viernes, 28 de septiembre de 2012

Fotografías de Imogen Cunningham en la Sala de Exposiciones Azca de la Fundación Mapfre

Imogen y Twinka, Judy Dater (1974)

Hasta el 20 de enero de 2013 puede verse en la Sala de Exposiciones Azca de la Fundación Mapfre la muestra dedicada a la fotógrafa norteamericana Imogen Cunningham (1883-1976), una pionera y una innovadora en su campo, así como en su vida personal, una adelantada a su tiempo que decidió desde muy joven dedicarse a la fotografía y trabajar fuera de casa, unas decisiones poco habituales en su época. 

Phoenix tumbada, Imogen Cunningham (1968)

Imogen nació en 1883 en una granja de Portland (Oregón), fue allí donde comenzó a positivar sus primeras fotografías en una leñera que su padre le acondicionó como cuarto oscuro. Estudió Química en la Universidad de Washington (Seattle), por ser en aquel momento lo más cercano que podía estudiar relacionado con la fotografía, y contó siempre con el apoyo incondicional de su padre, de hecho, fue la única de sus diez hermanos que tuvo estudios superiores.

Autorretrato, Imogen Cunningham (1906)

En 1906 compró su primera cámara con la que realizó diversas fotografías en el campus de su Universidad. Una de las imágenes más importantes de esa época fue un provocador y rompedor autorretrato (no olvidemos que estamos hablando de principios del siglo XX) totalmente desnuda y tumbada en la hierba.

Clare y semillas flotantesImogen Cunningham (1910)

Aprendió sus primeras técnicas fotográficas en el estudio de Edward S. Curtis, donde estuvo trabajando antes de irse a Dresde (Alemania) a completar sus estudios. Allí comenzaría su época más experimental y el desarrollo de un estilo propio, al fundar junto a Ansel Adams o Edward Weston el grupo f/64 cercano a la "nueva objetividad".

Gemelos con espejoImogen Cunningham (1923)

En 1917 se casó con el grabador Roi Partridge, con quien tendría tres hijos (Gryffid y los gemelos Rondal y Padraic). Los cuatro serían un motivo constante de inspiración y son realmente interesantes los retratos familiares que pueden verse al final de la exposición, que muestran la faceta más íntima de la fotógrafa, pero que no por ello dejan de ser experimentales y siguen mostrando su gran personalidad. 

Man Ray versión de Man RayImogen Cunningham (1960)

Una vez consagrada en el mundo de la fotografía, comenzó a retratar a personajes destacados de la época: artistas, bailarines, escritores o músicos, entre los que podemos ver el original e interesantísimo retrato a Man Ray que aplica las innovaciones estéticas introducidas por él, así como retratos a Cary Grant, Frida Kahlo o Lisette Model.

Cama deshecha, Imogen Cunningham (1957)

En 1975, ya consagrada como una de las fotógrafas norteamericanas más influyentes, fundó el Imogen Cunningham Trust (donde podéis ver más imágenes suyas), una institución privada dedicada a catalogar, investigar y preservar sus archivos fotográficos. La mayoría de las imágenes que pueden verse en la muestra pertenecen a este fondo, así como a varios museos como el Seattle Art Museum o la George Eastman House

Martha Graham 2, Imogen Cunningham (1931)

La muestra se estructura en función de las distintas temáticas que tocó la fotógrafa. Se abre con los Retratos, una serie que continuó a lo largo de toda su vida, retratando tanto a personajes públicos como a su propia familia. De hecho, su último proyecto, emprendido con 92 años, La vida después de los noventa, consistió en retratar a personas mayores de 90 años, una serie que quedó inacabada al morir la artista en 1976 a los 93 años de edad.

Flor de Magnolia, Imogen Cunningham (1925)

Por lo que cuento, está claro que la muestra me ha entusiasmado, salvo la sección que viene a continuación dedicada a Flores, paisajes, bodegones.

Cinco huevos, Imogen Cunningham (1951)

Es quizá la parte que menos me ha gustado de la exposición sin quitarle mérito, ya que esos primeros planos de flores me parecen totalmente arriesgados y provocativos, al tener un fuerte contenido sexual del que, sin embargo, carecen sus desnudos, mucho más sensuales que sexuales.

