viernes, 27 de abril de 2012

Cuatro días en Milán. Día 2: Lago Como


Si se viaja a Milán es indispensable mínimo una visita a sus preciosos lagos, en total hay tres grandes lagos: Maggiore, Como y Garda; y los lagos menores: d'Orta, di Varese, d'Iseo y d'Idro


Nuestro segundo día en Milán lo dedicamos a pasarlo entero en el lago Como, fue un día agotador, desde las ocho de la mañana, cuando salimos de la ciudad, hasta las diez de la noche, hora en la que regresamos al hotel, pero realmente valió la pena.


Puedo decir que, de momento, es el lugar más hermoso en el que he estado nunca, evocador y mágico, las fotos no hacen justicia al lugar tan maravilloso que es.


El lago Como es quizá uno de los más populares por haber tenido allí su residencia y estudio de grabación Mathew Bellamy, cantante de Muse, o por personajes famosos que tienen allí lujosas villas, como George Clooney.


El acceso en transporte público desde Milán es bastante bueno y cómodo, salen constantemente trenes desde la estación Cadorna hacia la localidad de Como, a 45 kilómetros de la ciudad. 


El trayecto en tren dura algo menos de una hora, y nos deja en el pueblo de Como, desde allí se coge el barco que nos llevará a lo largo del lago. La propia localidad de Como merece en sí misma una visita, aunque sea breve.


Como es una pequeña localidad que fue fundada por los romanos en el año 196 a.c., se nota que es una localidad muy turística con un nivel de vida bastante alto.


La localidad posee dos iglesias que merecen una visita, la de San Fedele del siglo XII y el Duomo que se comenzó a construir en el siglo XIV.



A su lado se encuentra el Broletto del siglo XIII que hoy en día sigue utilizándose como mercado al aire libre, de hecho, durante nuestra visita había un mercado de productos tradicionales de la zona: quesos y embutidos con una pinta y, os lo puedo asegurar, un sabor increíbles.


Personajes ilustres nacidos en Como son los historiadores latinos Plinio el Viejo y Plinio el Joven, ambos del siglo I a.c.


Otro habitante de Como ilustre fue Alessandro Volta, el físico que descubrió el voltaje, en la localidad hay una casa-museo dedicada a él que no tuvimos tiempo de visitar.


El pueblo es encantador con rincones realmente bonitos y algunas cosas interesantes que ver.


Desde Como tomamos el barco que realiza el trayecto de un extremo a otro del lago, el viaje en barco puede ser todo lo largo que uno quiera, y existen distintos tipos de billetes, dependiendo si se quiere hacer el recorrido entero o si se quiere ir a algún punto en concreto del lago. 


Durante la ruta en barco pueden verse las expléndidas villas a ambos lados del lago, una de las más famosas es Villa Carlota en Tremezzo, una residencia del siglo XVIII con preciosos jardines alrededor.


Existen dos tipos de barcos, uno express, y otro que va parando en todas las localidades del lago y que tarda unas dos horas en llegar de un extremo a otro del lago, ambos con amplios horarios y barcos que van pasando por las distintas localidades muy a menudo. 


Si se tiene poco tiempo, como fue nuestro caso, recomendaría coger el barco que va haciendo el recorrido más lento, así se pueden ir viendo con calma las distintas poblaciones y las villas, ya que es imposible detenerse en todas, y pararse a visitar lo que más nos interese.


Nosotros cogimos el barco más lento con la posibilidad de parar en las localidades que quisiéramos, nos decidimos por Varenna, Bellagio y Menaggio, las localidades más recomendadas en las guías y por otros viajeros.


Nos quedamos sin ver muchas villas y localidades pero, como digo, al menos desde el barco las vistas son magníficas, y de hecho, no todas ellas pueden visitarse.


Otra de las villas más populares es la Villa del Balbianello, en Lenno, construída en el siglo XVIII sobre un monasterio franciscano. Su popularidad se debe a que en ella se rodó el Episodio II de Star Wars, El ataque de los clones, siendo la residencia de la princesa Amidala en la región de los lagos del planeta Naboo. También apareció en la saga de James Bond Casino Royale.


