miércoles, 30 de noviembre de 2011

'Melancholia' de Lars von Trier



Lars von Trier es mi director de cine en activo favorito. A pesar de que como persona deja bastante que desear, como creador me parece un auténtico genio, con películas muy personales y diferentes, con argumentos sorprendentes que consiguen transmitirnos emociones hasta tal punto que realmente sufrimos y sentimos con sus films. No voy a convencer a nadie, sé que tiene muchos detractores, a los que no les haya gustado hasta ahora el cine del danés, Melancholia no va a gustarles. Sin ser su mejor film, es von Trier en estado puro, sentimientos a flor de piel que nos llegan con gran intensidad, con un final que nos golpea como un puñetazo en el estómago y nos deja boqueando durante varios días. Sí, si con Antichrist nos aterraba, con Melancholia consigue transmitirnos a la perfección ese sentimiento, la melancolía se apodera de nosotros incluso días después de haber visto la película. Lo pequeños que somos, lo inmenso que es el Universo, lo solos que estamos en él, lo poco que importamos, si un día la Tierra desapareciese no le importaría a nadie, de hecho, no sería ninguna tragedia, el Universo seguiría su curso como hasta ahora. Lars von Trier consigue con su película que nos demos cuenta de lo insignificantes que somos, nos transmite una tristeza llena de calma y reflexiva. Todo ello gracias también a una grandiosa Kirsten Dunst en el que quizá sea el papel de su carrera, una actuación que no parece actuación, realmente creemos en ella y en su personaje, sufrimos con ella y con otra inmensa, Charlotte Gainsbourg, increíble en Antichrist y perfecta de nuevo en Melancholia


Dos voces, Justine y Claire, dos mujeres, dos hermanas que se enfrentan de manera diferente a la vida y a la muerte, una no quiere tener nada que perder, la otra lo puede perder todo. A través de ellas conocemos la historia en una primera y segunda parte, tal y como le gusta hacer al director, como si en vez de una película estuviésemos viendo una obra de teatro o leyendo los capítulos de un libro, o simplemente asistiendo a los dos actos de la vida. En un papel un poco más pequeño pero destacando igualmente, Kiefer Sutherland da la contrapartida como personaje masculino. Como curiosidad os diré que aparece en un papel en el que no destaca en exceso Alexander Skarsgård, el Eric Northman de True Blood, otro personaje masculino que será clave en la primera parte del film. Lars von Trier, además de una película muy  bella y plagada de sentimientos e ideas,  ha logrado dar un giro de 180 grados al cine de catástrofes hollywoodiense. En sus manos, la inminente colisión del planeta Melancholia, oculto durante mucho tiempo tras el Sol, con la Tierra no se convierte en una película de acción, de supervivencia o de héroes, sino de introspección y sentimientos. Si von Trier tiene una gran cualidad es la de que su cine sea lo más parecido a la realidad que podamos ver en una pantalla. A ello, le ha sumado en sus últimas películas escenas de gran belleza visual junto a una hermosísima banda sonora que, en un principio nos desconciertan, pero que cobran sentido al final del todo. Un final que arrasa con todo y con todos, un final que se nos lleva por delante también a nosotros, los espectadores.

lunes, 28 de noviembre de 2011

'El mapa y el terrritorio' de Michel Houellebecq


Título: El mapa y el territorio (La carte et le territoire)
Autor: Michel Houellebecq
Editorial: Anagrama (septiembre, 2011)
Año de publicación: 2010
Páginas: 384
Precio: 21,90 euros

A falta de unos días para entrar en diciembre puedo decir ya que El mapa y el territorio de Michel Houellebecq es uno de los mejores libros que he leído este año: intenso, con giros inesperados y una maestría, que no se ve ya mucho en la literatura actual, para jugar con las palabras y con nosotros, los lectores, llevándonos de un lado a otro casi casi a ciegas, tanteando el terreno y dejándonos llevar por la historia que teje Houellebecq. 

 Yasushi Okano

El autor recrea una biografía imaginaria (al estilo de las de Borges) de un artista que nunca existió pero que en manos de Houellebecq cobra vida, hasta tal punto que en ocasiones olvidamos su carácter imaginario y por un momento nos encontramos pensando que nos encantaría poder ver las obras de arte que nos describe y que crea el protagonista. Jed Martin, pintor, fotógrafo, vive en un pequeño piso de París donde hasta el calentador se niega a funcionar correctamente. Jed ni siquiera se considera a sí mismo un artista en el termino exacto de la palabra, de pronto se le ocurre una idea y trabaja incansablemente en ella, transcurrido un tiempo, abandona esa serie y se sume en un vacío que vuelve a llenarse cuando le llega otra oleada de inspiración. Es el caso de las enigmáticas fotografías de mapas de carreteras francesas de Michelín o la serie de oficios, óleos sobre artesanos en desaparición o personajes relevantes de la sociedad como Steve Jobs y Bill Gates o el propio  Houellebecq que entra en escena como un personaje más. Porque  Houellebecq no hace nada nuevo en esta novela: biografías sobre personajes que no han existido o la introducción del autor como un personaje más, pero lo hace de tal manera que renueva esas técnicas y les da un nuevo significado. Houellebecq a través de su personaje se autoflagela y llega a límites inimaginables.

 Yasushi Okano

La novela nos presenta una vida, un suspiro en medio de la inmensidad del tiempo, un breve interludio en el que transcurre la vida de una persona. Al final no queda nada, ha sido un instante, una vida que apenas será recordada por una biografía y unas cuantas obras, y eso en el caso de un personaje que deje poso en la vida, el resto: su padre arquitecto adicto al trabajo, su amante la rusa Olga... quedarán seguramente en el olvido. Por mucho que nos relacionemos con los demás, estamos solos en este mundo. Houellebecq nos regala un tratado sobre arte, nos habla de la eutanasia, del deseo de morir y del deseo de vivir, del paso del tiempo, de la inevitabilidad de las cosas, de un ciclo que se renueva constantemente, de pérdidas, de errores, de constantes reencuentros consigo mismo. Aunque el estilo sea fluido, las ideas son continuas, es un libro en el que se podría estar pensando tiempo y tiempo. A pesar de que en general el ritmo es ágil, de vez en cuando la lectura se espesa con descripciones pormenorizadas como por ejemplo la de la vida y reproducción de las moscas, o conversaciones detalladas sobre arquitectura  o arte. Son breves momentos, de hecho, la novela nos depara una pequeña sorpresa en forma de novela dentro de la novela, una historia inesperada, en forma de novela negra, que hace que todo vaya tomando forma para llevarnos a un final donde todas las piezas encajan, oímos el clic en nuestro cerebro y todo lo leído hasta el momento cobra sentido.

