sábado, 27 de junio de 2009

Radio encubierta: la mejor música del mundo está en Gran Bretaña


En 1966 la mejor música del mundo estaba en Gran Bretaña, y la BBC sólo emitía dos horas de rock and roll a la semana. Gran Bretaña estaba aterrorizada por una emisora pirata en un barco. Con esa premisa comienza Radio Encubierta (The boat that rocked). De entre las películas que hay estos días en cartelera quizá Radio Encubierta no sea la más destacable, hay que reconocer que es divertida pero no tanto como Cuatro bodas y un funeral o Love Actually (de las que Richard Curtis es guionista y director respectivamente), pero es que eso no es lo más destacable del fiim. La música es realmente lo que destaca en ella. La banda sonora es fuera de serie: The Kinks, Rolling Stones, Small Faces... La historia es también interesante para todos los que amamos la buena música: una emisora pirata británica que retransmite desde un barco los grandes hits del rock que la BBC no programaba. Entre los actores destacan Philip Seymour Hoffman con un papel de entrañable de viejo roquero y el espectacular Rhys Iffans, con quien las carcajadas están garantizadas en cada uno de los fotogramas en los que aparece, sin olvidarnos del grandísimo Kenneth Branagh diveridísimo en un papel fuera de lo que nos tiene acostumbrados, así como la aparición estelar de Emma Thomson, que nos demuestra que sigue siendo una de las mejores actrices británicas del momento.

viernes, 26 de junio de 2009

The Last Shadow Puppets, me quedo con los 60-70


Más vale tarde que nunca, creo yo. Ha pasado ya un año de la publicación de The age of the understatement de The last Shadow Puppets, formado por Alex Turner (Artic Monkeys) y Miles Kane (The Rascals), pero por desgracia, yo no los había escuchado hasta hace poco. Fue ver un videoclip de la canción Standing next to me y obsesionarme con conseguir a ese grupo tan british, tan beat y a la vez con un toque western en sus canciones. Mi sorpresa fue mayúscula al descubrir que la mitad de este grupo lo forma el cantante de Artic Monkeys, un grupo que he intentado de todas las maneras posibles que me guste, pero no, no hay manera, no paran de decirme lo maravillosos que son, pero yo no consigo pillarles el punto. Quizá por eso, aunque sabía que Alex Turner tenía un proyecto paralelo, no me había interesado en escucharlo en ningún momento. ¡Y qué error! Tremendo error, diría yo. The Last Shadow Puppets es para mi gusto el mejor grupo que ha salido a la luz en los últimos años -con permiso de Muse, por supuesto-. Tienen ese sonido de los 60 tan difícil de conseguir y que tantos grupos intentan imitar sin éxito, recuperan el gusto por las dos voces perfectamente empastadas -que tanto recuerdan a los Beatles, salvando las distancias, obviamente-,pese a ese toque revival no da la impresión en ningún momento de estar escuchando a un grupo que se esfuerza por parecer antiguo o que copia a alguien. Podemos decir que suenan Beat, pero no compararlos con ningún grupo concreto de esa época. Tienen un poco de los Beatles, un poco de The Kinks, The Who o Small Faces, pero tampoco es eso, ellos han sabido darle su toque especial, y al escucharlos hay momentos en que puedes llegar a pensar que se trata de una banda más de esa época, poco conocida y quizá de menor embergadura, pero sin duda, mucho mejor que otros experimentos que se han intentado hacer de este tipo. Además, cuidan al detalle su estética, que han recuperado también de la época, con peinados tipo bob, trajes y abrigos beat, todo ello sin resultar ridículo ni pasado de moda.

Tras mi gran decepción con el último disco de Placebo que han caido aún más bajo de lo esperable, con un disco nada original, machacón y repetitivo; con un nuevo álbum de Kasabian que repite los esquemas de su primer trabajo tras el fracaso de otras fórmulas ensayadas en Empire; y a la espera del nuevo disco de Muse, que por favor, espero siga la estela de Black Holes and Relevations y sea como anuncia Matt Bellamy sinfónico, a pesar de los fans que piden que sigan con la machacona estructura de sus primeros discos. Tras todo esto, tras ver que la música actual tiene poco que ofrecernos, y que parece que las fórmulas novedosas se han agotado en el rock, tan sólo me apetece escuchar a los grandes grupos de los 60-70, los ya nombrados Beatles, Kinks, The Who o Small Faces, y cómo no los grandiosos Led Zeppelin, u otras bandas y artistas increíbles como The Doors, Rolling Stones (hablo de los 60-70), David Bowie, King Crimson, Pink Floyd, The Animals, Free, America, Nilson, Ten Years After, Tim Buckley, The Guess Who, y tantos otros.

