Título: Las hermanas Woolf (Vanessa & Virginia)
Autor: Susan Sellers
Editorial: Emecé (junio 2011)
Año de publicación: 2008
Páginas: 240Precio: 21,90 euros
Aunque aún no os hayáis animado a leer algo suyo, pocos habrá que no hayan oído hablar alguna vez de Virginia Woolf, escritora y feminista inglesa que nos ha dejado clásicos como Al faro, Orlando o La señora Dalloway (la única obra suya que he leído hasta el momento y que me gustó muchísimo). Sin embargo, quizá su hermana Vanessa Bell sea algo menos conocida, y no por falta de talento, ya que fue una excelente pintora, miembro también del círculo de Bloomsbury junto a su hermana y otros intelectuales británicos de principios del siglo XX. Las hermanas Woolf es una novela que trata de recrear la relación entre ambas hermanas, a veces inseparables y otras veces claramente enfrentadas por los celos tanto por sus respectivas carreras artísticas como por los hombres que amaron. La historia nos la cuenta Vanessa, dirigiéndose en presente a Virginia, algo que al principio me chocó, pero a lo que poco a poco me fui acostumbrando y que realmente consigue crear un ambiente más íntimo y realista.
Algunos miembros del Círculo de Bloomsbury: de izquierda a derecha Lady Ottoline Morrell, Maria Nys (posteriormente esposa de Aldous Huxley), Lytton Strachey, Duncan Grant y Vanessa Bell
Al ser Vanessa la que cuenta la historia, conocemos muchas facetas de su vida y la historia se centra esencialmente en ella y en cómo ve a su hermana Virginia: la tensa relación de ambas hermanas con sus padres, los abusos sexuales que se supone sufrieron de manos de sus hermanastros mayores, sus primeros pasos con la pintura y la escritura, las prematuras muertes de sus padres y de su hermana mayor... Pero también y muy especialmente, su experiencia frente a un lienzo. A los que os guste la pintura disfrutaréis doblemente de este libro, ya que se dedican algunos pasajes a describir cómo crea Vanessa sus cuadros, las pinceladas y colores que escoge. Personalmente no conocía el trabajo de Vanessa Bell, y me ha parecido una pintora realmente interesante con cuadros llenos de luz y color. No en vano, introdujo el impresionismo en Inglaterra, realizó el diseño de las cubiertas de los libros de su hermana y es considerada una de las mejores retratistas y paisajistas británicas del siglo XX. Son especialmente divertidos los pasajes en los que se muestra el rechazo de la sociedad inglesa de la época hacia las exposiciones de impresionistas franceses en Londres al considerarlos escandalosos.
Retrato de Virginia Woolf realizado por su hermana Vanessa Bell
Desde su infancia en Hyde Park Gate en Londres, hasta la creación del círculo de Bloomsbury donde además de Virginia y Vanessa se encontraban entre otros el esposo de Virginia, Leonard Sidney Woolf, los críticos de arte Roger Fry y Clive bell, el economista J.M. Keynes, la escritora Katerine Mansfield y los pintores Dora Carrington y Duncan Grant. Asistimos al matrimonio de Vanessa con Clive Bell, con quien tuvo dos hijos, y a sus tormentosas relaciones con sus amantes el crítico de arte Roger Fry y especialmente con el pintor Duncan Grant, con quien además compartía la pasión por la pintura, y con quien tuvo una hija que Clive crió como propia. Vanessa y Duncan vivieron juntos hasta la muerte de ella y juntos decoraron la preciosa granja de Charleston (East Sussex), donde se reunía el grupo de intelectuales y que hoy en día está abierta a las visitas del público. Os animo a que echéis un vistazo al enlace que os dejo porque la casa es una auténtica maravilla, por mi parte, espero poder visitarla algún día.
La preciosa granja de Charleston
Además, la novela introduce momentos históricos que vivieron como el estallido de la I Guerra Mundial, o incluso la Guerra Civil española, ya que Julian, hijo de Vanessa, participó en la contienda. Contando todo esto, parece que la novela no hable en absoluto de Virginia Woolf, y si que lo hace, sus primeros éxitos como escritora, su matrimonio con Leonard Woolf, sus continuas recaídas en depresiones y estados ciclotímicos debido al trastorno bipolar que sufría y finalmente su trágico suicidio a los 59 años. Lo que sucede es que la figura de Virginia era, por lo menos para mi, más conocida y descubrir a su hermana Vanessa ha sido lo que realmente me ha cautivado de la novela que, de hecho, asienta todo su peso en ella, ya que, como ya he comentado, es a través de sus ojos por los que vemos lo que va sucediendo. La novela va recorriendo un amplio periodo de tiempo, de hecho, una vida completa, la de Virginia Woolf, pero lo va haciendo a pequeñas pinceladas, por lo que su lectura no se hace pesada. Al contrario, llena de diálogos, capítulos breves y una escritura sencilla, es un libro que se lee sin dificultad, que nos atrapa dentro de esa relación entre dos hermanas que no podían vivir la una sin la otra pero que no podían dejar de rivalizar continuamente. Dos mujeres totalmente adelantadas a su tiempo, que quisieron vivir en libertad, saltarse los convencionalismos de la época y ser totalmente independientes. Algo que no siempre las hizo felices pero que nos ha dejado grandes obras literarias y cuadros de una gran belleza.