John Bovington 2, Imogen Cunningham (1929) 

El cuerpo y  la danza presenta los desnudos que fotografió y que para la época eran totalmente provocadores, especialmente los masculinos. Todos ellos, sin embargo, están hechos con mucho gusto, llenos de belleza y sensualidad, podría decirse que esos cuerpos forman parte del paisaje y de la naturaleza, que son ellos mismos naturaleza.

Tres bailarinas, Mills College, Imogen Cunningham (1929)

Además, son icónicas sus fotografías dedicadas a bailarines, donde la belleza y eslasticidad del cuerpo humano cobran su máxima expresión.

Vendedor de periódicos, Imogen Cunningham (1939)

Vida y arquitectura urbanas nos presenta fotografías de calle inspiradas por la fotógrafa Lisette Model a la que conoció en 1946.

Mi padre a los 90, Imogen Cunningham (1936)

Por último. y como comentaba antes, la parte final de la exposición está reservada a los retratos familiares, tanto de sus padres como de su marido y tres hijos, así como de las fotos que su marido le hizo a ella en un ambiente más relajado y familiar.

Dream walking, Imogen Cunningham (1968)

Además de la belleza en sí de las imágenes quiero destacar de nuevo la originalidad, innovación y especialmente el arrojo a la hora de hacer fotografías adelantadas a su tiempo, muchas veces arriesgadas y poco correctas para la época.

Desnudo, Imogen Cunningham (1939)

La muestra puede verse hasta el 20 de enero de 2013 en la Sala Azca (avenida General Perón, 40), la entrada es gratuita y puede visitarse los lunes de 14 a 21 horas; de martes a sábado de 10 a 21 horas y los domingos y festivos de 12 a 20 horas.

Otro brazo, Imogen Cunningham (1973)

Toda una innovadora y una oportunidad única de ver estas fotografías, si podéis acercaros, no os la perdáis. ¡Feliz fin de semana!

martes, 25 de septiembre de 2012

'22/11/63' de Stephen King

Stephen King

Título: 22/11/63 (
11/22/63)
Autor: Stephen King
Traducción: Gabriel Dols Gallardo / José Oscar Hernández Sendín
Editorial: Plaza & Janés (marzo 2012)
Año de publicación: 2011
Páginas: 864
Precio:  26,90 euros
Apestaba en las inmediaciones de las fábricas y en los transportes públicos donde todo el mundo fumaba como una chimenea, pero la mayoría de los lugares poseían un olor increíblemente dulce, increíblemente nuevo. La comida sabía bien; la leche te la dejaban directamente en tu puerta. Tras un período de abstinencia de mi ordenador, había adquirido la perspectiva suficiente para darme cuenta de lo adicto que me había vuelto a esa jodida máquina, malgastando horas leyendo estúpidos archivos adjuntos y visitando páginas web por la misma razón que impulsa a los alpinistas a escalar el Everest: porque estaban allí. Mi teléfono móvil nunca sonaba porque no tenía teléfono móvil, y qué alivio había resultado ser. Fuera de las grandes ciudades, la mayoría de la gente aún compartía la línea telefónica, ¿y echaban el cerrojo por la noche? Y una mierda lo echaban.

Está claro que Stephen King nunca será un clásico de la literatura, ni falta que le hace. Su objetivo es entretener, engancharnos y hacer que devoremos con pasión auténticos tochazos... Y eso lo consigue con creces con este libro. Casi 900 páginas de las que no he podido despegarme durante cinco días y que, a pesar de su extensión, me han dejado con ganas de más. King es menos King que nunca con esta novela, y aún así, me parece la mejor que ha escrito en los últimos años. Se aleja totalmente del terror y se adentra en la ciencia ficción, tomando la idea ya clásica de los viajes en el tiempo pero renovándola totalmente y llevándola a su terreno. Nuestro protagonista es Jake Epping, un profesor divorciado con una vida anodina que por circunstancias se encontrará con un pasadizo que le llevará al pasado, a 1958. Tras la sorpresa e incredulidad iniciales, Jake se embarcará en ese viaje al pasado tratando de cambiar cosas que no debieron suceder nunca, como el asesinato de una familia a manos del padre borracho o un accidente en el que una niña queda paralítica. Pero el objetivo real de ese viaje es llegar hasta el 22 de noviembre de 1963 del título, día en que Lee Harvey Oswald asesinó en Dallas al presidente de EEUU, John Fitzgerald Kennedy, averiguar si Oswald trabajó en solitario o si se trató de una conspiración, e impedir la muerte del presidente.

