martes, 22 de diciembre de 2009

Spike Jonze nos lleva al lugar Donde viven los monstruos


Hay películas que consiguen hacerte un poquito más feliz al salir del cine, Donde viven los monstruos de Spike Jonze es una de ellas. Una película infantil dirigida a esos adultos que no queremos o no podemos aun pasar página de nuestro yo mas niño, y que nos encerramos en nuestro mundo de sueños y monstruos. La película es realmente maravillosa, desde la música, los movimientos de cámara, los decorados y especialmente los monstruos creados por la Jim Henson Company, creador éste de mundos tan inolvidables como los de Cristal oscuro o Dentro del laberinto. El film creo que sería dificilmente digerido por un niño, la acción es casi inexistente y todo se desarrolla mas bien dentro del personaje, es mas una evolución interior que exterior. Max es un niño caprichoso, irascible y nervioso, vamos, un niño como cualquier otro. Sus padres se han divorciado y vive con rabia la nueva relación de su madre con otro hombre. Un día Max explota y se escapa de casa, atraviesa un mar embravecido y llega a la isla donde viven los monstruos, sus monstruos interiores: el que no puede parar de destruir, al que no hacen nunca caso, quien se enfada por todo... Una vez allí consigue hacerse el rey de los monstruos y decide crear un mundo perfecto donde todo el mundo sea feliz, algo que descubrirá, no es tan fácil, porque conjugar los deseos de todos es bastante complicado. Los mejores momentos del film son aquellos en los que Max y los monstruos desatan su libertad: gritan, corren y se persiguen, duermen todos juntos tras haberse abalanzado los unos sobre los otros, hacen guerras de terrones de tierra... La libertad individual y la búsqueda de la felicidad mas sencilla, aquella que nos da el sol picando en la piel, o el agua rodeando nuestro cuerpo, un abrazo o un simple beso, es lo que reivindican Max y sus monstruos. Aunque al final, Max tenga que admitir y decirles a los monstruos "ojala tuvierais una madre" que solucionase todos vuestros conflictos.

lunes, 14 de diciembre de 2009

Siruela recoge en la antología El vampiro los mejores relatos de terror del género

Los vampiros y todo lo que les rodean parecen estar más de moda que nunca, pero basta echar un vistazo al pasado, para darse cuenta de que lleva siglos siendo un fenómeno de masas. La antología El vampiro editada por Siruela propone un viaje por la literatura más clásica (esencialmente el siglo XIX) hasta los primeros años del XX. Relatos como No despertéis a los muertos de J.L. Tieck, abren un género que se mueve entre lo fantástico y lo romántico, pero siempre desde el lado del terror. Estos vampiros no son nada agradables, de hecho se refuerza la idea de que se trata de muertos vivientes que han perdido todo vínculo con su pasado y a los que lo único que les mueve es el ansia de sangre. No podían faltar El vampiro de Polidori, el relato que impuso la imagen del vampiro como noble cruel; la magnífica Drácula de Bram Stoker; o el vampirismo con toques lésbicos en Carmilla de Sheridan Le Fanu. En medio, Vampirismo de Hoffmann como representante del romanticismo alemán; Poe y su inquietante Berenice, con un impresionante final que nos lleva del terror a la hilaridad; La muerta enamorada de Gautier; Varney,el vampiro de Rymer; Las metamorfosis del vampiro de Baudelaire o El conde Magnus de M.R. James. Destacaría además La familia del Vudalak de Alexei Tolstoi (primo del autor de Guerra y paz), que consigue dentro del clima de pesadilla momentos de un humor increíble; o la originalidad en el tratamiento de la temática vampírica por Horacio Quiroga en El almohadón de pluma y Porque la sangre es la vida de F.M. Crawford, que recupera la atmósfera romántica y gótica del vampirismo pero actualizándola a nuestros tiempos. Una gran selección de grandes autores, no sólo imprescindible para conocer la literatura en torno a los vampiros, sino la literatura de terror en general, y una excelente muestra de lo grande que puede llegar a ser un pequeño relato.

Editors, impresionantes en Vistalegre pese a los problemas de sonido


Editors actuaban anoche en el Palacio de Vistalegre de Madrid, un recinto del que ya me habían advertido de su pésimo sonido. La espectación por ver al grupo fue tal, que tuvieron que cambiar el recinto original, La Riviera, que aunque no destaca por su buena acústica, hubiese resultado mucho mejor que el de Vistalegre. La música se oía bajísima y mal, hasta que a la cuarta canción, uno de los altavoces murió definitivamente. La banda tuvo que marcharse y volver a los diez minutos, aunque el altavoz se había arreglado, el sonido seguía siendo terrible. Es totalmente injusto que en Madrid no haya recintos con un sonido bueno, por lo que no nos podemos extrañar de que los grupos extranjeros vayan siempre a Barcelona y pasen de la capital.
Aparte del tema del sonido, que en absoluto fue culpa del grupo, Editors se portaron de diez. Tocaron todos sus grandes éxitos y se entregaron a un público que no estaba nada entregado: Race of rats, Munich o Papillon fueron sus momentos estelares. Yo me quedo de lejos con Eat raw meat = Blood drool, mi favorita del disco y para mi gusto la mejor canción de sus tres álbumes.

lunes, 7 de diciembre de 2009

Drácula en el teatro Valle-Inclán


Quien no sepa de mi pasión por el tema de los vampiros es que no me conoce. Dicho eso, el espectáculo teatral Drácula, que representan estos días en el teatro Valle-Inclán de Madrid merece ser visto tanto por aquellos que como a mí les encantan los vampiros como a los que no. El director, Ignacio García May en colaboración con el Centro Dramático Nacional, sigue fielmente la novela de Bram Stoker con algunos matices: elimina totalmente el aspecto sensual del vampiro y su historia de amor con la joven Mina, y se centra en el dolor y las consecuencias que traen en los seres queridos los ataques de Drácula, así como en una reflexión sobre la pérdida de la identidad y la mortalidad del ser humano. Pero que nadie se asuste, la obra no pretende adoctrinar a nadie, ni ser un ejercicio de erudición pedante. Es entretenida, terrorífica y en algunos momentos hasta divertida. A pesar de la sobriedad del escenario que sabe jugar muy bien con pocos elementos, tiene momentos de una escenografía espectacular, como la entrada y muerte en la tumba de la ya vampirizada Lucy, la levitación de Mina o el espléndido amanecer que acaba con la vida del conde. Si hubiera que ponerle algún pero, diría que hay momentos en que pesa demasiado la película de Francis Ford Coppola, y no podemos dejar de pensar en las increíbles actuaciones de Tom Waitts o Gary Oldman.
Negrita

viernes, 4 de diciembre de 2009

El Museo del Romanticismo de Madrid por fin abre sus puertas

Por fin podemos visitar el Museo del Romanticismo de Madrid tras años cerrado por reformas, desde hoy hasta el domingo día 6, las visitas serán gratuitas, y a partir de entonces, de tan sólo 3 euros. Una oportunidad así no podía perdérmela, así que esta mañana estaba allí a las 10 para ver qué había de tanta expectación. Y la verdad es que merece la pena, mucho más que eso, a partir de ahora debería ser una visita obligatoria para todos los que se acerquen a Madrid. Por un lado, tenemos el edificio que lo alberga, un palacio neoclásico construido en 1776 de una belleza increíble. El palacio está perfectamente ambientado, al pasear por sus habitaciones podemos imaginar cómo vivían en él, al recorrer su pasillos nos vemos inmersos en tantas y tantas novelas que hasta el momento sólo habíamos podido imaginar y que ahora podemos vivir. Por mi cabeza no dejaban de pasar las obras de románticos como Goethe, Austen, Brönte... o nuestros Bécquer, Zorrilla o Larra, que por supuesto tienen su lugar en el Museo. Encontramos la típica escalera señorial que nos conduce a distintas estancias como el salón de baile, el comedor donde la porcelana y la cristalería están perfectamente colocadas a la mesa como si de un momento a otro fuese a sentarse a comer una familia decimonónica, el boudoir -donde por fin he podido ver cómo eran los carnets de baile que aparecen en tantas novelas-, la sala de juegos de los niños -con increíbles casas de muñecas, soldaditos de plomo, muñecas de porcelana...-, el fumador o la sala de billar, por citar sólo algunas de ellas. Pinturas de Goya, Madrazo, Esquivel y Valeriano Domínguez Becquer, hermano del famoso poeta; muebles de ensueño; pequeñas piezas como porcelanas, relojes, figuritas... San Gregorio Magno de Goya, en el oratorio

