lunes, 8 de junio de 2009
Revolutionary Road de Richard Yates
En febrero fui al cine a ver Revolutionary Road de Sam Mendes, y ya dije aquí lo muchísimo que me había gustado e impactado. Ya entonces me quedé con las ganas de leer la novela en la que se basa el film, ya que soy la idea de que toda novela complementa una película. Pues no me equivoqué. La novela de Richard Yates es absolutamente absorvente y fascinante. Eso sí no se la recomiendo a nadie que esté pasando por una crisis personal. En ella, aparte del tema de la crisis de pareja que aborda la película, se centra muchísimo en la crisis de los treinta años. Una crisis que puede resumirse en baja autoestima, sensación de fracaso y un preguntarse ¿es esto todo lo que voy a sacarle a la vida? Los personajes se ven envueltos en unas vidas que no han elegido sino que han ido aceptando poco a poco las cosas como iban viniendo, hasta que se dan cuenta de que son unos extraños para sí mismos. La vida de pequeño burgueses que llevan no satisface las ambiciones de la mujer, April, que se ve además limitada por los convencionalismo y la falta de libertad de la mujer en los años 50, a la que se le atribuye tan sólo el papel de esposa y madre. Mientras tanto él, desperdicia su vida en un trabajo que odia y en el que se limita a pasar desapercibido para que las horas pasen también de largo. Este es uno de esos casos en los que puedo decir que novela y película están a la altura la una de la otra, y que una complementa y añade contenido a la otra.
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