Autocine a mediados de los 50, Robert Frank (1955)

La trama es absolutamente trepidante y King consigue que esa premisa que parece la principal en la novela (el asesinato de Kennedy) incluso se nos olvide por momentos, y nos interesemos con igual o mayor fervor por otras subtramas que van apareciendo a lo largo de la historia, ya que la variedad de personajes y situaciones en las que se ve involucrado el protagonista son muchas. La novela tiene así otra vertiente además de la de novela de ciencia ficción, y es constituir un retrato muy bien documentado de la América de finales de los 50 y principios de los 60. Un mundo idealizado en el que no existen ordenadores ni móviles, donde la comida no contiene aditivos y sabe espectacularmente casera y buena, por no hablar del precio, todo es baratísimo, incluso la gasolina, la gente es mucho más abierta y simpática, los adolescentes se dirigen a los adultos llamándoles señor o señora y el mundo parece en general más amable y mejor. Sin embargo, el autor no cae tan solo en ese sentimentalismo y nostalgia del pasado, y refleja también las taras de esa sociedad como la contaminación medioambiental, el humo del tabaco por doquier (autobuses, colegios, centros de salud...), las deficiencias en los avances médicos, y especialmente el racismo abierto de la sociedad y el machismo que consiente la violencia doméstica como un mal menor que la mujer ha de aceptar. King, como suele hacer en sus novelas, aprovecha para verter críticas a la sociedad estadounidense actual, como la política de terror que existe frente a los ataques terroristas y que los distintos Gobiernos han ido utilizando para tener bajo control a los ciudadanos, el capitalismo salvaje, el abuso en los precios, la deshumanización de la sociedad, etc... 

Cartel publicitario de la época

Los personajes son una de las grandes bazas en las novelas de King y aquí no podía ser menos, todos ellos dibujados de tal manera que nos resultan de lo más reales y cercanos. Desde su amigo Al, cómplice en las excursiones al pasado; o Harry Dunning, víctima en su infancia de la violencia de su padre; y especialmente la bella Sadie de la que Jake se enamora perdidamente, así como todos y cada uno de los habitantes de la encantadora localidad de Jodie, un paréntesis de felicidad para el personaje en su misión y uno de los pasajes del libro que más me han gustado. La música (Chuck Berry, Elvis...), los bailes, la ropa, la comida y bebida, la vida en general en los años 50 está tan bien retratada que por un momento sentimos que nosotros también hemos hecho ese viaje en el tiempo con el protagonista. Además, la parte del asesinato de Kennedy está también bastante documentada y resulta interesante conocer a Oswald como personaje previo al asesinato, sus motivaciones y su vida. Para ello, King nombra en el epílogo varios libros que ha utilizado para documentarse, entre ellos el magnífico Oswald: un misterio americano de Norman Mailer, una novela que yo os recomiendo también si os interesa el tema, ya que es absolutamente fascinante. Mailer entrevistó a todos aquellos que tuvieron relación con Oswald llegando incluso a viajar a Minsk (Rusia) donde vivió Oswald, construyendo de este modo una de las mejores novelas biográficas que he leído nunca.

El presidente y su esposa Jackie poco antes de ser disparados por Oswald

Pero ¿se puede cambiar realmente el pasado? ¿Puede hacerse sin consecuencias? Cada regreso de Epping a 2011 y de nuevo al pasado es una especie de reinicio y nada de lo hecho parece haber tenido consecuencias ¿o si? Porque durante toda la novela  se tiene en cuenta el efecto mariposa: toda acción, por pequeña que sea, tiene sus consecuencias y puede alterar el futuro; además de que el pasado ofrece resistencia al cambio. Para saberlo tendréis que leerlo, os garantizo una lectura totalmente adictiva con un marco incomparable como son los años 50 en EEUU, con un final que no juega con el lector y que acaba siendo todo lo realista y lógico que puede ser teniendo en cuenta que se trata de una historia de ciencia ficción, y que nos arranca una sonrisa y nos hace pensar que Stephen King lo ha vuelto a hacer, nos ha enganchado en sus redes, nos ha llevado con esta historia por donde ha querido y lo mejor de todo, nos ha regalado un final que nos deja más que satisfechos.

viernes, 21 de septiembre de 2012

'Los años de la Dolce Vita' en la Sala Canal de Isabel II



Después del habitual parón de verano, vuelven las exposiciones, poco a poco y casi con cuentagotas (por desgracia la crisis ya sabemos que no perdona a la cultura), pero con algunas propuestas bastante interesantes.