 Michel Houellebeqc

El francés Michel Houellebeqc, de 55 años, se hizo con el prestigioso Premio Gongourt gracias a El mapa y el territorio. A pesar de ello, la obra ha estado envuelta en la polémica, ya que el autor reconoció que había tomado textos de la Wikipedia y los había insertado en su libro. Todo esto derivó en un debate sobre si era plagio o no que terminó con la novela colgada íntegramente en internet, ya que, al ser públicos los artículos de Wikipedia (licencia libre que dice que se pueden usar libremente pero sin lucro), su novela debía ser accesible a todo el mundo.

Yasushi Okano

Las imágenes que ilustran esta entrada son del fotógrafo japonés Yasushi Okano, a quien pertenece también la imagen que ilustra la portada del libro, sus fotografías llenas de poesía, enigmáticas, melancólicas, encajan a la perfección con la novela: "El triunfo de la vegetación es absoluto". Ha sido un inmenso placer compartir esta lectura con otros compañeros blogueros, si nos habéis seguido en twitter hemos estado comentando nuestras impresiones bajo el hastag #mapayterritorio. A continuación os dejo los enlaces de los blogs de mis compañeros en esta aventura, que iré actualizando a medida que se publiquen sus reseñas, para que podáis ver qué les ha parecido a ellos El mapa y el territorio.

- Leer sin prisa 
- Libro_génica
- Viaje alrededor de una mesa

viernes, 25 de noviembre de 2011

'Poemas dispersos' de Jack Kerouac


Título: Poemas dispersos (Scattered Poems)
Autor: Jack Kerouac
Editorial: Visor de Poesía (1980)
Año de publicación: 1971
Páginas: 80
Precio: 10 euros


Jack Kerouac es esencialmente conocido por su faceta de novelista, en especial, por la increíble En el camino que si no habéis leído aún os animo a que lo hagáis cuanto antes, es un libro estupendo. Kerouac es uno de los miembros de la Generación Beat, de la que ya os he hablado aquí anteriormente, es de hecho, mi beat favorito, y me apetecía probar con su faceta de poeta. Poemas dispersos reune poemas publicados por el escritor en diferentes años y publicaciones, desde 1945 hasta 1970, así como de manuscritos inéditos. En sus poemas encontramos muchos elementos que aparecen en sus novelas: la carretera y el viaje tanto exterior como interior, la filosofía zen...

Morir es éxtasis.
No soy un maestro, ni un
Sabio, ni un Roshi, ni un
escritor o profesor, ni siquiera
un vagabundo del dharma risueño, soy
hijo de mi madre y mi madre
es el universo 
(fragmento de Lucien Medianoche)

El libro incluye el texto Los orígenes del gozo en poesía del propio Kerouac, en el que nos desvela su visión de la poesía que hacían tanto él como sus compañeros de generación Allen Ginsberg o Gregory Corso  como "una especie de nueva-vieja poesía lunática zen, escrita tal y como entra en la cabeza según va viniendo; poesía que regresa a su origen, al niño bardo, auténticamente ORAL como dijo Ferling, en vez de grises palabrerías académicas". Sin embargo, en su momento, la crítica no lo vio así, la Generación beat fue duramente criticada, ya que se consideraba que la poesía no podía tratar temas o personajes ordinarios del día a día (ellos hablaban de sexo, de los clubs de jazz, de drogas) ni utilizar el lenguaje coloquial que usaban con modismos y expresiones de la calle.

Y cuando me mostraste el puente de Brooklyn
por la mañana,
¡oh Dios!
Y la gente resbalando sobre el hielo de la calle,
dos veces,
dos personas diferentes
cruzan, yendo a trabajar,
tan dispuestas y confiadas, 
abrazando su piadoso 
Daily News mañanero
resbalan en el hielo y caen
ambas dentro de cinco minutos
y yo lloro, lloro
(fragmento de Himno)

La propia prosa de Kerouac está llena de poesía, de símbolos, con lo que no es de extrañar que en ambas haya una voz de fondo común. También dedica algunos poemas a compañeros suyos de generación como Allen Ginsberg, o a poetas como Baudelaire, o personajes como Harpo Marx. La ironía y el humor también están presentes en sus poemas, llenos de ácidos comentarios sarcásticos. Pero si hay algo que define su poesía es el lenguaje coloquial, los versos sencillos y una gran capacidad para observar lo que le rodea y plasmarlo en sus textos.

Y las luces de la sonora Washington St.
Tilín, mortecinas, pipar de opio y gongs de guerra,
Tong, el arroz y el juego de naipes -y
Tibet el tibet el tin tin tin tin
la comida china se hace en la cocina
Jazz 
(fragmento de Los patos aplastados)

Me han parecido también especialmente interesantes sus poemas tomados del ciclo San Francisco Blues. El blues formó parte esencial de la Generación beat, se tocaba en locales oscuros, casi clandestinos, en los peores barrios de las ciudades, era la llamada "música de negros" y por ello criticada por la sociedad más racista y conservadora de la época. El jazz y el blues aparecen constantemente como fondo de las obras de los beat.

chicas hacen
sombras sobre la
acera más breve
que la sombra
de la muerte
en esta ciudad-

(fragmento de San Francisco Blues)

Algo que no conocía de Kerouac son sus 'haikus occidentales', tal y como él los llama. Los haikus son pequeños poemas japoneses que con pocas palabras y en tres breves versos, contienen grandes ideas o imágenes sobre la vida. Kerouac adapta esto al inglés y a la vida occidental, y la verdad es que no le sale nada mal.

La luna tuvo
un bigote de gato
Durante un segundo.
Jack Kerouac

Jean-Louis Kerouac nació en Lowell (Massachusetts) en 1922 y falleció en St. Petersburg (Florida) en 1969. Entre sus novelas más importantes, además de la popular En el camino, escribió Los vagabundos del Dharma, Big Sur o Los subterráneos. Sus escritos reflejan su ansia por liberarse de los convencionalismos sociales de su época y buscar un sentido más profundo a la existencia, para ello, además de recurrir a las drogas y al alcohol, se sumergió e investigó la religión y la espiritualidad de oriente, en especial la zen. Su búsqueda de un sentido de la vida le llevó a viajar por toda Norteamérica, viajes que plasmaría en sus novelas. Quizá para un primer acercamiento a Kerouac lo mejor sea leer su obra cumbre En el camino, o la no menos extraordinaria Los vagabundos del Dharma, sin embargo, si os gusta tanto como a mí Kerouac y la Generación beat, o si, simplemente, queréis probar algo diferente, os recomiendo que leáis este breve pero intenso poemario.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Un recorrido por la exposición 'Marino Marini. Más allá de la escultura' en el Conde Duque


Me encanta el nuevo rumbo que ha tomado el Conde Duque, en cuanto a exposiciones se refiere, desde las obras de rehabilitación. Hace tiempo os hablé de la maravillosa exposición escultórica de Cornelis Zitman en este mismo lugar, y ahora nos traen otra muestra de escultura y pintura del no menos extraordinario artista italiano Marino Marini



La muestra ha sido itinerante, y ha podido verse ya en Santiago de Compostela, Vigo, Valladolid y Murcia, terminando en Madrid desde donde volverá al Museo Marino Marini de Florencia a donde pertenecen. En Madrid puede verse hasta el 19 de febrero de 2012 en la sala 3 de exposiciones del Conde Duque (calle Conde Duque, 9) de martes a sábado de 10.30 a 21 horas y domingos y festivos de 10.30 a 14 horas, con entrada gratuita.