Destaca además el llamado gabinete de Larra, donde además de dos pistolas que pudieron ser como las que el literato usó para suicidarse frente a un espejo, hay un manuscrito de su puño y letra, una de las bandas que se usaron en el entierro de Zorrilla o un retrato de Bécquer en su lecho de muerte. Como curiosidad, y que puede dar la medida del espíritu romántico de la época, una mesita circular en el anteoratorio, cuya piedra blanca no es sino una antigua lápida. ¡Bienvenidos al romanticismo!

martes, 1 de diciembre de 2009

Yasmina Khadra conjuga barbarie y poesía en Las golondrinas de Kabul

No puedo ocultar mi entusiasmo por Yasmina Khadra, pseudónimo femenino tras el que se esconde el escritor argelino Mohammed Moulessehoul. Había leído ya El atentado, Lo que sueñan los lobos y Los corderos del señor, obras que me habían impresionado profundamente. Sin embargo, Las golondrinas de Kabul va más allá, puedo decir que hasta el momento es mi obra favorita de Khadra, una novela corta pero de una gran intensidad, donde conviven los opuestos con total naturalidad: el amor y el odio, la poesía y la brutalidad. El autor nos introduce en la vida cotidiana de dos parejas que viven en el Kabul infestado de talibanes. Un carcelero que ya no ama a su mujer enferma, y una pareja de jóvenes licenciados que han visto como su vida ha sido rota en pedazos por los fanáticos. La novela es de una crudeza y un realismo escalofriantes, cómo los niños juegan a lapidar, cómo las ejecuciones públicas son algo totalmente asumido para los ciudadanos, y cómo cualquiera, y eso es lo que realmente produce un escalofrío porque podríamos ser nosotros mismos, se une a la barbarie aún sin quererlo. Una vez más, se demuestra que el hombre es un lobo para el hombre, y como ya sucediera en otras circunstancias extremas -la Alemania nazi o el conflicto de los Balcanes-, vecinos, universitarios, gente normal en definitiva y en apariencia cultos, se lanzan a la violencia y secundan a los que en un principio eran sólo un hatajo de criminales. L obra tiene un final demoledor y muy poético, que no voy a contar, pues supone un climax inesperado a todo lo que nos han contado antes. Es una novela fundamental, porque no sólo habla de Kabul o de los afganos, sino que refleja lo que viene siendo y será el ser humano, quizá si nos contemplamos en un espejo, logremos no caer en la tentación de unirnos a la masa y empezar a apedrear un cuerpo solo porque los demás lo hacen.

lunes, 30 de noviembre de 2009

Amenábar depierta el interés por la astronomía con Ágora


"Parece que ahora está de moda criticar a Amenábar haga lo que haga", me decían hace poco, y estoy empezando a creer que es cierto. Son muchas las críticas que se han vertido sobre su última película Ágora, algunas incluso airadas, como si el director español hubiese cometido alguna especie de sacrilegio por hacer una película millonaria, entretenida y encima taquillera. A mí Ágora no sólo me ha gustado, si no que me ha encantado, me parece una película sobresaliente, entretenida, visualmente perfecta, emotiva, interesante... Su protagonista, Rachel Weisz está impresionante y muy creíble en el papel de Hipatia, y el resto de personajes, aunque interpretados por actores menos conocidos, están igual de soberbios. Destacaría el papel de AshrafBarhom en el papel de Amonio que tan pronto nos lleva de la hilaridad al mayor de los terrores, al ver cómo a quien veíamos al principio como un payaso, se convierte en líder de una masa de fanatizados religiosos. Me han gustado mucho el guapísimo Oscar Isaac, que pone el punto romántico a la película en el papel de Orestes, alumno y enamorado de Hipatia; y el papel de esclavo enamorado de la filósofa Davo, encarnado por Max Minghella, que tiene una evolución muy interesante a lo largo del film. Amenábar consigue trasladarnos a la antigua Alejandría con unos decorados propios de la mejor de las superproducciones hollywoodienses, pero sin dejar de lado aspectos más espinosos que jamás veríamos en una película estadounidense. De un lado, la crítica sin paliativos a los fanatismos religiosos, y en concreto a los cristianos, en contraposición con el racionalismo y la cultura que éstos desean destruir. De otro, el director despierta en el espectador un gran interés por la ciencia y la astronomía con sus explicaciones muy visuales del tema y con un afán totalmente divulgativo. La emoción del descubrimiento y el pensamiento deductivo hacen que nos involucremos con cada uno de los descubrimientos de Hipatia. Especialmente destacables son los momentos en los que Amenábar aleja su cámara de Alejandría y nos muestra la tierra desde lejos, un pequeño planeta en medio del cosmos, donde los gritos ahogados de las matanzas y las miserias humanas importan bien poco, y donde nos damos cuenta de la insignificancia de las rencillas que para algunos son tan importantes. Hipatia es una película muy completa, consigue de una manera amena y muy visual que el gran público conozca a Hipatia, un gran personaje histórico que hasta el momento conocían muy pocos, y lo que es más, nos mantiene en vilo a lo largo de dos horas que pasan volando.

domingo, 29 de noviembre de 2009

Muse arrasan con un espectacular concierto en el Palacio de Deportes


Sé que más de uno me va a odiar, pero el sábado en el Palacio de Deportes de Madrid pude comprobar cómo Muse han pasado de ser la gran esperanza rock de este siglo, a un grupo extremadamente sobrevalorado. No tengo muy claro si el sábado acudí a un espectáculo alienante de masas o a un concierto de un grupo de rock. Sí, todo era perfecto, una música y especialmente un espectáculo rayando la más absoluta perfección, quizá demasiada. El espectáculo estaba preparado al milímetro sin dejar ni un momento a la improvisación, de hecho, Mathew Bellamy controlaba totalmente sus solos de guitarra, duraban unos escasos minutos y en seguida cortaba cuando pensaba que iba a empezar a aburrir a los oídos más impacientes. La voz de Bellamy era demasiado perfecta, cuando si se ha visto u oído cualquier actuación de Muse en directo, se sabe que su voz no es especialmente su fuerte, no podría jurarlo, pero yo diría que o iba con muchísimos efectos de voz o que estaba grabada, lo que sí está claro es que llevaban muchísima música grabada. El espectáculo fue inmejorable, pero este ahogaba a la música, el concepto que intentaban transmitir de una sociedad alienante al estilo de 1984 de George Orwell, en ocasiones se tornaba en su contra. Con tanta luz, imágenes repetitivas, mensajes y letras de las canciones impresas, en ocasiones sentía que eran ellos los que intentaban alienarme a mí.
A pesar de todo ello, y tras la debacle de su último disco, hay que reconocer que Muse siguen siendo de lo mejor que tenemos hoy en día en el panorama musical. Su música emociona y su directo también, sin embargo, un poco menos de parafernalia, y un poco más de improvisación no les iría mal.