En la Sala Canal de Isabel II (c/Santa Engracia, 125) puede verse hasta el 6 de enero de 2013 la muestra Los años de la Dolce Vita, que recoge a través de 160 fotografías, trajes, diseños, dibujos y vídeos la intensa época que vivió la ciudad de Roma durante los años 50 y 60, convirtiéndose en epicentro del mundo del cine, la moda y el famoseo.


La muestra tiene la virtud de acercarse a esa época desde distintas perspectivas: moda, cine, fotoperiodismo, fotografía... 


Todo ello para reflejar cómo Roma se convirtió entonces en epicentro del mundo del cine a nivel mundial, ya que allí acudían estrellas de Hollywood a rodar producciones norteamericanas como Cleopatra o Ben-Hur.


Además, el propio cine italiano tuvo un importante auge gracias a directores inmensos como FelliniPasolini, etc... O mitos de la pantalla como Sofía Loren, Marcello Mastroianni o Claudia Cardinale.


Esa reunión de actores, artistas y famosos en una misma ciudad, llevó a una continua fiesta, al desenfreno, el derroche y el lujo que Federico Fellini supo plasmar tan bien en su inolvidable film La Dolce Vita.



La muestra se divide en varios ámbitos, aprovechando las distintas plantas del edificio, la planta baja está dedicada a las películas que se rodaron en la Cinecittà y que le valieron a Roma el calificativo de Hollywood de Europa.



Aquí puede verse un fragmento del documental de Marco Spagnoli: Hollywood sobre el Tíber, que refleja la Roma cinematográfica de la época, y que puede verse completo en la planta superior del edificio. 


Hay además dos trajes, uno de Balenciaga y otro de Valentino de los años 60, así como una selección de fotos de Tazio Secchiaroli en quien se basó Fellini para crear su personaje del paparazzo en La Dolce Vita. Además unas lonas de gran tamaño muestran imágenes de los rodajes de películas como Cleopatra, Ben-Hur, Matrimonio a la italiana o Espartaco.



En las plantas siguientes podemos contemplar fotografías de la época realizadas por Marcello Geppetti y Arturo Zavattini, que marcaron lo que sería el periodismo gráfico posterior.


La figura de los paparazzi tal y como los conocemos ahora quedaría entonces instaurada, así como la fijación de los famosos por romper cámaras, agredir a fotógrafos  o huir de ellos.


Además de las magnífica fotografías que conforman el grueso de la exposición y que en mi opinión son lo más interesante de la misma, se hace un alto en el mundo de la moda con una proyección con el primer desfile masculino de la casa Brioni en los 50 y una selección de fotos de las joyas de Bulgari que las actrices que acudían a trabajar a la Cinecittà lucían como Elizabeth Taylor, o cómo actores y actrices se confeccionaban trajes a medida de la mano de los diseñadores italianos más exclusivos.



En las imágenes podemos ver a algunas de las caras más famosas que dio el cine de la época como Audrey Hepburn, Cary Grant, Sofia Loren, Liz Taylor, Kirk Douglas, Richard Burton, Charlton Heston, Clint Eastwood, Jane Fonda, Joan Collins, Gregory Peck, Anthony Hopkins, Jack Lemmon, Rita Hayworth, Rock Hudson, Robert Mitchum, James Stewart o Alain Delon, entre otros.



La exposición puede verse de martes a sábado de 11 a 14 y de 17 a 20.30 horas; y los domingos y festivos de 11 a 14 horas de forma gratuita. ¡Feliz fin de semana!

lunes, 17 de septiembre de 2012

'Mil grullas' de Yasunari Kawabata

Mil grullas

Título: Mil grullas (Sembazuro)
Autor: Yasunari Kawabata
Traducción: María Martoccia
Editorial: Emecé (mayo 2005)
Año de publicación: 1951
Páginas: 144
Precio:  17,50 euros

Y uno veía mil grullas, pequeñas y bancas, que comenzaban a volar a su alrededor.