Marino Marini nació en Pistoia en 1901 y murió en Milán en1980, está considerado uno de los mayores exponentes del arte moderno italiano del siglo XX, y ha influenciado poderosamente a muchos escultores de los siglos XX y XXI. Como podéis ver en la imagen superior, donde junto a los cuadros se reproduce una de sus citas "Yo no me inspiro en los etruscos, soy un etrusco", estuvo fuertemente influenciado por los etruscos, cuya cuna fue precisamente la Toscana donde nació el artista. En la muestra podemos admirar un total de setenta y cinco obras, en su mayor parte esculturas, aunque también  pinturas dibujos, a través de las cuales podemos ir viendo su evolución artística.

 
Sus pinturas están llenas de luz y color, y en ellas ya aparecen algunos de los temas que serían recurrentes en él a lo largo de los años: los caballos, jinetes, guerreros y las pomonas, la deidad etrusca símbolo de la fertilidad de la tierra. En el cuadro superior vemos otro de sus temas: el circo heredero de la tradición de la antigua Roma, con personajes en constante equilibrio.


Son especialmente bellos sus bustos, donde se puede ver claramente esa influencia etrusca de la que hablábamos antes. En vez de recurrir a la idealización propia del arte griego y posteriormente del romano, Marini se centra en el realismo, en el detalle que hace que esa persona sea claramente reconocible, como hacían los etruscos.


Ese gusto por representar a las personas tal y como son, sin embellecerlas, le trajo algún que otro problema, como con el pintor Marc Chagall, quien rompió totalmente su amistad con Marino tras ver el retrato que el artista había realizado de él y que podéis ver arriba. 


Los caballos y jinetes son una de las obsesiones del artista, con ellos quiere representar esa unión entre el ser humano y el animal a lo largo de los siglos, cómo en lo más íntimo el ser humano no ha cambiado y sigue teniendo los mismo deseos y necesidades. En ellas el caballero muestra el coraje, el valor y la fuerza necesarias para dominar al caballo.


Con la serie Milagros representa el dramatismo asociado al final el ser humano, entregado a un destino trágico. En esta etapa su figuración se transforma en una ligera abstracción.


Sus estatuas de mujeres, influenciadas por las pomonas, la deidad etrusca símbolo de la fertilidad de la tierra, son una auténtica preciosidad. En ellas representa la feminidad, las amplias curvas y volúmenes asociadas a la fertilidad de la mujer y de la tierra.
 

Por último, impresionan e ilustran esa evolución de la que os hablaba, las obras realizadas a raíz del estallido de la Segunda Guerra Mundial, que marcó y afectó profundamente al artista. De hecho, su estudio fue destruido durante un bombardeo, por lo que no se pueden contabilizar todas las obras que realizó Marino a lo largo de su carrera. Las formas alcanzan una mayor abstracción, el jinete y el caballo se funden en una única figura y caen al vacío, metáfora sobre el fracaso y la decepción del hombre en el mundo moderno. Las figuras se distorsionan creando imágenes llenas de horror, de seres que han perdido su identidad.

Espero que hayáis disfrutado con el recorrido a esta exposición (todas las fotografías de esta entrada las he tomado yo misma), y que los que podáis os animéis a visitarla. Quizá algún día, por qué no, podamos ir al Museo dedicado a este artista en Florencia, de momento, tenéis más arriba el enlace para visitar la web del museo, donde podéis ver más obras del artista.

lunes, 21 de noviembre de 2011

'Entre tonos de gris' de Ruta Sepetys


Título: Entre tonos de gris (Between Shades of Gray)
Autor: Ruta Spetys
Editorial: Maeva (2011)
Año de publicación: 2011
Páginas: 288
Precio: 16,90 euros 



"Me sacaron de casa en camisón. Si echo la vista atrás, me doy cuenta de que todas las señales de lo que iba a ocurrir estaban ahí: las fotos de familia ardiendo en la chimenea, mi madre cosiendo por las noches la plata y sus mejores joyas en el forro de su abrigo, y papá que no volvió del trabajo."

Así comienza Entre tonos de gris, y es Lina, una chica de quince años, quien nos cuenta la historia. Nos encontramos en 1941 en Lituania, la vida de Lina hasta el momento ha sido de lo más apacible: en el seno de una familia acomodada, rodeada del cariño de sus padres y de su hermano pequeño Jonás, prepara su ingreso en una prestigiosa escuela de arte, para seguir los pasos de su pintor preferido, Munch. Sin embargo, la invasión soviética a su país, rompe su mundo: su padre, un profesor universitario, ha desaparecido, y ella, junto a su madre y su hermano, son detenidos y deportados. A partir de este momento comenzará un infernal viaje hacinados en trenes, hacia campos de trabajos forzados en Rusia, llegando a Siberia e incluso al durísimo Polo Norte. Son 440 días en los que Lina, su familia, y las personas que van conociendo en el camino, deberán tratar de sobrevivir al hambre, el frío y las enfermedades como mejor puedan. Y aunque se trata de una obra de ficción, el libro incluye un par de mapas en los que podemos ver la distancia tan grande que tuvieron que cubrir muchas familias, que sí que vivieron en realidad lo que nos cuenta la protagonista.
Mapa aproximado para que os hagáis una idea de la distancia que recorren los personajes

Normalmente cuando pensamos en la II Guerra Mundial, lo primero que nos viene a la mente es el terror nazi. Sin embargo, la Rusia soviética, con Stalin al frente, cometió auténticas matanzas y deportaciones masivas de los países que iba invadiendo, como en este caso, con Lituania. La autora consigue con una prosa muy fluida y sencilla, y a través de los ojos de una niña, transmitirnos todo el horror que estas personas tuvieron que vivir, despojadas de sus casas y de su vida, y tratados de la manera más inhumana posible, deportados a miles de kilómetros de su hogar, separando familias que no volverían a reencontrarse jamás, y provocando miles de muertes. A pesar de que la historia nos la cuenta una chica de quince años, no deja de ser por ello muy dura y no suaviza nada los horrores que tuvieron que pasar. Hay momentos realmente tristes, aunque también es cierto que la determinación de Lina y otros como ella por sobrevivir, y en especial por dejar testimonio de lo que sucedió y que no se olvide jamás, es admirable. También hay motivos de esperanza, a través de sus dibujos, Lina deja testimonio de todo lo que ve y además, consigue pasar al papel toda su frustración y expresar todo lo que no puede decir en voz alta.
Niños deportados de los Estados bálticos