jueves, 26 de noviembre de 2009

César Lucas. El oficio de mirar en el Conde Duque

Son varias las exposiciones gratuitas que acoge estos días el centro cultural Conde Duque. De ellas me gustaría destacar la dedicada al fotógrafo César Lucas, que puede verse hasta el próximo 10 de enero de 2010. Este prestigioso fotoperiodista ha trabajado para medios tan diversos como las agencias de noticias Europa Press, el diario El País, o las revistas Life e Interviú, y colaboró con las productoras 20th Century Fox, United Artist o Metro Goldwyn Mayer, lo que le permitió fotografiar en los años sesenta y setenta a estrellas de la talla de Katharine Hepburn, Brigitte Bardot, Sean Connery, Raquel Welch, Yul Brinner, Romy Schneider, John Lennon, Billy Wilder, Clint Eastwood, Stephen Boyd o Buster Keaton.Viendo sus fotos reconocemos muchas que todos hemos incorporado ya a nuestro imaginario de lo que ha sido España en la última mitad del siglo XX. Tanto es así, que da la impresión de que el fotógrafo ha estado en todos y cada uno de los acontecimientos importantes que vivió el país, desde las primeras manifestaciones, hasta el golpe del 23F, las ya citadas visitas de artistas famosos, pasando por el famoso desnudo de Marisol, que abrió las puertas al destape en la prensa española.
Es difícil quedarse sólo con una de las muchas imágenes recogidas en esta muestra imprescindible. Yo me quedo con esta insólita del C solitario por las calles de Madrid.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Continúa la fiebre vampírica con Luna Nueva


Ya confesé en su momento haberme enganchado a las novelas de
Crepúsculo, un fenómeno que no deja de sorprenderme a pesar de todo, y es que la nueva película de la saga, Luna Nueva, ha recaudado ya en el primer fin de semana de su estreno más de 10.000.000€ (más de 1.600.000 espectadores).Como siempre advierto, la historia no es nada del otro mundo, ni mucho menos una buena peli, pero es entretenida, y ésta, ha subsanado uno de los mayores fallos de los que me quejaba en su primera entrega Crespúsculo, y que son los efectos especiales. Si en la primera eran bastante lamentables, en ésta son realmente buenos, especialmente en lo que respecta a la transformación en lobos de la tribu de los quileutes. La historia es bastante simple, para mi gusto el más flojo de los libros de la saga: el vampiro Edward decide abandonar a Bella porque considera que pone en peligro su vida, ésta lo pasa fatal y sólo consigue sentirse bien poniendo su vida en riesgo. En estas, descubre que su amigo Jacob es un hombre lobo y que empiezan a sentir algo el uno por el otro. Lo dicho, lo mejor, los efectos especiales, lo peor, que hayan querido darle un tono tan cursi al film, pero en definitiva, es una peli para pasar el rato, entretenida y digna sucesora de la saga, esperemos que las próximas entregas sigan subiendo el listón como hasta ahora.

martes, 24 de noviembre de 2009

Mujercitas de Louisa May Alcott no es una novela sólo para chicas



Todo el mundo ha oído hablar alguna vez de Mujercitas de Louisa May Alcott, pero como sucede con muchos clásicos de la literatura, son más los que la conocen de oídas que los que han leído la novela original. Gran parte del desprestigio que sufre la obra ha sido culpa de las múltiples versiones infantiles y edulcoradas que se han hecho de ella, y de las adaptaciones cinematográficas más o menos bien intencionadas, pero que siempre se han detenido en el lado más ñoño de la historia. De hecho, hasta hace bien poco sólo se había editado en España una versión censurada por los editores, en la que se habían cortado de cuajo seis capítulos y se habían eliminado asuntos espinosos como las críticas de Jo a los periódicos de la época y a su afán por publicar historias folletinescas de escasa calidad. Lo ideal sería hacerse con un ejemplar de la versión íntegra y original de la novela, leerla y entonces hacer nuestro juicio de valor. Si mujeres tan sobresalientes como Simone de Beauvoir o Joyce Carol Oates la han alabado, por algo será. No voy a negar que es una obra que suele gustar más a las mujeres que a los hombres, pero creo que eso se debe a que a ellos les cuesta más empatizar con personajes femeninos que a nosotras con masculinos, si no ¿por qué tantas mujeres leen novelas protagonizadas sólo por hombres y aún así disfrutan de ellas? No voy a detenerme en los muchos méritos que para mí tiene esta novela, pero voy a destacar el que me parece más importante. Si Mujercitas no ha perdido su vigencia a pesar del paso del tiempo y a que algunas de sus reflexiones han podido quedar un tanto anticuadas para algunos, es porque sus valores se mantienen en pie a pesar de todo. La familia, el amor, el respeto a los mayores, el trabajo duro y honrado, y el intentar superar los defectos propios como la vanidad, el egoísmo o la ira, son sus grandes pilares. Mucho tendrían que aprender hoy en día padres y educadores de esas bestezuelas de niños y adolescentes que vemos campar a sus anchas. Han sido muchos los momentos mientras leía la novela en los que la educación que la señora March da a sus hijas y sus consejos me han parecido de lo más acertados y totalmente aplicables hoy en día, y lo mejor de todo es que se hacen desde el cariño y el respeto. Es una novela que todo el mundo debería leer al menos una vez en la vida, si bien es cierto, que la primera parte, cuando Jo, Meg, Beth y Amy son aún unas niñas, supera con creces a la segunda, la que ha dado la fama de sensiblera a la novela, pues en esta desaparece prácticamente todo lo bueno de la primera parte, y se centra sólo en los amoríos y bodas de las protagonistas. Para mí, esta segunda parte es totalmente prescindible, aún más ahora que se que la novelista la escribió un año después de publicarse Mujercitas a petición de los lectores. Me quedo con las cuatro mujercitas que son unas niñas y que ven la vida de una manera amable, intentando día a día ser mejores.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Katyn


Katyn
es una gran película, de esas que igual pasan un poco desapercibidas por los cines españoles, pero que sin duda hay que ver. Es especialmente interesante para los que como yo, no estamos muy puestos en historia, ya que refleja uno de los más increíbles sucesos de la II Guerra Mundial, poco y mal conocido incluso por sus protagonistas. Katyn narra la matanza sistemática de entre 15.000 y 22.000 oficiales polacos a manos de los rusos, una masacre que éstos intentaron imputar a los alemanes, y cuya verdad los polacos tuvieron que esperar muchos años para poder conocerla. Es significativo el principio de la película cuando alemanes y rusos invaden Polonia, los polacos huyen hacia un lado y gritan a otros refugiados que vienen los alemanes, éstos les responden diciéndoles que vuelvan hacia atrás porque de ese lado vienen los rusos. Además de la crudeza del film que no se rinde ande sensiblerías fáciles -es muy duro ver la matanza sistematizada de polacos a los que meten en una habitación, disparan en la nuca y sacan por un ventanuco para depositarlos en un camión que les llevará a las fosas comunes, y así uno detrás de otro-, destaca que se haya individualizado la historia en un personaje, lo que le da aún más fuerza a la misma. El director del film, Andrzej Wajda, cuenta la historia de su propio padre que murió en Katyn cuando otro oficial que sabía ruso le hizo ir a la masacre en su lugar. Al no aparecer en las listas oficiales de los fallecidos, su madre siempre corría a la puerta pensando que su marido estaba aun vivo y que volvería cualquier día.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Ha que verla: El imaginario del Doctor Parnassus


