martes, 10 de noviembre de 2009
Woody Allen vuelve a Manhattan en Si la cosa funciona
Por fin parece que recuperamos al Woody Allen de siempre después de sus desafortunados escarceos por Europa -bochornosa Vicky, Cristina , Barcelona-, excluyendo obviamente la grandiosa Match Point, Allen vuelve a su hábitat natural, a Manhattan. En Si la cosa funciona, regresa el Allen neurótico e histriónico que tanto nos ha hecho reír, en esta ocasión en su alter ego Larry David, que borda el papel. Las apelaciones al espectador, el cine dentro del cine, las conversaciones filosóficas en torno al sentido de la vida, y las ácidas críticas a la sociedad norteamericana, son de lo mejor del film. Todo ello con un humor visceral y sin concesiones, unos personajes a la vez absurdos y entrañables, y una visión de la vida que no permite la hipocresía y que nos anima a ser nosotros mismos, decir lo que pensamos, hacer lo que queremos, en definitiva, a vivir la vida con alegría y buen humor, a exprimirle todo el jugo. Porque al fin y al cabo, si la cosa funciona... ¿por qué no hacerlo?
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