A los que les pueda dar miedo enfrentarse por primera vez a la literatura japonesa por lo que pueda tener de lírica, tradicional y opuesta a nuestra cultura occidental, que ni se les ocurra acercarse a Kawabata. A los que queráis dejaros seducir por una prosa aparentemente sencilla, pero llena de símbolos e imágenes ancestrales, inundada de belleza por la belleza en sí misma, ceremonias transmitidas a lo largo de los siglos, y un mundo totalmente diferente al nuestro, aunque con personajes que en el fondo sienten, aman y sufren igual que nosotros, no podéis perderos a Yasunari Kawabata. Sin duda, uno mis autores japoneses favoritos, cada página suya, cada instante, descripción o diálogo de sus novelas, nos mete de lleno en ese mundo de sensualidad, belleza, gestos delicados y pausados, que suelen asociarse al mundo oriental.

Templo Engakuji en Kamakura

Mil grullas se desarrolla en la ciudad japonesa de Kamakura, donde vive Chikako, una mujer acomplejada y llena de desprecio hacia los demás por una enorme mancha que le cubre uno de sus pechos. Esto no impidió que fuera durante años la amante del padre del protagonista, el joven Kikuji, y que, al caer en desgracia tras buscarse el padre una nueva amante (la señora Ota) consiguiera hacerse con el poder en casa de este, manipulando tanto a la madre ya fallecida de Kikuji, como al propio Kikuji. Chikako es instructora de la ceremonia del té, y un día, reune en una de estas ceremonias a Kikuji, a la señora Ota y a su hija Fumiko, creándose una compleja relación entre estos personajes que, como suele suceder en las novelas de Kawabata, termina de forma violenta y trágica, en un torbellino de sexo y muerte. Para completar este complejo y delicado entramado de relaciones, aparece en escena la bella Yukiko adornada con un pañuelo cubierto de grullas (símbolo de longevidad), a la que Chikako trata de emparejar con Kikuji.

Ceremonia del té

Además de estas relaciones complejas entre personajes, y los abundantes diálogos entre ellos, uno de los ejes centrales de la novela es la ceremonia del té y los instrumentos necesarios para realizarla, que en este caso Chikako ha acaparado y se ha llevado de casa de Kikuji. La ceremonia del té japonesa es mucho más que el simple acto de tomar una taza de té que practicamos en occidente. Se trata de un ritual muy antiguo y muy complejo, con influencias del budismo zen, lleno de significados y símbolos, para el que quienes lo practican tienen que estar preparándose durante años e incluso toda una vida. Los invitados también deben conocer los rituales de la ceremonia para poder seguirla adecuadamente, es por eso que en muchos colegios y Universidades se enseña como una disciplina más. El té utilizado es el té verde o matcha, y la ceremonia abarca además de la preparación de esta bebida, el saber utilizar el kimono y la decoración adecuados, así como crear el ambiente ideal para los invitados a la misma.

Tres preciosos tazones para la ceremonia del té de cerámica Raku, Hagi y Karatsu

Para la ceremonia se utilizan distintos utensilios de una gran belleza y cada uno con un significado concreto. En muchos casos, estos tazones y jarras tienen siglos de antigüedad y un valor incalculable, y pasan de generación en generación dentro de una familia, como un auténtico tesoro y legado de sus ancestros. Así sucede en la novela donde, por ejemplo, aparecen tazones y jarras ceremoniales de cerámica Shino, Ryunyu, Raku o Karatsu. Además, tanto las Casas de Té donde se celebran estos rituales, como las casas particulares, tienen una especial distribución en atención a la filosofía zen, y están exquisitamente decoradas con auténticas obras de arte y otros objetos artísticos cuya función muchas veces es meramente contemplativa (la belleza por sí misma) como las acuarelas Sotatsu.

Acuarela Sotatsu, El desplazamiento de los pájaros

La novela tiene dos niveles de lectura: uno sencillo, con frases breves y abundantes diálogos, en el que se nos relatan esas relaciones interpersonales de odio, amor, deseo sexual y poder entre los personajes; y si queremos profundizar, otro nivel en el que se encuentra todo lo que rodea la historia, las ceremonias de té con sus rituales e instrumentos, los símbolos ocultos en el relato, para los que deberemos investigar un poco más, aunque el libro tiene abundantes notas a pie de página explicativas. Se lea como se lea, es en definitiva, una bellísima historia de sentimientos cruzados, en el marco de una cultura milenaria llena de pequeños detalles que os encantará si, como a mí, os fascina la cultura japonesa y queréis aprender más de ella.