Famosas o no, todas tienen su encanto, más aún por el entorno idílico en el que se encuentran.


No llegamos hasta el final del lago por su gran extensión y por falta de tiempo, pero sí que pudimos ver a lo lejos los Alpes, y es que estábamos ya muy cerquita de Suiza, y se notaba, cuanto más subía el barco hacia el norte más frío hacía y más nublado estaba el cielo.



Nuestra primera parada fue Bellagio que ha conservado su estructura medieval de calles empinadas, lleva siendo un importante centro turístico desde los siglos XVIII y XIX con villas nobles y numerosos hoteles y restaurantes.


En este pueblecito paramos a comer, al ser tan turístico es una buena opción, ya que hay muchísimos sitios para elegir a precios muy variados, ¡y estaba todo buenísmo!


Nuestra siguiente parada es la que llaman La perla del lago, y no les falta razón, Varenna fue sin duda mi parada favorita, un pueblecito pesquero y vacacional de ensueño.


Varenna es un pueblo de origen romano en el que, al igual que en Bellagio, se nota su primigenia estructura medieval que han sabido conservar muy bien. 



Podéis ver que fue realmente el lugar que más me gustó, no pude parar de hacer fotos y no os podéis imaginar lo muchísimo que me ha costado seleccionar solo unas cuantas.






Nuestra última parada fue Menaggio, bastante cansados ya, una bonita población desde la que cogimos el último barco, este sí, express, camino de vuelta a Como.


Desde aquí pudimos ver cómo cambiaban los colores del lago con el atardecer.


Espero que os haya gustado este segundo día en el lago Como, un destino que de verdad no podéis perderos si tenéis ocasión, y que espero haberos podido acercar un poco con mis fotografías. Os recuerdo que podéis ver más en mi página de Flickr.



Este viernes comienza quizá uno de los puentes más largos del año, al 1 de mayo, día de los trabajadores, tenemos que sumarle otro festivo en Madrid, el 2 de mayo, día de la Comunidad de Madrid, así que estos días voy a estar megapuente, sin salir de Madrid, pero aprovechando para descansar, ver algunas exposiciones, ir al cine y al teatro, quizá a algún concierto, tomar algunas fotografías, disfrutando de todo lo que ofrece mi increíble ciudad. Tanto con puente como con fin de semana, ¡espero que disfrutéis de estos días!

lunes, 23 de abril de 2012

'El cielo de Bombay' de Thrity Umrigar

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Título: El cielo de Bombay (The Space Between Us)
Autor: Thrity Umrigar
Editorial: Grijalbo (junio 2006)
Año de publicación: 2005
Páginas: 336
Precio:  5,95 euros

Hay ocasiones en las que se abusa en exceso de un género, de un autor o de un estilo, y eso, a la larga, pasa factura. Es lo que me ha sucedido con la literatura hindú, tuve una temporada en que devoraba todo libro de origen hindú que cayese en mis manos, especialmente si se trataba de sagas familiares, conflictos intergeneracionales, el choque entre tradición y modernidad... Si hubiese leído El cielo de Bombay en aquella época, esta reseña sería muy diferente. Pero, como todos los lectores sabemos, una lectura es algo muy subjetivo, en ella influyen muchos factores, como el propio lector y sus circunstancias o el momento en que se lee, es por eso que las reseñas son algo tan subjetivo. A día de hoy, El cielo en Bombay, aunque me ha parecido una historia bonita y entretenida, me ha resultado repetitiva, y me ha aportado poco, ya que este tipo de historias las he leído ya demasiadas veces. Con este no quiero desanimaros, yo estoy saturada, he leído demasiadas novelas de este tipo, pero para los que aún no os hayáis introducido en la literatura actual hindú, os la recomiendo sin duda. La India es un país fascinante (uno más de mis destinos soñados), y este libro os transportará automáticamente a las calles de Bombay, a sus olores y colores, a sus fuertes contrastes, a la frágil convivencia entre modernidad y tradición.