Es una pena, pero suele suceder bastante a menudo que una peli de calidad, entretenidísima y con una gran historia se quede en cines residuales y vayan a verla cuatro gatos. Es el caso de El imaginario del Doctor Parnassus de Terry Gilliam, un film que si hubiera dirigido Tim Burton estaría en boca de todos, pero que ha pasado totalmente desapercibida. Cuenta la historia del Doctor Parnassus que lleva por las calles del Londres actual una vieja tartana con un espectáculo en el que el público puede adentrarse en lo más profundo de su mente y su subconsciente, sacando así lo peor y lo mejor de sí mismos. Parnassus y el diablo (en este papel un grandísimo e hilarante Tom Waits que cada vez que dice sus frases parece estar cantando con su voz alcoholizada) luchan por las almas de los que se atreven a entrar a través del espejo a ese otro mundo que Parnassus el mentalista les ofrece. Ambos no paran de apostar, y ahora llega el momento de que el diablo se cobre una de esas apuestas, se llevará a la hija de Parnassus cuando cumpla 16 años si éste no logra cinco almas buenas. La historia es increíblemente imaginativa, el mundo detrás del espejo es digno de las mejores producciones, y los actores son sencillamente extraordinarios. Por si fuera poco, esta fue la última peli de Heath Ledger que murió a mitad del rodaje, por lo que sus amigos Johnny Depp, Jude Law y Colin Farrell decidieron sustituirle gratuitamente para que su hija pudiese cobrar integramente su trabajo. No hace falta decir que Depp está como siempre sensacional y destaca por encima del resto, los papeles histriónicos y fantásticos se están convirtiendo en su fuerte. Es cierto que en ocasiones se nota que la historia ha tenido que ser modificada por la muerte de Ledger, pero el resultado en conjunto es impresionante. Una película divertida, imaginativa, una puerta a otros mundos, los de la mente, que nos hace soñar y olvidarnos de todo y no querer volver a la realidad. Sinceramente, recomiendo ir a verla, no va a defraudar a nadie.

Crónicas vampíricas y Vampire Diaries ¿la serie o las novelas?

Otra más de vampiros, y es que parece que la fiebre desatada por las criaturas de la noche no se acaba nunca. Crónicas vampíricas de L.J. Smith consta hasta la fecha de cuatro volúmenes: Despertar, Conflicto, Furia e Invocación, y aunque parece haber tomado el nombre de la famosa saga de Anne Rice, no tiene nada que ver con ella. Más bien podríamos encuadrarla en el nuevo género de terror romántico adolescente que inauguró Stephenie Meyer con Crepúsculo. En esta ocasión, dos hermanos vampiros luchan por el amor de una adolescente, Elena. Uno de los hermanos, Stefan, es el bueno e intenta integrarse en la vida de los humanos como un estudiante más, alimentándose de animales y sin probar la sangra humana. Su hermano Damon es la representación del mal, explora todo su poder de vampiro y no tiene reparos a la hora de alimentarse de los humanos. Creo que no necesito decir cuál de los dos personajes es el más interesante.

Además, y siguiendo la estela de True Blood, hay también serie, en este caso se llama Vampire Diaries, y para mi gusto, ha mejorado muchísimo a los libros, que resultan un poco almibarados. En la serie se desarrolla mucho más el conflicto entre el bien y el mal, el personaje de Damon es aún más malvado y la sangre y los sustos son continuos. Para lo que suelen ser la series de vampiros adolescentes, ésta destaca por apostar por un terror más serio y por presentar la figura del vampiro más cercana a la idea clásica que tenemos de él: malvado y depredador. Por eso, si tengo que elegir, sin duda me quedo con la serie.

martes, 17 de noviembre de 2009

Depeche Mode ponen a bailar a todo el Palacio de Deportes


¿Cómo se hace bailar al público sin parar, que coreen tus éxitos de hace miles de años y que aún quieran más? Yo no lo sé, pero Depeche Mode deben saberlo muy bien, porque anoche abarrotaron el Palacio de los Deportes de Madrid, y esta noche harán otro tanto en el mismo escenario. Las entradas se agotaron al poco de salir a la venta, y el público, un poquito entrado ya en años aunque se podía ver a algunos adolescentes despistados, recibió a la banda con una euforia que pocas veces se ve ya. Depeche Mode es uno de los mastodontes de la historia de la música a los que sabes que si vas a verles en directo no van a defraudarte. La inmensa voz de Dave Gaham, los efectos sonoros y una puesta en escena apabullante con cambios en cada una de las canciones -destacables el cuervo de Walking in my shoes o las gogos de Personal Jesus. Dave Gaham lo dio todo, con giros, bailando, saltando, descamisándose y con su apabullante voz, y eso a pesar de sus recientes problemas de salud. Fueron memorables los momentos dedicados al recuerdo como la ya citada Walking in my shoes, una emotiva Home, Policy of Truth, It's no good, I feel you, Enjoy de silence, y especialmente el cierre del concierto con Personal Jesus, una canción que puso en pie a todo el Palacio de Deportes y que hizo perder la voz a más de uno. He leído algunas críticas negativas que se han hecho de este concierto. Y sí, es cierto, están mayores, ya no innovan mucho y restringen al mínimo las canciones del último disco para tocar sus hits. Pero no nos engañemos, la mayoría de los que van a Depeche Mode quieren ver eso, las canciones que nos traen un recuerdo de nuestra adolescencia. Yo sólo puedo decir que no he bailado tanto en mi vida en un concierto.

viernes, 13 de noviembre de 2009

Nace la novela gótica de terror: El castillo de Otranto de Horace Walpole

El castillo de Otranto de Horace Walpole está considerada la novela que da el pistoletazo de salida a la novela gótica de terror. Y menudo comienzo es este. En ella podemos encontrar todos los elementos que luego hicieron grandes a Mary Shelley, Bram Stoker o Louis Stevenson. Hay intriga y misterio, castillos encantados, fantasmas, venganzas e intrigas, amor, muerte, príncipes y princesas, reyes malvados y caballeros medievales dispuestos a todo por su amada. Es una novela breve y se hace más corta aún porque atrapa desde la primera hasta la última página. Quizá haya pasajes un poco más tediosos, y es justo decir que el autor se recrea demasiado en un lenguaje pomposo que pretende imitar lo que él creía que era el lenguaje de los nobles de la Edad Media. Pero a quien le guste la novela gótica de terror va a disfrutar muchísimo con esta novela, incluso ese lenguaje acartonado y anticuado es parte del encanto de la misma. La novela narra la historia del usurpador del trono de Otranto, Manfredo, que tiene que enfrentarse a una maldición que dice que cuando el legítimo heredero del castillo no quepa en él, deberá abandonarlo.

jueves, 12 de noviembre de 2009

Tokio blues -Norwegian wood de Haruki Murakami: un japonés occidentalizado


Haruki Murakami me produce sentimientos encontrados, últimamente parece que el escritor japonés está de moda, sus libros están por todas partes y todo el mundo habla de él. Y me temo que precisamente esa expectación ha sido la que ha hecho que me decepcione un poco, esperaba bastante más de él, sinceramente, ante tanto halago e interés por parte de todos. Que un escritor se ponga de moda es un fenómeno extraño y difícil de explicar, en este caso supongo que se trata más de una estrategia comercial que de otra cosa. Gran parte de la decepción por Murakami viene si se han leído previamente a otros autores japoneses: Mishima, Kawabata, Soseki... son escritores de una gran talla, de hecho son clásicos de la literatura japonesa. Comparativamente sería algo así como si hubiésemos leído a Lorca, Delibes o Cela, por poner un ejemplo, y luego nos leyéramos a Javier Cercas, pues está bien, no digo que no, pero es que las comparaciones son odiosas y brutales. Mi acercamiento a Murakami ha sido con la novela Tokio blues -Norwegian wood, en él, su protagonista Watanabe tiene que luchar metafóricamente contra el espíritu de su amigo muerto tras suicidarse, y se debate entre el amor de dos chicas, una de ellas, la novia de ese amigo que murió. La novela es un tanto lenta, apenas pasan cosas, e incide mucho en el suicidio entre los adolescentes japoneses, un tema muy de actualidad, y un gran problema para el país. Además, da la impresión de que Murakami quiere renegar de su cultura japonesa (precisamente lo que más aprecio de los anteriores autores citados), y sus referencias culturales son continuamente a la cultura occidental: El guardián entre el centeno, El gran Gatsby, y por supuesto los Beatles, entre muchos otros, Como un primer acercamiento a la literatura japonesa no está mal, aunque repito, es un autor sumamente occidentalizado, sin embargo, si se quiere conocer de verdad la cultura y la esencia japonesas, Mishima, Kawabata o Soseki son los indicados.