Tres días con la familia: vidas cotidianas


Hablar de cine catalán como sinónimo de cine de calidad está comenzando a convertirse en una constante. No puedo dejar de citar a uno de mis directores favoritos, Cesc Gay, que con películas como En la Ciudad o Ficción han conseguido crear un universo propio -el próximo 19 de julio estrena V.O.S. La cantidad de actores catalanes sobresalientes es también ingente, pero yo me quedo en especial con uno, Eduard Fernández, un actor que en mi opinión, a pesar de haber sido galardonado ya con dos Goyas, no es tan reconocido ni acapara tanto la atención como otros actores que quizá sean más mediáticos pero que carecen de su gran capacidad interpretativa, ésa que hace creíble a cualquier personaje que interprete, y que ninguna de sus actuaciones pase desapercibida, aunque no sea el protagonista del film. En Tres días con la familia, Eduard Fernández interpreta a un hombre que tiene que asistir al entierro de su padre, mientras su familia se desmorona: se encuentra en plena separación de su mujer, y su hija vive una auténtica crisis personal sin saber muy bien cómo encarar su futuro. El regreso de ésta de Toulousse a Barcelona y la reunión de su familia burguesa, saca a la luz todos los roces y miserias de cada uno de los personajes. Lo realmente destacable de la película es que no desvela grandes misterios familiares, sino que son pequeños dramas cotidianos con los que todos podemos sentirnos identificados. El ritmo es realmente ágil, los personajes muy convincentes y realistas, y la historia acabas haciéndola tuya a lo largo de la proyección. Se trata del primer largometraje de la directora Mar Coll. Y por favor, hay que verla en versión original.

martes, 23 de junio de 2009

Terminator Salvation es una peli de acción


Me ha sorprendido mucho la gran cantidad de críticas negativas que ha suscitado Terminator Salvation, y la cantidad de seguidores acérrimos que tiene la saga, que a pesar del tiempo que ha pasado, consideran las películas de Terminator poco menos que obras de arte a la altura de los clásicos del cine. Sí, yo también era una niña con Terminator 1, y una adolescente con Terminator 2, y claro que me impresionaron, me encantaron, eran las películas de moda, cómo no iban a gustarme. Además, la dos contaba con el aliciente de tener en su banda sonora a los Guns n' Roses, probablemente la banda de rock más grande de los 90. A pesar de ello, es innegable que el paso del tiempo, y por qué no decirlo, de la edad, ha hecho mella en ellas. Siguen siendo grandes películas, muy entretenidas, con buenos efectos, con ideas originales, pero tanto como encumbrarlas a la categoria de obars de arte intocables me parece ir demasiado lejos. Porque en eso se han basado la gran mayoría de críticas que ha cosechado: que si no aporta nada, que si es una mera peli de acción, que si no tiene argumento... Pero es que ES UNA PELI DE ACCIÓN. Ir al cine pensando que vas a ver otra cosa entiendo que no conduzca más que a la decepción, y dicho esto, voy ya con lo que me a parecido a mí.

Pues me ha encantado. Hacía años que no disfrutaba tanto en el cine con un film de acción trepidante, que no deja ni un momento de descanso al espectador y lo tiene en vilo continuamente. La actuación de Christian Bale es soberbia como siempre, apoyado en esta ocasión en otro impresionante Sam Worthington. Las máquinas están más conseguidas que nunca y los guiños al pasado son de los mejor. Por un lado el regreso de un rejuvenecido Arnold Schwarzenegger, y especialmente el momento en que sonaba You could be mine, no sé ni cómo pude quedarme quieta en el asiento. La pelíicula es muy entretenida y nos retrotrae a nuestra infancia donde no pensábamos en planos bien estructurados ni en actuaciones estelares,sino simple y llanamente en diversión, explosiones, monstruos, buenos y malos. Si se quiere pasar un buen rato y volver a ser un niño de nuevo, esta es la peli perfecta.

Carmilla de Sheridan Le Fanu



Es innegable que los vampiros están de moda -Crepúsculo, Nocturna, True Blood..-, aunque cabría preguntarse si alguna vez dejaron de estarlo. El mito del vampiro ha ido cambiando a lo largo del tiempo hasta desfigurarse por completo, pero si hay algo que no ha cambiado nunca es esa irresistible atracción que ejercen. Quizá por eso, las novelas de vampiros siguen interesando a los lectores, a pesar de que Carmilla de Sheridan Le Fanu, la precursora del género (influyó a Bram Stoker para escribir su Drácula), naciese en 1872. Se trata de una novelita o relato breve, que cuenta cómo Carmilla, una vampiresa muy joven y muy hermosa, seduce a las jovencitas de un pueblo, alimentándose posteriormente de su sangre. La historia, que puede parecernos ahora algo manida, introduce varios componentes muy novedosos y adelantados para su época. En primer lugar la figura de la vampiresa como protagonista, ya que la mayoría de las novelas de este género están protagonizadas por hombres; y sobre todo, girar en torno el tema lésbico, ya que Carmilla siente una pasión hacia sus víctimas, siempre femeninas, que éstas en ocasiones confunden con un acto amoroso. Carmilla reune todos lo elementos de terror que una buena novela de vampiros debe tener. Aquí el vampiro pese a ser atrayente, es un ser absolutamente malvado con el que hay que acabar cuanto antes.
Al parecer Le Fanu se basó en el caso de la Condesa Elizabeth Bathory, un escalofriante caso real de una noble que mataba a mujeres jóvenes como diversión y que se bañaba en su sangre. Una historia que puede leerse en Ella, Drácula, una increíble novela de Javier García Sánchez.