La realidad es que durante mucho tiempo se han silenciado estos episodios de la historia de los Estados bálticos, invadidos por la Unión Soviética (Lituania, Letonia y Estonia). La autora nos cuenta en una nota final que los que sobrevivieron al exilio en Siberia y pudieron volver en la década de 1950, tras pasar en el exilio entre 10 y 15 años, encontraron que los soviéticos habían ocupado sus casas y que incluso habían adoptado sus nombres y apellidos para poder quedarse con sus pertenencias. Ellos, sin embargo, fueron tratados como criminales y se les obligó a vivir en áreas restringidas bajo la vigilancia de la KGB. Si hablaban de su experiencia iban a la cárcel o eran deportados de nuevo a Siberia. La autora señala que se calcula que Stalin asesinó a más de veinte millones de personas, y que los Estados bálticos perdieron más de un tercio de su población durante el exterminio soviético. En 1991 recuperaron su independencia, y tras leer la novela, se comprende un poco mejor por qué estos países ansiaban tanto su libertad. Durante la ocupación soviética se intentó que perdieran totalmente su identidad, tanto su idioma, cultura como tradiciones, fueron sustituidas por la imposición de la lengua y cultura rusas. No es de extrañar, por tanto, que hoy en día sea tan importante para ellos reafirmar su identidad.

Ruta Sepetys 
Ruta Sepetys, nacida en Michigan (Estados Unidos) es hija de un refugiado lituano que tuvo que escapar con sus padres a través de Alemania, para dar a parar a un campo de refugiados, mientras que muchos miembros de su familia fueron deportados y encarcelados. Entre tonos de gris es su primera novela, y trata de ser un homenaje a su padre y a las miles de víctimas de la región báltica. La autora se ha documentado en profundidad, de hecho, viajó un par de veces a Lituania donde recopiló información, se entrevistó con miembros de la familia de su padre, con supervivientes de las deportaciones y de los gulags, psicólogos, historiadores y funcionarios del Estado. Algunas de las situaciones que narra en la novela las ha sacado de las experiencias reales de las personas a las que entrevistó.

viernes, 18 de noviembre de 2011

'Observados. Voyeurismo & Vigilancia a través de la cámara desde 1870' en la Fundación Canal




Esta exposición contiene imágenes que pueden herir la sensibilidad tanto por su contenido violento como sexual. He tratado de seleccionar las fotografías más ligeras posibles para ilustrar la entrada (motivo por el que hay menos imágenes de lo que es habitual en este tipo de post), sin embargo, en el vídeo sí que aparecen algunas imágenes duras.

La Fundación Canal propone hasta el 8 de enero de 2012 una interesante muestra fotográfica, en la que bajo el nombre de Observados y con el denominador común de la cámara como objeto voyeurista o vigilante de nuestra intimidad, reune a un centenar de fotógrafos de diversas épocas y tendencias. De este modo, junto  a mi adorado Cartier-Bresson, Brassai, Walker Evans, Robert Frank o Dorothea Lange, podemos ver imágenes de artistas contemporáneos, paparazzi o imágenes tomadas por dispositivos de vigilancia. En total, podemos ver un total de 170 fotografías y dos audiovisuales (The Ballad of Sexual Dependency de Nan Goldin y Abscam de Chip Lordque) que exploran lo que significa mirar sin ser visto, desde el erotismo, la violencia, la muerte y la pérdida de la intimidad. La exposición ha sido organizada por el San Francisco Museum of Modern Art y la Tate Modern y patrocinada por Trellis Fund y la Phyllis C. Wattis Foundation.

Cola en el reparto de pan. San Francisco, 1933 (Dorothea Lange)

La muestra se divide en cinco bloques temáticos, de los cuales, mi favorito y el más bello a nivel estético es el primero: El fotógrafo inadvertido. En esta primera parte  podemos ver las imágenes más clásicas de la exposición, magníficas fotografías de la mano de genios como Harry Callahan, Henri-Cartier Bresson, Walker Evans, Robert Frank, Dorothea Lange, Helen Levitt o Garry Winogrand. Con la aparición de las cámaras de 35 mm los fotógrafos dejaron de estar limitados como venía sucediendo hasta entonces por grandes aparatos que acarrear de un lado a otro. Desde ese momento, la cámara acompaña al fotógrafo allá donde vaya, puede capturar el instante, además, sin ser visto. Nace de este modo la llamada Street Photography, más interesada en la inmediatez y en anticiparse a lo que se va a capturar con la cámara que en la perfección de la imagen. Este grupo de fotógrafos pudo de este modo denunciar las condiciones de vida infrahumana tanto en la ciudad como en el campo de muchas personas, el hambre o la explotación infantil.

Extraño nº 1, 1998 (Shizuka Yokomizo)

Y digo que el primer bloque es el más bello, pero a continuación vienen proyectos e imágenes muy interesantes. Vigilancia hace hincapié en que hoy en día cualquiera puede ser fotógrafo, quien más quien menos, tiene acceso a pequeñas cámaras que caben en un bolsillo y que le convierten en vigilante de los demás. También nos vigilan desde fuera, la seguridad y el control se han convertido en una obsesión en nuestra sociedad, por lo que ya a nadie le extraña o escandaliza el saber que se toman a diario miles de imágenes nuestras. En este apartado podemos ver la vigilancia tanto como estrategia bélica en las guerras, el espionaje político o industria, o la observación del individuo para estudios sociológicos. Por ejemplo, las imágenes de Shizuka Yokomizo, quien toma fotografías consentidas por sus retratados, aunque estos no saben en qué momento van a ser fotografiados.

Sin título, década 1960 (Miroslav Tichý)

Con Voyeurismo y Deseo comienzan las fotos no aptas para todos los públicos. Se explora el ver sin ser visto, la sexualidad explícita en las imágenes y el voyeurismo, con fotógrafos como Nobutoshi Araki, Merry Alpern, Brassaï, Miroslav Tichy y Kohei yoshiyuki. He seleccionado una imagen de Miroslav Tichý, artista checo que fue encarcelado durante ocho años por su declarado anticomunismo y por fotografiar a mujeres en las calles, en parques y en piscinas municipales. Esta imagen es de las más suaves, en la muestra podemos ver por ejemplo proyectos en los que se fotografía a prostitutas tanto en las calles como en el ejercicio de su profesión a través de las ventanas.

FundacionCanal_Observados_Tom-Howard-The-Electrocution-of-Ruth-Snyder--Tom-Howard_500
La electrocución de Ruth Snyder, 1928 (Tom Howard)

Esta es sin duda la parte más cruda de la muestra, tuve que apartar de hecho la mirada de dos fotografías (aunque después, repuesta del susto, pude observarlas detenidamente sin poder evitar que se me revolviera el estómago). Testigos de la violencia se centra en la muerte y la violencia, esencialmente a través de imágenes tomadas por fotoperiodistas que logran de este modo que tomemos conciencia de las atrocidades que se cometen en el mundo y que estas no queden silenciadas sino que todo el mundo las vea. La imagen seleccionada es de Tom Howard quien fotografió la primera ejecución por electrocución de la asesina Ruth Snyder con una cámara de placa en miniatura atada al tobillo Además de guerras y ejecuciones, la violencia toma forma en consumo de drogas, delincuencia, mafia y sucesos violentos.