Vista de Bombay, con Chowpatty Beach en primer plano (Foto: Wikipedia)


Estamos en el Bombay actual, Sera es una mujer viuda de clase media-alta que, a pesar de que adora a su sirvienta Bhima (una mujer analfabeta que vive en una chabola de los suburbios de la ciudad), no puede evitar cargar con un montón de prejuicios sobre la diferencia de clases. Tanto es así que, aunque Bhima se ha ocupado del cuidado de la hija de Sera desde que esta era pequeña, no puede comer o beber en los utensilios de la familia, sino que tiene su propio plato y vaso, y nunca puede sentarse en una silla o en los sofás de la casa, sino que debe permanecer de pie o de cuclillas en el suelo. Bhima lucha porque su nieta Maya no tenga que ser una sirvienta como ella, y gracias a la generosidad de su ama Sera, consigue que vaya a la Universidad. Sin embargo, todos sus sueños se rompen cuando Maya se queda embarazada y se niega a decir quién es el padre de esa criatura que ha roto su futuro. Una historia de mujeres fuertes y luchadoras, madres e hijas, con las diferencias entre castas y las enormes desigualdades entre los ricos y los pobres de fondo, además de contar con todo el colorido que suelen tener estas novelas: la riquísima comida hindú, los mercados al aire libre, las calles abarrotadas, el intenso tráfico... Si no habéis leído literatura hindú, os lo recomiendo, es una historia bonita, que se lee sin esfuerzo y que os encantará si os gustan ese tipo de libros. 

Dharavi, una de las zonas de chabolas más grandes de Bombay (Foto: http://www.dharavi.org/)

En mi caso sí hay una cosa que me ha gustado de esta lectura, y es que de todo se aprende algo, en este caso sobre los parsis, una comunidad religiosa que vive en la India y que no conocía antes de leer el libro. En él apenas se nos explica nada, tan solo se apunta que Sera y su familia es parsi, igual que todas sus amistades, y se apuntan algunos datos aislados, por lo que he tenido que investigar por mi cuenta después de la lectura. Los parsis o zoroástricos (Nietzsche tomó a Zaratustra o Zoroastro como personaje literario en Así habló Zaratustra) son una comunidad religiosa que vive en el oeste de la India, principalmente en Bombay, que dicen descender de los persas. También existe una comunidad parsi en Pakistán, aunque menos numerosa. Lo realmente interesante de esta comunidad religiosa es su peculiar rito funerario, consistente en dejar a sus muertos en las llamadas torres del silencio para que sean devorados por los buitres, ya que creen que los cadáveres son elementos impuros y enterrarlos contamina la tierra, quemarlos contamina el fuego y el aire, y lanzarlos al agua, contamina el agua. Una vez que quedan solo los huesos son arrojados a un osario en la parte central del edificio. Las torres del silencio son edificios compuestos por tres círculos, uno exterior para los hombres, otro para las mujeres y el más céntrico para los niños. Un famoso parsi fue Freddie Mercury, cantante del grupo Queen, ya que sus padres eran parsis de la región de Gujarat

Torres del silencio a las afueras de la ciudad iraní  de Yazd (Foto: Wikipedia)


Como veis, hasta de las lecturas que en principio parecen menos interesantes, se aprende algo. Y no, no me he olvidado de que hoy es el Día del libro, Sant Jordi o San Jorge, como prefiráis. Lo importante es celebrar el día de hoy con un libro en la mano, y a ser posible aprovechando para hacerse con más y más horas de felicidad en forma de libro, ya sea comprándolos, o para los que tenemos el bolsillo más ajustado, arrasando en la biblioteca. Para todos: ¡Feliz día del libro!

jueves, 19 de abril de 2012

'Calle de las tiendas oscuras' de Patrick Modiano

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Título: Calle de las Tiendas Oscuras (Rue des Boutiques Obscures)
Autor: Patrick Modiano
Editorial: Anagrama (marzo 2009)
Año de publicación: 1978
Páginas: 240
Precio: 17 euros