Yasunari Kawabata

Yasunari Kawabata (1899-1972) fue el primer escritor japonés en ganar el premio Nobel de Literatura en 1968. Su obra, al igual que su vida, están marcadas por la muerte que experimentó de cerca desde muy pequeño, ya que se quedó huérfano a los 3 años, algo que marcaría profundamente su personalidad y que le convertiría en alguien sumamente solitario. Ingresó en la Universidad de Tokio donde comenzó estudiando Literatura en Lengua Inglesa para cambiar posteriormente a Literatura del Japón, durante esos años publicó sus primeros trabajos en revistas literarias de la época. Su primera novela fue La bailarina de Izu publicada en 1927, seguida de País de nieve, novela que le consagró como uno de los escritores más importantes de Japón. Recibió la medalla Goethe en Frankfurt en 1959, y tres años después de recibir el Nobel de Literatura, se suicidó inhalando gas a los 72 años, enfermo y víctima de una depresión tras la muerte de su amigo y discípulo el también escritor Yukio Mishima. Entre sus obras más conocidas, además de las ya nombradas, se encuentran El maestro de Go, Primera nieve en el monte Fuji, La casa de las bellas durmientes o Kioto. En el blog podéis encontrar además las reseñas de El rumor de la montaña y Lo bello y lo triste.

jueves, 13 de septiembre de 2012

'La nieta del señor Linh' de Philippe Claudel

Claudel

Título: La nieta del señor Linh (Le petite fille de Monsieur Linh)
Autor: Philippe Claudel
Traducción: José Antonio Soriano Marco
Editorial: Salamandra (agosto 2006)
Año de publicación: 2005
Páginas: 128
Precio:  12,50 euros

Un anciano en la popa de un barco. En los brazos sostiene una maleta ligera y a una criatura, todavía más ligera. El anciano se llama Linh. Él el único que lo sabe, porque el resto de las personas que lo sabían están muertas.

Hay libros que solo se pueden recomendar a unos pocos, otros que recomendaríamos a todo el mundo por lo mucho que nos han gustado, y luego, hay otro tipo de libros que sabemos que sí deberíamos recomendar, porque son esa clase de libros que pueden gustar a todos, a lectores y no lectores, e incluso crear el hábito de lectura a estos últimos. Dentro de esa categoría encuadraría a La nieta del señor Linh de Philippe Claudel, una novela muy breve de poco más de 100 páginas, capítulos muy cortos, frases casi telegráficas, un ritmo que nos invita a no soltar el libro y una historia universal que deja huella. En mi caso lo leí del tirón, y no creo que lo olvide fácilmente. Narra la historia de un inmigrante, el señor Linh (no se especifica de qué país procede, podría ser Camboya, Vietnam...) que llega a Francia cargado con una pequeña maleta y su aún más pequeña nieta de pocos meses de vida, Sang Diu, que significa Mañana dulce. Esta niña es lo único que le queda al señor Linh, quien ha perdido a su hijo y a su nuera (padres de la pequeña), su hogar y todo lo que conocía por culpa de la guerra. Llega a este país desconocido, donde no entiende a nadie y donde el aire no tiene olor y la comida no tiene sabor. Un día, ese vacío que solo llena su nieta, se hace un poco más pequeño al hacerse amigo del señor Bark, un hombre que ha perdido a su mujer hace poco, y que se siente tan solo como el señor Linh, con lo que, a pesar de que no se entienden, nace entre ambos una gran amistad.


Como apuntaba antes, la historia es universal, si cambiamos la nacionalidad del señor Linh y el país al que llega, esta historia podría tener lugar en cualquier punto del mundo. La soledad y el desarraigo de los inmigrantes, su incomprensión de los países que los acogen sin acogerles realmente, tan solo internándoles en centros de acogida, la indiferencia de los demás, y esencialmente su añoranza de todo lo que han dejado atrás y perdido, son los ejes de esta historia. Una historia que cuenta con un desenlace final que al menos yo no me esperaba y que me resultó muy triste, un giro muy inteligente por parte del autor que da la vuelta a la historia y que nos sorprende con su habilidad para habernos llevado por donde ha querido a lo largo de toda la novela y habernos hecho creer lo que no era.

