domingo, 21 de junio de 2009
Bunbury arrasa en Las Ventas
No puedo negar a estas alturas lo muchísimo que me gusta Bunbury -mi blog está plagado de cosas sobre él-, pero, a pesar de las filias y fobias que suscita hay algo que es innegable: su arrollador directo. Este es el tercer concierto al que voy de la gira Helville de Luxe, su último disco, el primero de la gira en Zaragoza el 6 de septiembre de 2008, el de Madrid el 23 de octubre de 2008 en el Palacio de Deportes, y por último el de ayer 20 de junio de 2009 en Las Ventas, Madrid. Y tengo que decir que este ha sido sin duda el mejor. Bunbury nos regaló tres intensas horas de concierto, abrió como ya es costumbre con El club de los imposibles y su "Buenas noches cabrones", y a partir de ahí fue un no parar. El público entregadísimo, se notaba que más de uno repetía y que no era su primer concierto de la gira. Los momentos álgidos llegaron con los temas clásicos: Infinito, De mayor, El extranjero, El viento a favor, Sí, Sácame de aquí, Lady Blue... por hablar sólo de unos cuantos. Aunque los temas del nuevo álbum también parecieron animar al público. El concierto fue enérgico y vibrante, con una presencia aún mayor si cabe de las guitarras, y un Bunbury totalmente entregado a su público. Hay que destacar el momento especial y mágico que nos brindó la presencia de Phil Manzanera en Bujías para el dolor, enriqueciéndola de manera espectacular, ¡eso sí que es un guitarrista!. También fue muy especial cuando presentó Extranjero hablando de todos los inmigrantes que llegan a España y también de cómo a los que venimos de otras provincias nos hacen sentir en Madrid como en casa. Bunbury siempre consigue que me sienta un poquito más de Zaragoza cada vez que voy a sus conciertos. Personalmente, los momentos álgidos del concierto fueron las canciones Infinito y El viento a favor (por identificación con esas letras, ya digo porque tocan temas personales) y la gran sorpresa de la noche, El anzuelo, una canción que no había oído aún en directo y que me gusta especialmente, aunque al resto del público no pareció emocionarles tanto como a mí. Parecía que Bunbury iba a terminar como siempre con Y al final, una canción que me gusta muchísimo, pero cerró con El tiempo de las cerezas, pidiendo a los técnicos "¿Podemos tocar una más?". Otro guiño del cantante fue cuando hizo referencia a los pantalones dorados del guitarra, Álvaro Suite, que copiando un estilismo muy Keith Richards se hizo con el protagonismo frente al otro guitarra Jordi Mena, que al principio de la gira parecía el guitarrista principal. Si tuviera que poner nota a la noche de ayer sería sin duda una matrícula de honor para una actuación soberbia, que a pesar de las tres horas de duración, nos dejó a todos con ganas de más, incrementado por un escenario de lujo en un lugar tan mágico como Las Ventas, que llenó hasta los topes.
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Sentimientos encontrados con este tío, a veces lo adoro y otras veces me parece el tipo más absurdo del rock español. Sigue teniendo una de las mejores carreras de la música en castellano, aunque para mi las letras del último disco son una tomadura de pelo, pero bueno... ¡Salud!
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