Os "presenté" a Patrick Modiano el año pasado con el libro En el café de la juventud perdida, una lectura que me entusiasmó y que estuvo entre mis mejores de 2011. Os avisé que volvería pronto a él, y aquí está de nuevo, con otro título de lo más sugerente: Calle de las Tiendas Oscuras. Con esta lectura me reafirmo, Modiano se ha convertido en uno de mis favoritos, un imprescindible  a la hora de disfrutar de la lectura, saboreando, paladeando cada palabra, cada frase, cada significado literal y lo que hay oculto detrás.

La diagonale des marches (1953) - Robert Doisneau

Para esta entrada no he podido resistirme a ilustrarla con imágenes de mi fotógrafo favorito, Robert Doisneau, del que se cumplió el pasado 14 de abril el centenario de su nacimiento. Doisneau, al igual que Modiano, retrata un París nostálgico, en blanco y negro, a medio camino entre la idealización y la cruda realidad que los envuelve. En el caso de Modiano, esa realidad que rompe con el París soñado son los fantasmas de la ocupación nazi en Francia y el colaboracionismo del gobierno francés, ambos presentes a pesar de que la sociedad francesa trate de olvidarlo, o de hacer como que lo ha olvidado.

Amour et barbelés - Robert Doisneau


Calle de las tiendas oscuras es un apetitoso caramelo sobre la búsqueda de identidad, un viaje a lo más profundo del yo, un viaje que no tiene fin, ya que nunca terminaremos de conocerlos o más bien de no conocernos a nosotros mismos. Ese caramelo viene envuelto en forma de novela negra, pero es eso simplemente, un envoltorio, que nadie espere una novela negra al uso, ni siquiera una resolución. Los que no os llevéis bien con los finales abiertos, preparaos, porque en este caso es más bien un final inconcluso, interrumpido, pero ¿no es así la vida? ¿En qué momento podemos decir que se ha terminado esa búsqueda? Nuestro protagonista es Guy Roland, un nombre inventado para un hombre que un día perdió la memoria y tuvo que reinventarse desde cero. Ha estado trabajando para una agencia de detectives desde entonces y ahora que esta cierra, decide investigarse a sí mismo. Emprende de este modo un viaje por las calles de París, pero también interior, en busca de las huellas de su pasado, de una identidad que se le escurre continuamente entre los dedos, a través de pistas falsas, callejones sin salida, viejas fotos en blanco y negro y recuerdos fragmentados de los pocos que sobreviven a a aquella época: la Francia ocupada.


Passage Saint Anne (1967) - Robert Doisneau

Leer a Modiano es enfrentarse a un libro con la mente abierta, lejos de prejuicios. ¿Es una novela negra? No ¿Es una novela introspectiva? Tampoco. Pero a la vez sí que lo es. El autor mezcla géneros, introduce cartas, informes, fragmentos de guías de teléfonos, direcciones... nos hace partícipes de esta investigación. Con un estilo muy ágil, repleto de diálogos, con capítulos breves y muy breves (algunos de apenas un par de líneas), la lectura avanza más rápido que nosotros, se desliza. Es un libro fácil de leer pero quizá difícil de comprender, ya que el fondo de la cuestión no está en la superficie, sino en lo que se desvela entre líneas, por lo que es necesario detenerse y pensar ¿qué he leído?


Galerie Vivienne (1981) - Robert Doisneau

Patrick Modiano obtuvo el Premio Goncourt con esta novela cuando tenía 33 años. Se trata de su sexta novela y resulta asombroso que una obra de esta calidad, publicada en 1978 no haya sido editada en España hasta hace un par de años. Poco a poco parece que la editorial Anagrama va publicando la obra de un autor indispensable. Una novela oscura, inquietante, llena de personajes fugaces pero que permanecen con nosotros, como la bella y enigmática Gay Orlow, o el esquivo Freddie; con escenas realmente memorables, como el funeral ruso, el pianista solitario en una sala casi desierta, los recuerdos que no son propios aunque lo parezcan, las vidas posibles que podríamos haber vivido pero que son de otros.