martes, 10 de noviembre de 2009

Woody Allen vuelve a Manhattan en Si la cosa funciona


Por fin parece que recuperamos al Woody Allen de siempre después de sus desafortunados escarceos por Europa -bochornosa
Vicky, Cristina , Barcelona-, excluyendo obviamente la grandiosa Match Point, Allen vuelve a su hábitat natural, a Manhattan. En Si la cosa funciona, regresa el Allen neurótico e histriónico que tanto nos ha hecho reír, en esta ocasión en su alter ego Larry David, que borda el papel. Las apelaciones al espectador, el cine dentro del cine, las conversaciones filosóficas en torno al sentido de la vida, y las ácidas críticas a la sociedad norteamericana, son de lo mejor del film. Todo ello con un humor visceral y sin concesiones, unos personajes a la vez absurdos y entrañables, y una visión de la vida que no permite la hipocresía y que nos anima a ser nosotros mismos, decir lo que pensamos, hacer lo que queremos, en definitiva, a vivir la vida con alegría y buen humor, a exprimirle todo el jugo. Porque al fin y al cabo, si la cosa funciona... ¿por qué no hacerlo?

lunes, 2 de noviembre de 2009

Comienza la Navidad: El cascanueces de Tchaikovsky


Tchaikovsky
es sin duda mi compositor de música clásica favorito, sabe aunar sensibilidad, romanticismo, y unas historias increíbles que han dado lugar a dos de los ballets más hermosos y conocidos del mundo: El lago de los cisnes y El cascanueces. Este fin de semana he tenido la inmensa suerte de poder ver por fin este último en el Teatro de Madrid de la mano del Rousse State Ballet, una prestigiosa compañía búlgara. Sé que hay mucha gente a la que no le acaba de gustar el ballet, pero quizá esta sea la mejor obra para iniciarse. Tan sólo con cerrar los ojos y escuchar esa maravillosa música nos transportamos a ese mundo de fantasía que el autor quiso transmitir. Además, el Rousse State Ballet introduce una primera parte teatralizada, donde el baile es lo de menos, y los actores, gesticulando nos cuentan la historia, lo que hace más fácil su comprensión. Se trata de una historia mágica, donde lo más importante es dejarse llevar por ese mundo de fantasía que nos ofrecen. Y para aquellos a los que sí que les guste el ballet clásico, sólo puedo decir que es una obra preciosa, con momentos de un virtuosismo increíble, que nadie debe perderse, porque nunca la olvidarán.

jueves, 29 de octubre de 2009

Gigi, una novela de Colette, renovada por Vicente Minelli


Normalmente cualquier libro supera con creces la adaptación cinematográfica que se hace de él, por eso llama enormemente la atención cuando es al contrario. Sucede así con Gigi, primero novela de Colette, y posteriormente llevada al cine por Vicente Minelli. La novela tiene todos los ingredientes que hicieron triunfar posteriormente a la película: una historia tragicómica, una crítica a la sociedad decadente en el frívolo París de principios de fin de siglo y unos personajes con una fuerza impresionante. Gigi es una novela corta que no nos deja ni un momento parar de reír con las ocurrencias de sus personajes, en su mayoría femeninos, unas mujeres, la abuela, la madre y la tía de Gigi que están anticuadas y que tratan de hacer de Gigi una cortesana como lo fueron ellas. Le enseñan cosas absurdas y ridículas como a comer pajaritos con cuchillo y tenedor o a distinguir piedras preciosas. Frente a ellas Gigi, una quinceañera divertida e inocente que sólo quiere vivir la vida apasionada y sinceramente, sin fingimientos. En el otro extremo, Gaston Lachaille, un vividor que quiere hacer de la niña su protegida y amante. Y la gran virtud de la novela, cómo la quinceañera rompe las ataduras que quieren imponerle, se libera, y ella sola consigue una meta con la que jamás han podido soñar sus maestras. Es una novela muy entretenida y valorada por ilustres escritores y artistas de la época, amigos de Colette, como Proust, Cocteau, Simone de Beauvoir o Picasso. Sin embargo, la película de Minelli le añade mucho al armazón construido por la novela, no en vano ganó nueve Oscars en 1958, entre ellos mejor director y película. Además destaca la actuación de su protagonista, la guapísima Leslie Caron (Un americano en París). La película es una divertidísima comedia musical que enriquece al libro, aunque como siempre pienso, si no hubiera existido el libro tampoco tendríamos la película. Vale la pena hacerse con ambos y disfrutar de un poco de la alegría, humor y romance que nos brindan.

miércoles, 28 de octubre de 2009

La carretera, el fin del mundo apocalíptico de Cormac McCarthy


Si No es país para viejos me pareció una gran novela, con La carretera Cormac McCarthy se ha superado a sí mismo. La novela nos sumerge en un mundo opresivo y apocalíptico, en el viaje de un padre y su hijo por una carretera que no lleva a ningún lado, en un mundo sin futuro. McCarthy revela todo lo que hay de malo en el ser humano, aunque también deja una luz a la esperanza en el niño, con una bondad inocente y a menudo peligrosa. La carretera se lee casi sin pestañear, nos sumerge en ese mundo en el que sólo hay llamas y caníbales, destrucción y muerte. Los diálogos rápidos y fluidos nos acercan a unos personajes que no queremos dejar. La acción es lo menos importante del relato, donde destaca la relación entre el padre y su hijo, y entre ellos y el entorno hostil en el que les ha tocado vivir. Una novela imprescindible, en la que un tema manido hasta la saciedad, el de las catástrofes que nos conducen a mundos apocalípticos se renueva con una frescura tal que parece que no se haya escrito jamás sobre ello. Un libro que llegará en breve a los cines protagonizada por el siempre increíble Viggo Mortensen que sabe dotar a sus personajes de una asombrosa verosimilitud. Habrá que verla.

martes, 27 de octubre de 2009

After: qué pasa cuando tienes que madurar y no quieres


Fui al cine a ver After de Alberto Jiménez (director de 7 vírgenes, una gran película) con ciertas reticencias, esperaba ver una película española más, absurda, con chistes groseros y muy poca gracia, y me llevé una buena sorpresa. La película se merece un notable, tanto por la historia, como por la manera de llevarla, y sobre todo por sus actores. Reconozco cierta debilidad hacia Guillermo Toledo, con quien no puedo evitar reír a carcajadas cada vez que le veo, pero es que en este film está sobresaliente. También hay que destacar el trabajo de Tristán Ulloa, otro gran actor que sostiene gran peso de After. Por último, sería injusto no reconocer que Blanca Romero, a pesar de su sosería habitual y a no tener mucha idea de lo que es actuar, está bastante correcta y tiene incluso algunos grandes momentos. La gran lacra que va a arrastrar esta película es su trailer que no refleja ni mucho menos el argumento de la película. After es mucho más que tres amigos cuarentones de juerga sin querer aceptar el paso del tiempo y la llegada de la madurez. En After la juerga es sólo la culminación de una serie de situaciones desdichadas: la soledad, la incomprensión, la falta de amor, las relaciones truncadas... Es sobretodo muy recomendable para aquellos mayores de 30 años que alguna vez se hayan sorprendido a sí mismos de noche en un bar mirando alrededor y pensando estar fuera de sitio. La película invita a una profunda reflexión, aunque eso sí, el mensaje es bastante desalentador.