Verano en Skorpios, Jackie dándose un baño, 1970 (Ron Galella)

Para suavizar el mal trago anterior, la muestra se cierra con imágenes más frívolas, las de Celebridades y vida pública, las fotografías tomadas a personajes famosos para las revistas, que encumbraron a toda una nueva especie de fotógrafos, los paparazzi.

La muestra puede verse hasta el 8 de enero de 2012, laborables y festivos de 11 a 20 horas y los miércoles de 11 a 15 horas, la entrada es libre. Aunque es cierto que contiene dos apartados que pueden ser duros, el dedicado a la sexualidad y el dedicado a la violencia, os invitaría a que eso no os desanime a ir a verla, ya que está claramente señalizado y metido en una sala algo apartada, por lo que si no queréis verlas, podéis pasar directamente a las fotografías de famosos con las que se cierra la exposición. Por un lado, siempre es un placer ver las imágenes de los fotógrafos clásicos, por otro, los proyectos que reflexionan sobre la intimidad que podamos tener en la sociedad actual me parecen de lo más interesantes. Espero que os haya parecido interesante esta exposición y, los que podáis, os animéis a ir a verla y comentemos luego qué os ha parecido. ¡Feliz fin de semana!

miércoles, 16 de noviembre de 2011

'Living in the Material World', el retrato en forma de documental de George Harrison a manos de Scorsese



A estas alturas ya sabéis lo mucho que me gustan los Beatles, si a eso añadimos que George Harrison es mi beatle favorito por su mirada tímida, su incursión en la cultura hindú y la fusión del sitar y la música tradicional hindú con el rock (que luego seguirían bandas a las que adoro como Kula Shaker), por sus guitarras lánguidas o llenas de energía, pero siempre de una gran sensibilidad, por no querer estar en primera fila pese a que sin él los Beatles no hubieran sido lo que fueron... Por todo eso y mucho más, desde que supe que Martin Scorsese había rodado un documental sobre el genial Beatle, estaba deseando verlo. El documental se estrenó hace unas semanas en la HBO y salió a la venta el pasado 10 de octubre en Londres. Por una vez, en España no hemos tenido que esperar mucho para poder disfrutar de este documental, y  la semana pasada se estrenaba en cines George Harrison. Living in the Material World. Este domingo fui a verla, a pesar de que avisaban antes de entrar de que duraba tres horas y media con un descanso de cinco minutos entre la primera y la segunda parte. Personalmente se me hizo cortísima, ni me enteré, pero es cierto que iba con ventaja: para empezar soy super fan de los Beatles, podría tirarme horas y horas escuchando sus discos o viendo vídeos suyos, además, me encantan los documentales o películas sobre música. Sin embargo, no fue así para todo el mundo, muchos abandonaron la sala para no volver tras el descanso (la primera parte dedicada íntegramente a su etapa con los Beatles) y otros fueron abandonando a lo largo de la segunda (dedicada a su carrera en solitario), así, en una sala que comenzó llena al cien por cien, quedamos al final la mitad de espectadores. Es cierto que el día era complicado, domingo a las 21.00 horas, por lo que terminó a las 24.30 horas, pero como digo, eso ya lo avisaban antes de comprar la entrada.



A lo que vamos, centrándonos solo en la parte técnica, he de decir lo obvio, que Martin Scorsese es un director excepcional, con una capacidad para el lenguaje cinematográfico asombrosa. Sin voz en off (la odio), sin un narrador, va discurriendo la historia que Scorsese sabe hilar con una gran maestría consiguiendo una continuidad con los comentarios de aquellos que le conocieron y del propio George Harrison, tomadas de entrevistas anteriores o actuales, todo ello con fotografías y vídeos, y cómo no, las canciones de los Beatles y de George Harrison en solitario. En cuanto al documental en sí mismo, comienza con una breve introducción en la infancia del beatle, para pasar enseguida a su experiencia en el grupo, cómo comenzó a componer sus propias canciones, algunas de ellas las más bellas de la banda como la impresionante While my guitar gently weeps, Something, Here comes the sun, I me mine o Whitin without you. La segunda parte se centra más en él como persona y descubre algunos aspectos menos conocidos de su vida: su amistad con los Monty Phyton que le llevó a financiar íntegramente La vida de Brian en la que aparece como actor de reparto, sus viajes a la India donde aprendió a tocar el sitar y las técnicas de meditación que le acompañarían toda su vida, su amistad con Eric Clapton quien se quedaría con su primera mujer Pattie... Entre los entrevistados encontramos, entre otros, a su primera esposa Pattie Boyd, su última esposa Olivia Trinidad Arias, Eric Clapton, Yoko Ono, Phil Spector, Tom Petty, y los Beatles supervivientes Paul McCartney y Ringo Starr.



El documental tiene momentos divertidísimos, como cuando George sin pensarlo mucho invitó a los Ángeles del Infierno a quedarse en los estudios de grabación de su discográfica Apple, y no había quien les echase de allí; momentos tensos como las discusiones y el fin de los Beatles; o muy tristes, como el momento en que un loco entró en su casa por la noche y le atacó brutalmente. El testimonio de su esposa Olivia contándolo es escalofriante. En aquella época George ya sufría el cáncer que acabaría con su vida en noviembre de 2001, y se cree que esas lesiones aceleraron su muerte. Especialmente emotivo es el testimonio de su hijo Dhani Harrison, hablando con muchísimo amor de su padre, cómo le decía que no fuera al colegio y se quedara tocando con él (sin embargo él iba a clase, ya que según cuenta, en su familia, la rebeldía se demostraba al ir al colegio), o cuando cuenta cómo el loco que irrumpió en su casa, acortó la vida de su padre y la posibilidad de que pudieran pasar más tiempo juntos.




Me quedo también con el simpatiquísimo (como siempre) y vital Ringo Starr, y sus emocionadas lágrimas al recordar a su amigo y compañero en la banda. A mí me ha emocionado y gustado muchísimo, en cuanto salga a la venta pienso hacerme con el dvd para verlo de nuevo, y aunque creo que es un documental de una calidad excepcional, entiendo que sólo puedo recomendároslo a los que seáis fans de los Beatles, o a aquellos que tengáis interés por conocer más de la banda de Liverpool y de George Harrison, a vosotros, os va a encantar. 


lunes, 14 de noviembre de 2011

'Yo me he llevado tu queso' de Deepak Malhotra


Título: Yo me he llevado tu queso (I Moved Your Cheese)
Autor: Deepak Malhotra
Editorial: Empresa Activa / Ediciones Urano (Octubre 2011)
Año de publicación: 2011
Páginas: 94
Precio: 8 euros 