Passerelle de la SNCF a Villeneuve Saint Georges (1945) - Robert Doisneau

"No soy nada. sólo una silueta clara, aquella noche, en la terraza de un café. Estaba esperando que dejara de llover, un chaparrón que empezó en el preciso momento en que Hutte se iba." (Calle de las Tiendas Oscuras)

martes, 17 de abril de 2012

Cuatro días en Milán. Día 1: Duomo, Galleria Vittorio Emanuele II, Castello Sforzesco y Pinacoteca Brera

Duomo
He tardado un poco en publicar esta entrada que os prometí sobre el viaje que hice en Semana Santa a Milán, pero entre que la ciudad tiene rincones realmente preciosos, y que estrenaba en el extranjero mi nueva Réflex Canon 550D, os podéis imaginar que he sacado miles de fotografías. Aún aprendiendo, poco a poco, y aún así, creo que han quedado algunas imágenes realmente preciosas. Milán es un destino un tanto infravalorado: por un lado tiene muchísimo turismo al haber varias compañías low cost que vuelan hacia allí, y por otro, oiréis mucho el comentario "no hay nada que ver" o "no es una ciudad bonita". Íbamos con algo de prevención, pero al final ha resultado ser un destino muy completo, y os aseguro que en los cuatro días que hemos estado (uno de ellos en el lago Como) no hemos parado ni un minuto. De hecho, se nos han quedado muchísimas cosas en el tintero, la mayoría de ellas porque, al ser Semana Santa y por tanto festivo, muchos museos estaban cerrados. La mayor pena fue que no pudimos ver La última cena de Leonardo da Vinci en la iglesia de Santa María delle Grazie, ya que hay que reservar las entradas por Internet o por teléfono con más de dos semanas de antelación. Al ser un viaje de último momento, no pudo ser, una pena, aunque como ya íbamos sabiendo que no podríamos verlo, nos olvidamos y disfrutamos de todo lo que la ciudad tiene  que ofrecer, y que no es poco.

Interior del Duomo

Si hay una visita obligada en Milán, esta es sin duda el Duomo, la catedral es inmensa (la tercera más grande del mundo tras San Pedro en Roma y la catedral de Sevilla), pero además es imponente, toda ella revestida de mármol. Si el exterior es impresionante, el interior no lo es menos, llena de tapices, esculturas, vidrieras... El primer día tan solo visitamos el interior (visita gratuita) incluida la cripta donde está enterrado san Carlos Borromeo, aunque hay otras dos visitas que no hay que perderse, y son el Duomo de noche y la terraza desde la que se divisa toda la ciudad, que hicimos otros días y que os enseñaré más adelante.

Galleria Vittorio Emanuele II

La plaza en la que se encuentra el Duomo tiene otro edificio emblemático de Milán, como es la Galleria Vittorio Emanuele II, un pasaje comercial lleno de tiendas, cafeterías y restaurantes de precios prohibitivos, inaugurada en 1867 por el rey Víctor Manuel II

Galleria Vittorio Emanuele II

El interior es majestuoso, además de la gran bóveda de cristal de 47 metros de altura y los mosaicos que hay en ella, el suelo está cubierto por los escudos de armas de las ciudades italianas de Turín, Roma, Florencia y Milán.

Escultura de Leonardo da Vinci en la Piazza della Scala, al fondo, el Palazzo Marino
Al final de la galería se encuentra la famosa plaza del Teatro alla Scalla, donde encontramos otros edificios interesantes como el Palazzo Marino, sede del ayuntamiento, y la presencia de un personaje importantísimo en la ciudad: Leonardo da Vinci, quien vivió varios años en la ciudad, bajo el mecenazgo del duque de Milán Ludovico El Moro Sforza.