lunes, 26 de octubre de 2009

Las aventuras de Tom Sawyer de Mark Twain


Poco se puede decir a estas alturas de Las aventuras de Tom Sawyer de Mark Twain, una novela que estos días he vuelto a leer y que me ha traído grandes recuerdos. Es curioso, porque aunque la lea una y otra vez, las aventuras de Tom, Huck y Becky no me cansan nunca. Eso me demuestra que estamos ante una gran novela que ha sabido soportar el paso del tiempo, y en la que, según con la edad con la que se lea se captan unos matices u otros. Hace poco hablaba de Aventuras de un niño malo de Thomas Bailey Aldrich, la novela que animó a Twain a escribir Tom Swayer. Si bien aquella era una gran novela, con Twain nos encontramos ante una obra maestra en la que los personajes nos atrapan de principio a fin, ni siquiera los presuntos secundarios están dejados al azar, sino perfectamente dibujados, y todos ellos tienen su momento de gloria: la quisquillosa pero bondadosa tía Polly, el hermanastro empollón y acusica Sid, el malvado indio Joe... Es esta una novela que nos recuerda cuando éramos niños, libres e imaginativos, pues Tom ve el mundo con unos ojos totalmente diferentes a como lo hacen los adultos, y esa mirada es la que nos hace reír y la que nos hace querer volver una y otra vez a ser piratas, bandidos o buscadores de tesoros con él. No he podido evitar poner el vídeo del inicio de los dibujos animados que echaron en TVE en los ochenta, ¿a quién no le traen un montón de recuerdos estas imágenes?

domingo, 25 de octubre de 2009

New York I love you


A quien le gustó Paris je t'aime le gustará New York I love you, (de la serie Cities of love, de la que se barajan ya escenarios como Jerusalén, Rio de Janeiro o Shangai) esta sigue la premisa de la primera, varios directores que nos ofrecen pequeñas piezas rodadas en lugares emblemáticos de la ciudad con el amor y las relaciones personales como motor principal. Si New York tiene un gran acierto es que en esta ocasión, las piezas no tienen un inicio y un final claramente delimitado como sucedía en París, sino que se enlazan entre sí, hay una continuidad, los personajes de un corto interactúan con los de otros y las historias se cruzan, algo que da mayor dinamismo y sentido al film. Su peor baza es que en esta ocasión el tono es excesivamente naif, idílico y edulcorado, y que no hay ninguna historia que se clave firmemente en la retina por su temática como sucedía en París, donde se trataban temas como la inmigración, las diferencias sociales y religiosas, y planteaba más situaciones para la reflexión. A pesar de ello es una película agradable de ver, con un tono amable que no cae simplemente en la mera película romántica. Los directores son de lo más variado, aunque se notan sonoras ausencias como la de Woody Allen, director de Nueva York por antonomasia, en el film encontramos a Jiang Wen, Mira Nair, Shunji Iwai, Yvan Attal, Brett Ratner, Allen Hughes, Sekhar Kapur, Fatih Akin, Joshua Marston y Natalie Portman, pocos nombres conocidos en esta ocasión. Hay que destacar el trabajo de Natalie Portman, que se pone por primera vez tras las cámaras y consigue un trabajo admirable, en mi opinión la mejor de las historias, la más bonita tanto por temática como por las impresionantes imágenes de Central Park, donde nos muestra la relación entre una niña blanca y un hombre negro que la cuida, y como esta relación llama la atención de quienes les rodean. Entre los actores, muchos rostros conocidos, entre ellos podemos ver a la ya citada Natalie Portman, Hayden Christensen, Andy García, Orlando Bloom, Christina Ricci, Ethan Hawke, Robin Wright Penn, Chis Cooper, Shia La Beouf, Julie Chistie, Eli Wallach y Cloris Leachman. No puedo contar mucho de cada pieza porque parte del encanto de las mismas consiste en ir descubriendo poco a poco los secretos que contienen, pero estas son las que más me han gustado. Upper West Side en la que Orlando Bloom es un músico que encuentra la inspiración gracias a una chica que le recomienda mediante correos electrónicos y llamadas que se inspire en Dostoievsky. Soho, en la que Ethan Hawke trata de seducir a una desconocida a la puerta de un restaurante, en esa misma puerta, Robin Wright Penn hace lo mismo con un desconocido, aunque dentro del restaurante todo resulta ser diferente de lo que parecía. En Greenwich Village una pareja que ha tenido una noche de sexo intenta averiguar si deben seguir adelante o no. En Upper East Side Julie Christie es una cantante retirada que entabla una relación especial con un botones disminuido físico. Y la guinda del pastel la compone la maravillosa Brighton Beach donde dos ancianos, mientras discuten dando un paseo, muestran finalmente como el amor no tiene edad ni fecha de caducidad. Es en definitiva una película romántica y bonita que no nos cambiará la vida, pero si nos ayudará a evadirnos y a ser un poquito más felices a lo largo de sus casi dos horas de duración, y por supuesto, a conocer esta maravillosa ciudad.

Lágrimas de Eros

El Museo Thyssen-Bornemisza y la Fundación Caja Madrid han reunido una serie de piezas pictóricas, escultura, fotografía y vídeo en torno al título Lágrimas de Eros, en el que tratan de mostrar la relación entre el amor y el sexo y la muerte. A través de varias figuras de la mitología y del imaginario occidental como los suicidios de Cleopatra y Ofelia, el tema de la decapitación como parte de la erótica con Judith, Salomé e incluso David y Goliat o el mito de Selene y Endimión, Eva y la serpiente o incluso el vampirismo, se muestran una serie de obras de irregular calidad. Como suele suceder en estas muestras temáticas, hay muchas obras menores, pero vale la pena darse una vuelta, porque en medio de ellas encontramos otras realmente sobresalientes de Dali, Picasso, Warhol, Rodin, Cèzanne, Bernini, Ribera, Doré o Munch, entre otros. La muestra puede verse hasta el 31 de enero de 2010.

Para poner un poco de orden en tan ecléctica exposición, se han dividido por temáticas. En el Museo Thyssen tenemos el nacimiento de Venus, Eva y la serpiente, esfinges y sirenas, tentaciones de San Antonio, el martirio de San Sebastián, Andrómeda encadenada y el beso.

Por su parte en la Fundación Caja Madrid tenemos a Apolo y Jacinto, Endimión dormido, bellas suicidas: Cleopatra y Ofelia, Magdalena penitente y cazadores de cabezas.

sábado, 24 de octubre de 2009

Lisette Model: fotografiar con el estómago

La Fundacion Mapfre está trayendo últimamente a Madrid a grandes talentos de la fotografía a los que vale la pena echar un vistazo. La última en aterrizar ha sido la fotógrafa Lisette Model, que nos muestra su visión del mundo durante los años 30 en París y entre los 30 y los 50 en Estados Unidos, especialmente en Nueva York. Su mítica frase "fotografía con el estómago" se hace más que evidente cuando vemos su obra. Model no quiere retratar un mundo idílico o unos retratos preparados de antemano, sino que dispara ante aquello que que capta su atención, quiere cuerpos en movimiento, y sobre todo, quiere que en las imágenes queden plasmadas las verdaderas reacciones de sus fotografiados. "Todo el mundo tiene una manera de expresar su propio cuerpo, no sólo el rostro.", decía, "cuando las personas se relajan y se abandonan y no saben que alguien las está fotografiando, son en gran medida ellos mismos".Destaca el contraste entre los opulentos y obesos burgueses y los pobres ancianos escuálidos que mendigan en las calles; son dignas de atención también, los reflejos que plasma en las vitrinas de los escaparates de Nueva York o el bullucio del Sammys bar. Model no puede evitar repudiar con sus fotos a aquellos que viven de espaldas a la sociedad y que sólo se dedican a su propio placer, y de empatizar con los menos favorecidos, esa cualidad la transmite al espectador, y consigue que sintamos exactamente lo que ella sentía al tomar esas fotos.