Niños en un lago de Angkor, Camboya (1996). Gervasio Sánchez

Es una novela con un ritmo muy fluido, frases cortas y muy directas que nos meten de lleno en la historia y que nos ayudan a empatizar en seguida con el señor Linh, un anciano entrañable que se desvive por cuidar a su nieta, que, de hecho, abandona su país para poder darle a esta un futuro mejor. 

Pronto será una chiquilla, luego una adolescente y después una joven. El tiempo pasa deprisa. La vida pasa deprisa y convierte los tiernos capullos de loto en grandes flores abiertas a orillas de los lagos. Él quiere ver florecer a su nieta. Quiere vivir para ver eso, y no le importa que vivir signifique vivir lejos de su país, vivir allí, en aquella mansión rodeada de muros.

Bahía de Ha Long, en Vietnam

Parece mentira que un libro tan breve sea capaz de tratar tantos temas: la inmigración, las guerras, el desarraigo, la incomunicación, el desinterés por los demás... Y que provoque tantos sentimientos: ternura, tristeza, amistad, amor... Dos puntos son los que destacaría del libro, por un lado el inmenso amor del señor Linh hacia su nieta y como trata de darle una vida mejor manteniendo vivas las raíces culturales que han dejado atrás. Y de otro, cómo muchas veces los problemas de comunicación son más culpa nuestra que problemas reales. Ya que, a pesar de que hablan idiomas distintos, que provienen de dos culturas muy diferentes y que en un principio no tendrían nada en común, el señor Linh y el señor Bark logran comunicarse, entenderse, crear vínculos y una amistad y un cariño muy grandes, y lo consiguen porque las palabras o la procedencia no son importantes, lo importante es que se escuchan, se dan compañía, se esfuerzan por ver cuáles son los intereses de cada uno y demostrar su amistad con pequeños gestos de cariño. Sin que podamos decir que nos encontramos ante una obra maestra, sí que es uno de esos libros que uno no se arrepiente de haber leído y que creo que en general gustará a todos en mayor o menor medida. Es una de esas historias agridulces y breves que a pesar de que nos duran entre las manos un suspiro, son difíciles de olvidar.

Philippe Claudel

Esta es la primera novela que leo del francés Philippe Claudel, y ya os aviso que no va a ser la última, además de que el tema de la novela me ha gustado mucho, me ha enamorado su forma de escribir tan directa y sin artificios y a la vez tan llena de sentimientos. Claudel nació en Nancy en 1962, y además de escritor ha sido profesor en liceos y en la Universidad de Nancy II, así como de niños discapacitados y de presos; también es guionista de cine y televisión. Publicó su primer libro, Meuse l'oubli, a los 37 años, y a partir de entonces ha recibido varios premios como el premio Francia Televisión 2000 por su novela J'abandonne; el premio Goncourt de Novela 2003 por el libro de relatos Petites mécaniques; el premio Renaudot por su novela Almas Grises; y el premio Goncourt de los Estudiantes 2007 por El informe Brodeck. También ha sido director y guionista de la película Hace mucho que te quiero, que recibió el César a la mejor ópera prima y de la película Silencio de amor.

lunes, 10 de septiembre de 2012

Elige los mejores libros de 2012 con el concurso de reseñas literarias de Price Minister




Mi blog ha tenido el grandísimo honor de ser seleccionado junto a otros dos blogs literarios (El Bibliófilo Enmascarado y From Isi) para colaborar con el concurso que Price Minister ha organizado para decidir cuáles son los mejores libros publicados durante este año 2012. Nosotros hemos hecho una preselección de aquellos títulos que consideramos los mejores del año y ahora os toca a vosotros elegir uno de ellos (que Price Minister os enviará totalmente gratis) para que podáis reseñarlo antes del 10 de noviembre en vuestros blogs. A partir de aquí se seleccionarán los mejores libros de 2012 y las mejores reseñas presentadas. Los libros que hemos preseleccionado y que podéis solicitar son:

Algún Día Este Dolor te Será Útil de Peter Cameron. “Considerada por la crítica estadounidense como una de las mejores novelas que se han publicado en los últimos años sobre Nueva York, Algún día este dolor te será útil es una aguda y emotiva novela sobre un joven capaz de cuestionarse a sí mismo, a su familia y al tiempo que le ha tocado vivir.”Baila, Baila, Baila de Haruki Murakami. “Con 30 años de retraso se publica en España esta novela de Murakami. Cuenta la historia de un redactor independiente llamado Hiraku Makimura, anagrama del escritor, y un amor imposible.”
Cuando todo cambió de Donna Milner.“Cuando Natalie Ward recibe la noticia de la enfermedad terminal de su madre Nettie, no duda en regresar a su pueblo natal, en la pequeña localidad canadiense de Atwood, tras más de treinta años de ausencia. En el largo viaje de autobús que emprende desde Vancouver, rememora su idílica infancia y los acontecimientos que en 1968 le cambiaron la vida, y la de su familia”Danza de dragonesde George R. R. Martin. “Danza de dragones marca su consagración definitiva entre los más grandes creadores de la historia de la literatura , más allá de cualquier distinción de etiquetas. Tolkien ha muerto, Larga vida George Martin. Dana Jennings , The New York Times”
Diario de Invierno de Paul Auster. “Incansable creador de ficciones y de personajes inolvidables, Auster vuelve aquí su mirada sobre sí mismo. Y si en un libro anterior, A salto de mata, rememoraba sus años juveniles de aprendiz de escritor, en este Diario de invierno parte de la llegada de las primeras señales de la vejez para rememorar episodios de su vida.”Entra en mi vida de Clara Sánchez. “La nueva novela de Clara Sánchez, ganadora del premio Nadal 2010  se sitúa en los años ochenta, cuando Verónica tiene diez años, descubre en la vieja cartera de su padre la fotografía de una niña que jamás ha visto antes, una foto acerca de la cual su intuición le dice que mejor no preguntar.”
La Hora del Mar de Carlos Sisí.  “Maestro de la ciencia ficción en castellano, Carlos Sisí deja de lado el universo zombie y elaborar una trama donde la nuraleza se vuelve un enemigo de la raza humana”La Llave del Destino de Glenn Cooper. “Glenn Cooper nos sumerge de nuevo en una intriga que nos hace viajar desde la prehistoria hasta nuestros días mientras plantea una de las preguntas más inquietantes que jamás se ha formulado el ser humano: ¿quién no ha deseado la eterna juventud?”

 Las tres heridas de Paloma Sánchez Garnica. “Las tres heridas es una novela de reconciliación, de sentimientos, de amores y de ausencias que nos descubre las únicas razones por las que es importante vivir y morir.”

El Invierno del Mundo de Ken Follett. “Los hijos de las cinco familias, protagonistas de La Caída de los Gigantes, forjarán su destino en los años turbulentos de la Segunda Guerra Mundial, la guerra civil española, el bombardeo de Pearl Harbor y la era de las bombas atómicas americanas y soviéticas.”

‘Sueños de felicidad’ de Lisa See.  “Una historia reconfortante de amor heroico entre una madre y una hija… Ningún escritor ha evocado mejor la voz y el corazón de la cultura china.”El Ángel Esmeralda de Don DeLillo. “Nueve relatos, escritos entre 1997 y 2011. Siempre apasionante, siempre con la voz que lo ha convertido en uno de los autores contemporáneos estadounidenses más importantes”

¿Cómo participar?

1.- Elige el libro que desees leer entre los preseleccionados y  confirma tu participación enviando un e-mail a contacto.blogs@priceminister.com antes del 12 de octubre de 2012. Indica tu dirección postal  y la de tu blog/web (solamente pueden participar blogs creados con anterioridad a marzo 2012). Te haremos llegar el libro elegido rápida y por supuesto gratuitamente.
2.- Escribe  tu artículo y envíanos la URL de la reseña en tu blog. Si tienes cuenta Twitter te invitamos a enlazar tu reseña con el hashtag #unblogunlibro @priceministeres  y compartela en nuestra página Facebook
3.- Puede invitar a un amigo bloguero  a participar en la operación y así ganar un segundo libro. Tu amigo debe avisarnos que viene invitado de tu parte cuando nos contacte. (Importante: Los blogs contactados directamente por PriceMinister no pueden ser invitados por otros blogueros. Si tienes dos blogs no puedes invitarte, pero puedes participar con un segundo libro)
4.- La fecha límite para enviarnos tu reseña es el 10 de noviembre de 2012.  Una vez  finalizado el recuento, haremos pública la lista con los mejores libros del año y las mejores reseñas.


Podéis consultar las bases completas del concurso aquí

Espero que os animéis a participar con vuestras reseñas y entre todos podamos elegir aquellos libros que más nos hayan gustado este año. ¡Mucha suerte a tod@s!