No es habitual que reseñe en este blog libros de no ficción, ni siquiera de temas empresariales, como es el caso, la economía no es mi fuerte, pero este caso es especial, esencialmente por mi situación laboral actual en la que cualquier ayuda o idea es bienvenida. Hace 13 años apareció el que se convertiría en el libro de empresa más vendido del mundo ¿Quién se ha llevado mi queso? Movida por la curiosidad ante tanta fama, conseguí el libro y lo leí sin casi pestañear, luego le daría unas cuantas vueltas al mensaje del mismo. Se trataba de un libro innovador, en el que no nos daban mensajes gratuitos, mascados una y otra vez o consignas de autoayuda que al final resultan poco creíbles. Tampoco hablaba de las empresas, el trabajo o la economía, aunque en el fondo sí que hablaba de eso. A través de una sencilla fábula, a modo de cuentecillo, se nos presentaba un laberinto en el que vivían unos ratones buscando continuamente queso para comer. Un día, el queso desaparece inexplicablemente, y mientras unos se quedaban lamentándose y preguntándose por qué había desaparecido el queso, un ratón intrépido salía a la búsqueda de más queso. El mensaje estaba claro, no te lamentes, acepta el cambio, este ha de llegar y lo mejor es afrontarlo de la manera más optimista que podamos. En estos momentos en los que la crisis asfixia al mundo entero, y las cifras de paro llegan a cotas escandalosas, no es de extrañar que haya surgido un libro como Yo me he llevado tu queso. En cuanto lo vi, supe que quería leerlo. De nuevo, tenemos a los ratones en el laberinto, con un gran sentido del humor se habla de un libro que todos los ratones leen con avidez (La Biblia del queso) y que les invita a aceptar el cambio y a buscar el queso cuando este se acaba, incluso antes de que eso suceda. Sin embargo, uno de los ratones, Max, considera que no hay que dar todo por sentado ni creernos ciegamente lo que nos cuentan. Él quiere saber quién se ha llevado el queso, es más, desea salir del laberinto. También conoceremos a Zed y a Big, quienes se enfrentarán de maneras diferentes al laberinto.  


El autor, sin negar que el mensaje de que hay que aceptar y adaptarse a los cambios sigue siendo válido, considera que esa idea se queda un tanto pequeña ante el panorama actual, y propone la creatividad y la autonomía para cambiar aquello que no nos guste de nuestra vida, no solo a nivel laboral, sino también personal. Romper con las ataduras que muchas veces nos impone la sociedad o nuestro entorno, pero que muchas otras nos imponemos nosotros mismos, y tratar de buscar un nuevo camino con el que nos sintamos a gusto de verdad. Como se dice en el libro, el problema no es que los ratones estén en el laberinto (en laberintos ajenos, además), sino que el laberinto está en la mente de los ratones, lo que les hace imposible el poder escapar. Lo que más me ha gustado de este libro es que puede ser leído tanto por adultos a los que nos dará muchas ideas y cosas en las que pensar para poder aplicar a nuestros propios casos concretos, como a jóvenes y adolescentes, de hecho, al final del mismo, hay unas cuantas preguntas y estrategias de debate para que se hable del contenido del libro en grupo.

"El laberinto era un modo de vida. Pero no era su modo de vida. El laberinto era lo único que conocía. Pero no era lo único que podía imaginar"

Deepak Malhotra

El libro contiene algunas ideas interesantes, especialmente las de romper con lo que creemos que debemos hacer y plantearnos si nuestros actos y nuestra vida nos ayudan a ser realmente felices o no. Nos invita a tomar nuestras propias decisiones y a tomar las riendas de nuestra vida. Como suele suceder en este tipo de libros, es cierto que tiene una gran carga idealista, si uno está listo para tomar las riendas de su vida, no necesita el libro. Si uno tiene ataduras, por mucho que lo lea, y aunque esté de acuerdo con ellas, no va a cambiar de actitud o conseguir grandes avances. Es más fácil aconsejar qué hacer que conseguir hacerlo, eso está claro. Por otro lado, me parece que el mensaje de Quién se ha llevado mi queso era más alentador y fácil de llevar a la práctica, por no decir más útil. En definitiva, si te despiden, no te eches a llorar, busca otro empleo, incluso, busca otro empleo antes de que te despidan (otra cosa es que luego eso sea fácil de llevar a la práctica, porque somos personas con emociones y eso no se puede controlar, pero eso es otra historia). Quizá este libro no tenga un mensaje tan universal como el otro, pero sí que me ha parecido que tiene un valor que el otro no tenía, y es que el primero se centraba esencialmente en el mundo empresarial y adulto, y este podría aplicarse a muchos otros ámbitos, a la vida personal y a personas de muchas condiciones y edades, incluso personas que no trabajen. Si os apetece una lectura diferente y reflexionar un poco sobre quiénes somos y qué podemos hacer para romper las barreras que nos aprisionan en nuestros convencionalismos y cárceles diarias (o laberintos), este libro es muy breve, la historia es muy entretenida y os dará para muchas reflexiones y conversaciones con los demás. Deepak Malhotra es profesor en la Unidad de Negociaciones, Organizaciones y Mercados de la Harvard Business School. Aunque ha tomado la idea y parte del título, no es el autor de ¿Quién se ha llevado mi queso?, libro que fue publicado en 1998 por Spencer Johnson. Tampoco confundáis este Yo me he llevado tu queso con otro libro que existe con el mismo nombre, escrito por Darrel Bristow Bovey, que no tiene nada que ver, ya que es una obra de humor en el que se satiriza este tipo de libros.

viernes, 11 de noviembre de 2011

El Hermitage en el Prado



Como os comentaba hace poco, aproveché que este miércoles era fiesta en Madrid (el día de la Almudena) para visitar la recién estrenada exposición El Hermitage en el Prado. Os recuerdo que hay que reservar hora para poder visitarla y que, aunque el aforo es limitado, la exposición está hasta los topes, por lo menos el día que fui yo. Os aconsejaría que fueseis a alguna hora poco convencional, a la hora de comer por ejemplo, yo fui a las 15.00 y aunque estaba lleno se podía ver bien, sin embargo, cuando salimos, una hora y cuarto después, había una cola impresionante para entrar. La muestra podrá verse en el Museo del Prado hasta el 25 de marzo de 2012 de martes a domingos y festivos de 9 a 20 horas y los lunes de 10 a 20 horas. La entrada general cuesta 12 euros que, os aseguro, vale la pena gastarse.

Hermitage

Pasando a la exposición propiamente dicha, ésta ocupa dos grandes salas y recoge más de 170 obras de la colección del Hermitage. Las obras son realmente impresionantes aunque, claro, se echa de menos poder visitar el palacio en sí, que como podéis ver debe ser una auténtica maravilla. El Hermitage se encuentra a orillas del río Neva, en San Petersburgo, y sus obras fueron iniciadas por Pedro I el Grande, el zar que fundó la ciudad. Posteriormente, se iría ampliando, en especial por Catalina II, que construyó el Pequeño Hermitage y el Viejo Hermitage para albergar las colecciones imperiales de arte, y su nieto Nicolás I, quien añadió el Nuevo Hermitage. 