viernes, 23 de octubre de 2009

Editors se acerca aún más a Joy Division con In this light and on ths evening


El nuevo disco de Editors In this light and on ths evening parece que no ha dejado muy contentos a sus seguidores, conozco a mucha gente que dice que es un disco pésimo, y por internet he leído muchas críticas airadas donde dicen que es el peor de sus tres trabajos. Bueno, yo no estoy de acuerdo en absoluto, es sólo diferente. Editors ya habían agotado la fórmula y han querido ofrecer algo diferente, nunca serán Joy Division (qué más quisieran) a los que 'homenajean' sin ningún tipo de pudor, tampoco podrán dejar de ser nunca los primos pequeños de Interpol, un grupo que ha sabido huir de la herencia Joy Division y crearse una gran reputación. Con todo ello, Editors ofrecieron en sus anteriores álbumes The back room y An end has a start grandes hits pegadizos, canciones rápidas y breves fácilmente digeribles una noche de marcha y con estribillos machacones que no eran difíciles de recordar a la primera escuchada. Todo ello lo digo sin ánimo de crítica, construyeron grandes canciones, porque no siempre las grandes canciones tienen que ser las más grandielocuentes o las más complejas (The Beatles son el gran ejemplo).Con este nuevo trabajo Editors han tomado la más pura esencia Joy Division y se han olvidado de ser comerciales, algo que Joy Division no fueron nunca (conozco a quien le encantan Interpol y Editors y no soporta a la banda de Ian Curtis, algo imcomprensible para mi). Han añadido más sintetizadores y un sonido mucho más ochentero, se han olvidado de los estribillos pegadizos y no les ha importado incluir trozos instrumentales más largos. Es un disco que simplemente necesita más atención que los anteriores, una escucha más pausada y atenta, con eso, el disco es realmente sobresaliente, quizá no sea para salir de noche pero si para tomarse unas cervezas de noche en casa, con luz tenue, escuchando. El single del disco es Papillon un tema potente y oscuro; sorprende el primer tema del album In this light and on this evening que me recuerda vagamente a algunos experimentos de Peter Murphy, un tema denso y opresivo; y en mi opinión destaca Eat raw meat = blood drool, una pedazo de canción merecedora de entrar por derecho propio en el podio gótico. Pero no es este un disco de canciones sueltas, sino un todo, que como digo, merece una escucha pausada. Un disco en definitiva para disfrutar y con el que Editors me temo que no ha hecho muchos amigos, pero los que consiga van a ser mucho más fieles que antes. El próximo 9 de diciembre podremos ver a Editors en La Riviera, será la primera vez que les escuche en directo y estoy deseando verlo.

jueves, 22 de octubre de 2009

Kasabian nos devuelven a los 70 con West Ryder Pauper Lunatic Asylum


Lo mío con Kasabian fue un puro flechazo desde el primer momento
, su primer disco me engancho a la primera, lo de fusionar música electrónica con rock no era algo nuevo, pero hasta el momento no había escuchado una combinación tan perfecta, con unas profundas raíces setenteras, si exceptuamos a los multifusionadores Primal Scream, pero ellos son otra historia. Su segundo disco me decepcionó un poco, no esperaba un cambio de sonido tan pronto, aunque pronto comprendí que quizá fuera necesario para que el grupo no se estancase en lo mismo, Empire tenía algunas canciones gloriosas, y además tuve la suerte de poder verles al poco tiempo en el Festival PepeWorld en Las Ventas. Su directo me pareció muy potente y cuidado y , aunque el nuevo disco no me emocionaba, decidí no perderles la pista. Y la verdad es que no me arrepiento. Su nuevo disco West Ryder Pauper Lunatic Asylum nos devuelve a los auténticos Kasabian. Sus primeras canciones Undegdog y Where did all the love go? nos retrotrae a su primer disco, a esa fuerza que parecían haber perdido, a esas melodías y letras pegadizas. El propio grupo ha afirmado que han querido hacer un disco conceptual y completo, ya que la descarga por canción les parece absurdo, algo con lo que estoy totalmente de acuerdo, y hacen referencia a grandes discos como el Sgt Peppers de los Beatles o Tommy de The Who ¿alguien se imagina descargando esos álbumes por canciones en vez de escucharlos como un todo?. El álbum lo han grabado en varios espacios con material antiguo, algo que se nota, el oido detecta enseguida ese sonido 70 tan natural que se ha perdido en los discos actuales, demasiado retocados en el estudio. Las canciones se van encadenando unas a otras, lo que da una perfecta sensación de continuidad, eso si, hay que escuchar el disco original, me lo pasaron primero en mp3 y no me interesó nada, puede parecer muy purista o una pedantería, pero la calidad de sonido se pierde muchísimo, y en este caso es algo fundamental. El sonido auténticamente 70, cuando parecía que estabas escuchando al grupo en directo, es una de las grandes bazas de Kasabian. Destacan canciones como la potentísima Fast Fuse, una locura psicodélica al más puro estilo Tarantino, en un coche a mil por hora y parando en bares de mala muerte de carretera a tomarte unos margaritas; Thick as thieves recoge el espíritu más británico y pop de The Kinks; sorprende el western cantado a dúo con la actriz Rosario Dawson (otra referencia a Tarantino ¿será casualidad?); la psicodélica Secret alphabets seguro que no llega a ser un hit, pero es quizá una de las canciones más sugerentes del álbum. Es cierto que Kasabian no nos descubren nada nuevo, más bien reinventan el sonido 70, pero sin actualizarlo, sino llevando los sintetizadores y sonidos más actuales a esa época en vez de hacerlo al revés. Si, no hacen nuevo, y nunca llegaran al nivel de Beatles, The Who, The Kinks o Dylan, de quienes beben sin ningún tipo de reparo, pero hacen algo diferente, y sobre todo, intentan recuperar para nosotros la mejor época de la música rock de todos los tiempos, y lo consiguen. Hacen que bailemos, que vibremos, que viajemos, que deseemos dejarlo todo para vivir sólo de la música y lo que ésta nos transmite. Y eso, eso lo consiguen muy pocos grupos.

La reina en el palacio de las corrientes de aire, termina la trilogía de Stieg Larsson

Por fin he terminado La reina en el palacio de las corrientes de aire, última novela de la saga Millenium de Stieg Larsson, y digo por fin porque la verdad es que me ha aburrido sobremanera, he tenido incluso que saltarme varias páginas para poder terminarlo, cosa que hago sólo en muy contadas ocasiones y con las novelas en las que veo que las lea o no, va a dar lo mismo. Larsson ha sido todo un boom editorial, vayas donde vayas, no dejas de ver a gente enfrascada con sus libros, un fenómeno que yo no había visto nunca. Hay que reconocer que el primer libro de la saga, Los hombres que no amaban a las mujeres era realmente interesante, ágil, con intriga, personajes bien trabajados, algo diferente en definitiva, que enganchaba desde la primera página. La segunda novela, La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina también me gustó, aunque perdió algo de frescura, ya sabíamos a lo que nos enfrentábamos, aunque que el autor aumentara el nivel de acción y de intriga hizo que también me enganchara. Esta tercera y última entrega me ha decepcionado terriblemente, principalmente porque no ofrece nada, toda la lectura se vuelve hueca y vacía de contenido. El autor vuelve una y otra vez sobre acontecimientos de los que ya hemos leído y que es innecesario que explique porque, si hemos llegado hasta aquí, será porque hemos leído las anteriores novelas. Me sentía como si leyera uno de esos libros infantiles en los que no paran de repetir continuamente lo mismo y de recordar quién es quién y qué hizo quién. La trama y la intriga brillan por su ausencia, además, el final es tan previsible que desde las primeras páginas ya sabemos cómo va a acabar todo. Quizá sea que tres novelas a unas 900 páginas cada una de ellas con los mismos personajes, acaba cansando a cualquiera. Este viernes estrenan la película basada en el segundo libro, he leído también que con sobrantes de los rodajes van a emitir una serie de televisión. Creo que para mí es ya demasiado Millenium.