domingo, 21 de junio de 2009

Bunbury arrasa en Las Ventas


No puedo negar a estas alturas lo muchísimo que me gusta
Bunbury -mi blog está plagado de cosas sobre él-, pero, a pesar de las filias y fobias que suscita hay algo que es innegable: su arrollador directo. Este es el tercer concierto al que voy de la gira Helville de Luxe, su último disco, el primero de la gira en Zaragoza el 6 de septiembre de 2008, el de Madrid el 23 de octubre de 2008 en el Palacio de Deportes, y por último el de ayer 20 de junio de 2009 en Las Ventas, Madrid. Y tengo que decir que este ha sido sin duda el mejor. Bunbury nos regaló tres intensas horas de concierto, abrió como ya es costumbre con El club de los imposibles y su "Buenas noches cabrones", y a partir de ahí fue un no parar. El público entregadísimo, se notaba que más de uno repetía y que no era su primer concierto de la gira. Los momentos álgidos llegaron con los temas clásicos: Infinito, De mayor, El extranjero, El viento a favor, Sí, Sácame de aquí, Lady Blue... por hablar sólo de unos cuantos. Aunque los temas del nuevo álbum también parecieron animar al público. El concierto fue enérgico y vibrante, con una presencia aún mayor si cabe de las guitarras, y un Bunbury totalmente entregado a su público. Hay que destacar el momento especial y mágico que nos brindó la presencia de Phil Manzanera en Bujías para el dolor, enriqueciéndola de manera espectacular, ¡eso sí que es un guitarrista!. También fue muy especial cuando presentó Extranjero hablando de todos los inmigrantes que llegan a España y también de cómo a los que venimos de otras provincias nos hacen sentir en Madrid como en casa. Bunbury siempre consigue que me sienta un poquito más de Zaragoza cada vez que voy a sus conciertos. Personalmente, los momentos álgidos del concierto fueron las canciones Infinito y El viento a favor (por identificación con esas letras, ya digo porque tocan temas personales) y la gran sorpresa de la noche, El anzuelo, una canción que no había oído aún en directo y que me gusta especialmente, aunque al resto del público no pareció emocionarles tanto como a mí. Parecía que Bunbury iba a terminar como siempre con Y al final, una canción que me gusta muchísimo, pero cerró con El tiempo de las cerezas, pidiendo a los técnicos "¿Podemos tocar una más?". Otro guiño del cantante fue cuando hizo referencia a los pantalones dorados del guitarra, Álvaro Suite, que copiando un estilismo muy Keith Richards se hizo con el protagonismo frente al otro guitarra Jordi Mena, que al principio de la gira parecía el guitarrista principal. Si tuviera que poner nota a la noche de ayer sería sin duda una matrícula de honor para una actuación soberbia, que a pesar de las tres horas de duración, nos dejó a todos con ganas de más, incrementado por un escenario de lujo en un lugar tan mágico como Las Ventas, que llenó hasta los topes.

viernes, 12 de junio de 2009

Le Punk siguen teniendo el mejor directo


No es la primera vez que hablo de Le Punk ni será la última. Para mi gusto el grupo madrileño es de las mejores bandas españolas que han salido en los últimos tiempos, con un directo potente, letras inteligentes, melodías cuidadas y unos músicos de calidad. Con tan sólo tres discos, puede decirse ya que se trata de una banda veterana que renace una y otra vez de sus cenizas, ya que ha vivido la deserción de varios de sus miembros. Este miércoles pudimos verles en el Parque de la Bombilla dentro de las fiestas de San Antonio de la Florida del distrito de Moncloa.
Ver a Le Punk es toda una experiencia que recomiendo a todo aquel que aún no se haya acercado a escucharles. Lo tienen todo: son divertidos y bailables, pero sus letras son profundas y dan bastante que pensar, además, sus músicos son de una calidad realmente excepcional para lo que suelen ser la mayoría de directos de grupos españoles. A todo esto hay que añadirle la reciente colaboración de Bunbury con ellos. Cuando escuché al grupo por primera vez no podía parar de pensar que si Bunbury les conociera seguro que le encantarían, ya que ambos comparten la afición por la música arrabalera, los tipos acabados, el mundo de la noche... Pues parece que así ha sido, de la unión de Bunbury con Le Punk ha nacido Te llevo en el corazón, una canción con lo mejor de cada uno, no podía haber nacido una unión mejor, de la que dejo aquí el videoclip.