  
Te avae no Maria (El mes de María), Paul Gauguin (1899)

Los fondos artísticos fueron nacionalizados tras la Revolución Rusa de 1917, y las colecciones fueron posteriormente ampliadas con obras de los siglos XIX y XX. La muestra se abre con tres grandes retratos de estos tres personajes, de los que me llamó especialmente la atención Catalina II quien admiraba tanto a Voltaire que compró a la muerte de este su biblioteca y la añadió al palacio. En la primera parte de la muestra podemos hacernos una idea de cómo debió ser este en su época de esplendor, al contemplar distintos cuadros que lo retratan, además de joyas y emblemas de los zares, o vestidos cortesanos o el uniforme de general de la Guardia de Corps del regimiento de Húsares. Las joyas, el lujo y el despilfarro de los zares es evidente viendo la cantidad de objetos de valor que atesoraban, algo lamentable teniendo en cuenta la gran pobreza en la que vivía el pueblo ruso, por lo que no es tan difícil comprender por qué se inició la Revolución y por qué los zares fueron el primer objetivo de la misma.

Peine con escena de batalla Oro, Finales del siglo V – principios del siglo IV a. C. Norte del mar Negro, cuenca del río Dniéper
  
Resulta impresionante la colección dedicada al oro de los nómadas de Eurasia, quienes poblaron durante el primer milenio antes de Cristo el territorio que va desde Hungría por el oeste, hasta China y Mongolia por el este. Estos enterraban a sus reyes y grandes guerreros en lujosos sepulcros que contenían armas y adornos de oro. Las piezas de esta colección pertenecen a la Colección Siberiana de Pedro I, se formó en el primer cuarto del siglo XVIII con piezas procedentes de los saqueos de los enterramientos y de los hallazgos de las primeras excavaciones. También podemos ver la colección de orfebrería griega del Hermitage, así como piezas arqueológicas de la India, Oriente y Europa.



San Sebastián, Tiziano (1576)

Para mi gusto, las pinturas son lo más relevante de la muestra, podemos encontrar verdaderas maravillas, y es una oportunidad única de poder contemplar obras maestras impresionantes. La lista es extensa, y como siempre, solo puedo mostraros una parte (en el vídeo podéis ver más obras y objetos de la muestra). Los zares fueron recopilando a lo largo de los años obras maestras de la pintura, el dibujo y la escultura. En la primera planta podemos ver las obras más clásicas, desde Tiziano, Caravaggio, Ribera, y Velázquez, Rembrandt... El Greco es uno de mis autores clásicos favoritos, en la exposición podemos contemplar el magnífico cuadro San Pedro y San Pablo.

San Pedro y San Pablo, El greco (1592)

De su colección de dibujos, vienen obras de Durero, Rubens, Watteau e Ingres y, entre las esculturas, pueden destacarse obras de Bernini o varias de Antonio Canova, de las que me quedo con la preciosa Magdalena penitente
La magdalena penitente, Antonio Canova (1808-1809)

La segunda planta, mi favorita porque en ella se encuentran algunos de los pintores que más me gustan, presenta la colección de arte de los siglos XIX y XX. Los fondos del Hermitage de estas épocas a principios del XX eran inexistentes, por lo que tras la Revolución Rusa y la nacionalización de las colecciones imperiales y privadas, muchas grandes obras pasaron a formar parte del Hermitage. Las obras impresionistas y de las vanguardias europeas llegaron en 1948, tras la disolución del Museo Estatal de Arte Occidental de Moscú, formado principalmente a partir de las colecciones de arte vanguardista de los coleccionistas moscovitas Serguéi Schukin e Iván Morózov.

 
Niño con un perro, Pablo Picasso (1905)

Tenemos en esta planta obras de artistas impresionistas y post-impresionistas como Monet, Cézanne, Renoir, Gauguin o Matisse. De Picasso podemos ver varios cuadros, entre ellos el precioso Niño con un perro (no olvidéis pasaros por la sala 60 del museo para ver la obra en préstamo La acróbata de la bola del Museo Pushkin, estará hasta el 8 de enero). Termino la visita con la que es una de mis obras favoritas, y es que el pintor vanguardista ruso Kandinsky es uno de mis favoritos, y su obra, Composición VI, en la que representa el Diluvio, una de las que más he disfrutado observando en esta muestra. Tanto es así que, ya que siempre que voy a una exposición o a un museo me compro un marcapáginas como recuerdo de la misma, en esta ocasión he seleccionado el que representa el cuadro del ruso.
Composición VI, Vasily Kandinsky (1913)

Espero que hayáis disfrutado de la muestra tanto como yo, y a los que podáis, os animo a que no os la perdáis y que visitéis esta exposición ¡Feliz fin de semana!

miércoles, 9 de noviembre de 2011

'En el café de la juventud perdida' de Patrick Modiano


Título: En el café de la juventud perdida (Dans le café de la jeunesse perdue)
Autor: Patrick Modiano
Editorial: Anagrama (septiembre 2008)
Año de publicación: 2007
Páginas: 131
Precio: 14,50 euros

"Le Condé era para mí un refugio de la grisura de la vida. Habría una parte de mí mismo -la mejor- que algún día no me quedaría más remedio que dejar allí."

Gracias a que Karo de libro_génica ha hablado hace poco de él en su blog y a Lahierbaroja que reseñó este mismo libro en el suyo, he podido conocer a este autor francés que vais a ver más veces por el blog. ¡Seguro! Su estilo, la melancolía que destila, lo sugestivo y sensorial que es, cómo ha conseguido trasladarme al París de los años 60 haciéndome olvidar por momentos que no, que no estaba allí, me han convencido totalmente.  Patrick Modiano me gusta y mucho, sé que entre los que seguís el blog hay much@s adictos a la literatura francesa, y os va a encantar Modiano. En el café de la juventud perdida nos traslada al París de los años 60, a las calles de Montmartre, al bulevar Saint-Michel, a Montparnasse, a Pigalle... El café Le Condé - ("por las inmediaciones de la glorieta de L'Odeon, que siempre me imagino igual de lúgubre bajo la lluvia") - es el punto de encuentro donde se reunen poetas, estudiantes, marginados de la sociedad, gente que no encuentra su lugar y que aquí no es cuestionada ni juzgada, donde ni si quiera se les pregunta de dónde vienen. Es el caso de la enigmática Louki, un apodo bajo el que se esconde una joven que nadie conoce realmente. 

"De las dos entradas del café, siempre prefería la más estrecha, la que llamaban la puerta de la sombra. Escogía la misma mesa, al fondo del local, que era pequeño. Al principio, no hablaba con nadie; luego ya conocía a los parroquianos de Le Condé, la mayoría de los cuales tenía nuestra edad, entre los diecinueve y los veinticinco años, diría yo. En ocasiones se sentaba en las mesas de ellos, pero, las más de las veces, seguía siendo adicta a su sitio, al fondo del todo."