miércoles, 21 de octubre de 2009

La bicicleta de Sumji de Amos Oz

Tengo que reconocer que últimamente estoy de bajón, muy de bajón, tanto que hasta ha conseguido repercutirme en la salud, aunque también tengo que decir que estoy empezando a salir de este estúpido túnel en el que me he metido, y a ver las cosas con otros ojos. Parte de mi "recuperación" se la debo a la selección de libros que estoy haciendo últimamente, no sé por qué, pero me ha dado por leer libros en los que los protagonistas son niños un tanto gamberros, y aún menos sé por qué esto me está animando bastante. A Amos Oz no hay casi ni que presentarle, ha sido uno de los nombres que más ha sonado como candidato en los últimos premios Nóbel de Literatura, aunque finalmente no pudiera ser y se quedara con el galardón Herta Müller (de la que estoy buscando alguna de sus novelas). Oz es Premio Israel de Literatura y un gran comprometido con el proceso de paz en Oriente Medio, aunque La bicicleta de Sumji es quizá una de sus novelas más amables. Ambientada en la Jerusalén bajo el mandato de los británicos tras la Segunda Guerra Mundial, cuenta la historia de Sumji, un niño israelí de 11 años enamorado de su compañera de clase Esti, a la que no sabe demostrarle su amor mas que tirándole del pelo o pegándole chicles en la chaqueta. Un día, el tío de Sumji le regala una bici, el mejor regalo del mundo, aunque sea una bici de chica, pero es entonces cuando empiezan los problemas o las soluciones. La novelita es de una frescura e inocencia tales que podría estar situada en cualquier parte del mundo, en cualquier momento del tiempo, nos podría haber pasado a cualquiera. Oz sabe recuperar la niñez y universalizarla, y nos hace recordar ese momento de nuestras vidas en el que un simple sacapuntas era un tesoro.

lunes, 19 de octubre de 2009

Vals con Bashir


Quizá suene un poco exagerado decir que Vals con Bashir del realizador israelí Ari Folman ha sido una de las películas que más me han gustado de todos los tiempos, pero es que no puedo decir otra cosa, es así. De ella me ha gustado todo, desde el original planteamiento de rodar un documental animado y cercano al estilo del cómic, pasando por la música, los momentos trágicos, los cómicos, los absurdos, los momentos oníricos, el mismo guión, las entrevistas a personajes reales, la música.. creo que no puedo ponerle ningún pero, sino destacar el sublime y acertado clímax en el que las imágenes animadas dan paso al documental puro y duro, a las imágenes reales que nos recuerdan por si no nos ha quedado claro después de la crudeza de todo el film, que eso que nos cuentan es real, que las matanzas de palestinos están ahí, y que el mundo no ha dejado nunca de mirar hacia otro lado. Creo que se trata de una película imprescindible, obligatoria casi, por una vez podemos mirar a los ojos de la realidad y ser conscientes de que todos, sin excepción, estamos dejando que se produzca una masacre en Palestina. Resulta curioso que tenga que venir a contárnoslo un israelí que combatió y estuvo presente en las matanzas de Sabra y Chatila,
lo dicho, un film imprescindible.

sábado, 17 de octubre de 2009

Las aventuras de un niño malo de Thomas Bailey Aldrich

Las aventuras de un niño malo de Thomas Bailey Aldrich es una divertidísima autobiografía novelada del autor, que cuenta su infancia en Portsmouth después de trasladarse desde Nueva Orleans. Al parecer, el libro se convirtió inmediatamente en un bestseller que se leía en todas las escuelas de Estados Unidos. Además, Mark Twain, amigo de Aldrich, confesó que esta novelita le inspiró para escribir después Tom Swayer. Esta novela tiene muchos valores destacables, primero, su escritura impecable que hace que su lectura sea fluida. Luego, como ya he apuntado, lo divertidísimo y entretenido que es, porque en realidad este niño malo no es más que un niño travieso del siglo XIX que idea junto a sus amigos mil y una travesuras. Por último, nos hace reflexionar sobre lo mucho que han cambiado los niños en tan solo dos siglos. Y es que los niños de Thomas Bailey Aldrich tienen una libertad que hoy en día sería impensable: están todo el día en la calle, navegan por un caudaloso río ellos solos con una barca, se escapan por las noches de sus casas, emprenden largos viajes sin la compañía de adultos... Y sin embargo, su sentido del deber y del honor es admirable, su respeto por los mayores algo que nos parece muy lejano y que como se está viendo, habría que recuperar cuanto antes. Si estos eran niños malos ¿qué son los de ahora?

sábado, 10 de octubre de 2009

Moon de Duncan Jones, el regreso de la ciencia ficción


Me da la impresión de que Moon, la opera prima de Duncan Jones -sí, el hijo de David Bowie- va a ser la gran revelación de este año. Es un film imprescindible que recupera la esencia de las películas de ciencia ficción, esas que elevaron el género a la categoría de obra maestra con films de la talla de Blade Runner, 2001: una odisea del espacio o Alien. De hecho, el propio Duncan ha afirmado que la estética de la película, plagada de maquetas al estilo de los años 70 y los 80, era muy importante: "queríamos que se pareciera a Atmósfera Cero o la primera entrega de Alien, hasta el punto de que resultaba interesante que el público viera Moon como si fuera una joya perdida de finales de los 70". Y vaya si lo consigue, el gran fallo de la ciencia ficción actual es que abusa de los efectos digitales, con lo que ésto le resta de verosimilitud, recordemos las recientes entregas de Star Wars. ¿No estaba todo excesivamente nuevo y limpio? ¿No tenía todo un aura de perfecta irrealidad? Eso frente a la trilogía clásica donde las naves eran creíbles, pese a que en algunos aspectos haya quedado algo anticuada. En Moon la nave es lo que podríamos esperar de la tecnología humana, así como las máquinas de transporte, que me han recordado a los auténticos vehículos lunares que usan los astronautas. Pese a ello, las imágenes de exteriores de la luna y la tierra están perfectamente conseguidas y son de una belleza escalofriante. Esto es, se pueden usar efectos especiales, pero al servicio de la película, y no al revés. Otro punto que hay que destacar es la soberbia interpretación de Sam Rockwell, único actor del film, y que pese a ello mantiene la tensión y la agilidad de la cinta, que no se hace pesada en ningún momento. Rockwell consigue además captar los matices que pueda tener una misma persona, y así, aunque da vida a dos personajes que en principio son el mismo, hay momentos en que nos hace creer que no son iguales (no quiero destripar mucho del argumento, es lo fundamental del film). Finalmente tengo que hablar de la maravillosa música de
Clint Mansell, todo un descubrimiento para mi aunque haya trabajado para el cine en incontables ocasiones. Consigue desplazarnos con su música melancólica aunque a la vez futurista a la luna, y hacernos partícipes de la soledad del protagonista. No podemos olvidar tampoco el papel de la máquina en todo esto, Gerty, a quien en la versión original le pone voz Kevin Spacey. Una visión de las máquinas más amable que la diabólica Hal de 2001, aunque... nunca se sabe.