Los 39 escalones aprueba por los pelos en su versión teatral

La obra Los 39 escalones puede verse en el Teatro Maravillas. Una obra basada en la película de Alfred Hitchcock, dirigida por Eduardo Bazo, y protagonizada por Gabino Diego, Jorge de Juan,Diego Molero y Beatriz Rico. Se trata más bien de una parodia que de una recreación fiel del film, en ocasiones divertida, pero demasiadas veces sobreactuada y exagerada, tan sólo salvaría de a misma a Gabino Diego, de hecho, él salva la obra con su inmensa vis cómica y con su desbordante simpatía, así como con unas tablas más que demostradas. Cada vez que sale a escena, interpretando a varios personajes a cuál más loco, la diversión está garantizada. Sin embargo, el resto de personajes, especialmente Beatriz Rico, fallan bastante. La obra es perfecta para pasar un rato entretenido, de hecho destacan los múltiples recursos empleados -teniendo en cuenta la dificultad de adaptar al teatro una película con múltiples escenarios- como el teatro de sombras, las proyecciones cinematográficas, el mimo... Los dicho, una obra que logra el aprobado raspado pero con la que se puede pasar un buen rato.

lunes, 8 de junio de 2009

Revolutionary Road de Richard Yates


En febrero fui al cine a ver Revolutionary Road de Sam Mendes, y ya dije aquí lo muchísimo que me había gustado e impactado. Ya entonces me quedé con las ganas de leer la novela en la que se basa el film, ya que soy la idea de que toda novela complementa una película. Pues no me equivoqué. La novela de Richard Yates es absolutamente absorvente y fascinante. Eso sí no se la recomiendo a nadie que esté pasando por una crisis personal. En ella, aparte del tema de la crisis de pareja que aborda la película, se centra muchísimo en la crisis de los treinta años. Una crisis que puede resumirse en baja autoestima, sensación de fracaso y un preguntarse ¿es esto todo lo que voy a sacarle a la vida? Los personajes se ven envueltos en unas vidas que no han elegido sino que han ido aceptando poco a poco las cosas como iban viniendo, hasta que se dan cuenta de que son unos extraños para sí mismos. La vida de pequeño burgueses que llevan no satisface las ambiciones de la mujer, April, que se ve además limitada por los convencionalismo y la falta de libertad de la mujer en los años 50, a la que se le atribuye tan sólo el papel de esposa y madre. Mientras tanto él, desperdicia su vida en un trabajo que odia y en el que se limita a pasar desapercibido para que las horas pasen también de largo. Este es uno de esos casos en los que puedo decir que novela y película están a la altura la una de la otra, y que una complementa y añade contenido a la otra.

martes, 2 de junio de 2009

Los hombres que no amaban a las mujeres se hace cine


Mientras los millones de fans de la saga Millenium esperamos ansiosos la publicación de La reina en el palacio de las corrientes de aire, prevista para el 18 de junio -ya queda menos ¡bien!-, de momento nos toca contentarnos con la película de la primera de las novelas: Los hombres que no amaban a las mujeres. El fenómeno sigue adelante, y ya no sólo es un éxito literario sin precedentes- aún no conozco a nadie que lo haya leído y no se haya enganchado a muerte con él-, sino que parece que la película va por el mismo camino. Simple curiosidad o fanatismo, son variados los motivos por los que el público se acerca al cine a ver este film. Y si tuviera que decir brevemente si me ha gustado o no, diría sí me ha gustado, pero con un pero, o quizá con muchos peros. Para empezar, es cierto que muy pocas películas superan la prueba cuando se trata de una adaptación de un libro, y aunque en este caso se ha conseguido una película dinámica y entretenida, por desgracia se queda en eso. Para los lectores de la novela faltan factores claves de la misma: los personajes tan perfectamente creados que llegan a tomar entidad propia, las tramas secundarias que en ocasiones pasan a ser principales, las críticas abiertas a la sociedad sueca, la corrupción empresarial, el periodismo de investigación, los demonios del nazismo... todos esos temas quedan en el tintero o apenas esbozados. Además, hay personas que se pierden por completo o que pierden parte de sus atributos. Por otra parte, quien no haya leído la novela puede perderse en ocasiones en la trama, precisamente por esas elipses en el argumento que hacen que algunas cosas sean incomprensibles. Lo mejor: la actuación de Noomi Rapace que ha sabido dotar de vida al personaje de Lisbeth Salander, verdadera alma de la saga.