 
 Dennis Stock/Magnum, Paris St Germain des Prés (1958)

Varios hombres que la conocieron, en mayor o menor medida, serán los encargados de ir reconstruyendo las piezas del puzle de esta chica que no quiere ser reconstruida. Hija de una taquillera del Moulin-Rouge, Louki huye cada cierto tiempo de su pasado y de las personas con las que vive su presente en una continua huida hacia delante. Louki, que vagabundea con quince años por las oscuras calles de París y es detenida por vangancia de menor, la misma que se pierde entre los libros de una librería de viejo y rebusca entre obras de astronomía, la que busca sin saber qué busca ni si realmente busca algo. Todas esas Louki son reconstruidas por los demás, e incluso por ella misma. Perdida, encontrada y vuelta a perderse entre las calles de París. Una novelita que juega con la nostalgia, con los tiempos mejores que se fueron de la juventud para no volver, y que nos plantea un final inesperado, o quizá esperado también, pero trágico e intenso, un final digno de ser recordado. En el fondo, no sabremos nunca quién es realmente Louki ni falta que hace, porque como dice uno de los personajes de la novela: "Cuando de verdad queremos a una persona, hay que aceptar la parte de misterio que hay en ella".

Robert Doisneau, Parisienne (1969)

"Hay electricidad en el aire de París en los atardeceres de octubre, a la hora en que va cayendo la noche. Incluso cuando llueve. No me entra melancolía a esa hora, ni tengo la sensación de que el tiempo huye. Sino de que todo es posible."

http://salonkritik.net/08-09/modiano.jpg
Patrick Modiano

Patrick Modiano (Boulogne-Billancourt 1945) es un prestigioso escritor francés que ha recibido nada más y nada menos que el Gran Premio de Novela de la Academia Francesa en 1972, el Premio Goncourt en 1978, el Premio Roger Nimier, el Premio Fenéon y el Premio de la Fundación Pierre de Mónaco por el conjunto de su obra. La historia de amor de sus padres podría formar parte de una de sus novelas. Su padre Albert Modiano, descendiente de una familia judía italiana emigrada a París, y su madre, la actriz belga Louisa Colpijn, se conocieron durante la ocupación alemana de Francia. De hecho, ese periodo histórico suele repetirse en sus primeras novelas, que exploran la ocupación nazi en Francia y el colaboracionismo. Como os digo, yo pienso repetir con él, ha sido un flechazo lectora-autor que creo, durará bastante tiempo. Una de esas veces en que sientes que ha sido algo más que una lectura placentera, más bien una conexión.

Hoy miércoles es fiesta en Madrid, es el día de la Almudena, así que aprovecharé entre otras cosas para ver la exposición del Hermitage en el Museo del Prado, del que ya tengo las entradas. Os aviso, porque a mí me ha pillado de sorpresa, que hay que coger hora previa para la visita. Se puede hacer tanto por teléfono, como online o presencialmente (aunque está todo bastante a tope y es mejor cogerlas con tiempo). Para los periodistas como yo, o cualquier otra persona que pueda entrar gratis a la exposición, ojo, porque también tenemos que reservar hora previamente, no es llegar y ya está. Hay una opción para coger las entradas gratis online y una vez allí se canjean en taquilla enseñando la acreditación, aunque es obligatorio comprar una normal cuando se coge la gratuita (yo he aprovechado para coger la de mi chico que tiene que pagar). Tenéis toda la información aquí, de todos modos, este viernes, os traeré mis impresiones de qué me ha parecido este viaje a Rusia que tantas ganas tengo de hacer (también al país de verdad, ¡ojalá!) y toda la información que pueda reunir.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Concierto de Yes en La Riviera: virtuosismo y emoción a partes iguales sobre el escenario



Hay conciertos para pasarlo bien, corear canciones, bailar... Y otros para disfrutar al cien por cien viendo cómo alguien puede sacar un sonido maravilloso e inimaginable con su instrumento. El concierto de Yes fue un ejercicio de virtuosismo, a la vez que un regalo absoluto para los que pudimos verles en directo. La Riviera abarrotada, algo poco frecuente en este tipo de conciertos, en los que los integrantes del grupo son más que veteranos y las formaciones originales han sufrido cambios a lo largo del tiempo. Eso sí, no había visto jamás un público tan entregado, tanto es así, que los propios músicos nos miraban con una mezcla de orgullo, felicidad y asombro ante las intensas ovaciones que nos arrancaban, especialmente al final del espectáculo, cuando toda la banda en el escenario saludó y despidió al público. A pesar de que los veteranos del grupo andan más allá de la sesentena, eso no afectó para nada a la actuación, más bien al contrario ¿cómo consiguen seguir en tan buena forma? El bajista Chris Squire, impresionante marcando el ritmo, el batería Alan White o el teclista Geoff Downes dieron lo mejor de sí mismos. Y aunque el cantante original de la banda Jon Anderson será siempre insustituible, el "joven" Benoit David de 45 años que le sustituye, consigue que por momentos consigamos olvidar que no estamos oyendo al cantante original del grupo, ya que el timbre de su voz es bastante parecido al de Anderson. Sin embargo, con el que creo que nos quedamos todos embobados, emocionados hasta las lágrimas, fue con el increíble guitarrista Steve Howe de 64 años. ¿Cómo lo hace? ¿Cómo puede conseguir que su guitarra nos hable, cante, transmita con tanta intensidad? Muy pocos guitarristas pueden conseguir lo que este hombre, y en ese sentido sé que he tenido la inmensa suerte de poder ver a uno de los grandes encima de un escenario. Uno de esos músicos que por desgracia ya no se estilan, de una época en la que los guitarristas insustituibles eran parte esencial de un grupo.



El momento más mágico de la noche fue cuando Steve Howe armado él solo con su guitarra y sin el acompañamiento del resto del grupo nos enseñó de lo que es capaz, atreviéndose con todo y demostrando que es un auténtico maestro de la fusión: rock, jazz, country, blues, flamenco... sus dedos se movían por la guitarra como si nada, como si hubiese nacido con la guitarra pegada a sus manos. Si acaso la única pega que le pondría al concierto es que las canciones del nuevo álbum no llegan ni a la mitad de la emotividad que alcanzaban sus temas clásicos, que no solo eran virtuosos sino llenos de ritmo, divertidos y trepidantes, con el último álbum la banda se ha quedado tan solo con el lado virtuoso, siendo una pena que ya no conserven ese "algo" que les hacía especiales y diferentes. A pesar de ello, un diez para esta banda y para la magnífica actuación que nos regalaron el viernes en La Riviera, que terminó de la mejor de las maneras posibles, con un apoteósico Roundabout final. Me siento muy feliz de haber podido ver algo así en directo, especialmente teniendo en cuenta que los grandes grupos del rock son cada vez más difíciles si no imposibles de ver en directo. Y especialmente quiero agradecerle a mi chico que me regalase la entrada para poder asistir al concierto, hubiese sido una gran pena que no hubiese podido disfrutarlo, y si ha sido posible ha sido gracias a él.