martes, 12 de enero de 2010
Capitalismo, una historia de amor de Michael Moore
Tengo que reconocer mi debilidad por Michael Moore. Sé que sus principales detractores le atacan con el argumento de que es un manipulador, que lleva al espectador donde él quiere, usa los datos a su antojo, y usa métodos poco ortodoxos para convencernos de su punto de vista. Bueno, allá ellos, yo disfruto con las películas-documentales de Moore -me encanta que se dedique a un género tan poco común- desde el primer fotograma hasta el último. Si Bowling for Colombine y Farenheit 9/11 fueron auténticas bombas incendiarias, el polémico director vuelve ahora con Capitalismo, una historia de amor. En ella nos presenta algunas tesis obvias sobre el desastre económico mundial que estamos viviendo (la equiparación de la caída del imperio romano con el control de unos pocos en una pretendida democracia y el atontamiento de la población con espectáculos y una falsa sensación de bienestar, con la sociedad capitalista occidental actual); y otras mas novedosas, como las escandalosas pólizas del "campesino muerto" existentes en EE UU, por las que una empresa cobra un seguro millonario cada vez que uno de sus empleados muere. Moore también se detiene en el lado humano de la tragedia y nos muestra a familias que han sido desahuciadas injustamente, centenares de personas despedidas sin indemnización ni posibilidad de volver a encontrar otro empleo, o las inmensas desigualdades entre los monstruos de Wall Street y la población corriente. También vemos cómo el director señala con el dedo a los culpables de esta situación, a los que todos conocemos: bancos o políticos como Reagan, Clinton y Bush que metieron a estos banqueros en las élites de poder estadounidenses. La película aporta también su dosis de humor, como es ya habitual en su cine, aunque en este caso con un toque de amargura, pues no parece que la situación vaya a cambiar. A pesar de ello, Moore nos invita a revelarnos y nos anima a otra forma de vida, porque, aunque nos lo hayan grabado a fuego, el capitalismo salvaje no es la única vía posible, y por mucho que agiten la zanahoria de "tú también podrás ser rico como nosotros" delante de las narices, ellos nunca nos dejaran llegar allí arriba.
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Alberto Q.
ResponderEliminarhttp://traslaspuertas.wordpress.com
A mí me gustó BOWLING y algo menos FARENHEIT.
Tenía más ganas de ver SICKO que CAPITALISMO pero la distribución en España no cuajó y le perdí la pista... Ya veremos, igual si encuentro hueco me lanzo al cine con ésta.
Saludos!
Anímate, tiene todos los ingredientes de Moore: humor y una devastadora denuncia social. Vale la pena.
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