo que más aprecio de los anteriores autores citados), y sus referencias culturales son continuamente a la cultura occidental: El guardián entre el centeno, El gran Gatsby, y por supuesto los Beatles, entre muchos otros, Como un primer acercamiento a la literatura japonesa no está mal, aunque repito, es un autor sumamente occidentalizado, sin embargo, si se quiere conocer de verdad la cultura y la esencia japonesas, Mishima, Kawabata o Soseki son los indicados.

martes, 10 de noviembre de 2009

Woody Allen vuelve a Manhattan en Si la cosa funciona


Por fin parece que recuperamos al Woody Allen de siempre después de sus desafortunados escarceos por Europa -bochornosa
Vicky, Cristina , Barcelona-, excluyendo obviamente la grandiosa Match Point, Allen vuelve a su hábitat natural, a Manhattan. En Si la cosa funciona, regresa el Allen neurótico e histriónico que tanto nos ha hecho reír, en esta ocasión en su alter ego Larry David, que borda el papel. Las apelaciones al espectador, el cine dentro del cine, las conversaciones filosóficas en torno al sentido de la vida, y las ácidas críticas a la sociedad norteamericana, son de lo mejor del film. Todo ello con un humor visceral y sin concesiones, unos personajes a la vez absurdos y entrañables, y una visión de la vida que no permite la hipocresía y que nos anima a ser nosotros mismos, decir lo que pensamos, hacer lo que queremos, en definitiva, a vivir la vida con alegría y buen humor, a exprimirle todo el jugo. Porque al fin y al cabo, si la cosa funciona... ¿por qué no hacerlo?

lunes, 2 de noviembre de 2009

Comienza la Navidad: El cascanueces de Tchaikovsky


Tchaikovsky
es sin duda mi compositor de música clásica favorito, sabe aunar sensibilidad, romanticismo, y unas historias increíbles que han dado lugar a dos de los ballets más hermosos y conocidos del mundo: El lago de los cisnes y El cascanueces. Este fin de semana he tenido la inmensa suerte de poder ver por fin este último en el Teatro de Madrid de la mano del Rousse State Ballet, una prestigiosa compañía búlgara. Sé que hay mucha gente a la que no le acaba de gustar el ballet, pero quizá esta sea la mejor obra para iniciarse. Tan sólo con cerrar los ojos y escuchar esa maravillosa música nos transportamos a ese mundo de fantasía que el autor quiso transmitir. Además, el Rousse State Ballet introduce una primera parte teatralizada, donde el baile es lo de menos, y los actores, gesticulando nos cuentan la historia, lo que hace más fácil su comprensión. Se trata de una historia mágica, donde lo más importante es dejarse llevar por ese mundo de fantasía que nos ofrecen. Y para aquellos a los que sí que les guste el ballet clásico, sólo puedo decir que es una obra preciosa, con momentos de un virtuosismo increíble, que nadie debe perderse, porque nunca la olvidarán.