Detalle de uno de los Bastioni di Porta Venezia
Si hay algo que hay que hacer continuamente en Milán es mirar hacia arriba, los palacios y edificios imponentes son una constante.
Edificio en Corso Venezia
Desde la Porta Venezia donde se encontraba antiguamente la muralla construida en el siglo XVI por el gobernador español Ferrante Gonzaga (durante el dominio español de la ciudad a manos del emperador Carlos V) y que ahora está marcada por dos bastiones del siglo XIX, bajando por el Corso Venezia, una calle llena de palacios y edificios interesantes.

Via Dante
Aunque la verdad es que en casi cualquier calle del centro podemos encontrar edificios singulares y figuras que llaman nuestra atención.

Tienda de zapatos imposibles  junto a la Via della Spiga

Sin olvidarnos de que hay calles enteras dedicadas a la moda, con tiendas de precios escandalosos y modelos imposibles, que no dejarían de ser graciosos, si no viéramos a continuación a gente durmiendo en la calle. Hay de hecho en la zona varias calles peatonales como la Via della Spiga, repletas de tiendas de lujo que merecen aunque sea un paseo por la tranquilidad que se respira en ellas fuera del horario comercial.

Piazza Mercanti

Cerca del Duomo, en la piazza Mercanti encontramos un rincón medieval anclado en el pasado, donde se celebraban en su momento acontecimientos públicos y donde se encontraban la cárcel, los mercados y las salas de juicios.

Castello Sforzesco

Una visita imprescindible es el Castello Sforzesco, construido como fortaleza en 1368 por Galeazzo II Visconti y posteriormente propiedad de la familia Sforza quienes lo convirtieron en una de las costes más influyentes de la época renacentista, con invitados como Bramante o Leonardo da Vinci

Piedad Rondanini de Miguel Ángel

Actualmente, alberga varios museos en su interior con obras de gran valor, de las que hay que destacar la Piedad Rondanini, obra inacabada pero preciosa de Miguel Ángel, ya que murió mientras trabajaba en ella.

Parco Sempione
En la parte trasera del castillo se encuentra el impresionante Parco Sempione un parque de unas 47 hectáreas que ocupa una parte de lo que fue el jardín de los Visconti, ampliado posteriormente por los Sforza para convertirlo en coto de caza.

Parco Sempione, al fondo Arco della Pace
Al fondo puede verse el Arco della Pace, un monumento neoclásico que sirvió para conmemorar las victorias de Napoleón.

Pinacoteca Brera
Como veis el primer día nos decantamos por las visitas imprescindibles, y algo que creo que no hay que perderse es la Pinacoteca Brera, con cuadros de los siglos XVI y XVII. Entre ellos hay maravillas como El beso de Francesco Hayez, el Cristo yacente de MantegnaCuarto Estado de Giuseppe Pelizza da Volpedo, obras de Modigliani, Tintoretto, Piero della Francesca, Rafael, Lorenzo Lotto, Caravaggio...

Escultura de Marino Marini en la Pinacoteca Brera

Algo que me ha encantado es que en la ciudad hay numerosas esculturas de Marino Marini, un escultor que descubrí en el centro Conde Duque y del que os hablé aquí, quien empartió clases desde 1940 en la Academia de Brera.

Caballo de Aligi Sassu en Via Brera

De repente te encuentras en plena calle con preciosidades como esta escultura en Via Brera del pintor, escultor y ceramista milanés Aligi Sassu.
En Via Brera

O una cara diabólica en una puerta, digna de la portada de un libro de terror
Estatua de Alessandro Manzoni, al fondo San Fedele
Sabéis que de todos mis viajes me gusta traerme autores nuevos, en este caso no es tan nuevo, porque el libro ya lo tenía en casa, pero voy a leerlo a raíz de este viaje. Se trata de Los Novios de Alessandro Manzoni. En la Piazza San Fedele se encuentra la escultura en su honor, ya que falleció tras caerse por las escaleras de la iglesia de San Fedele al salir de misa. Todo Milán nos recuerda a este escritor nacido en la ciudad en 1785. Los novios es una novela histórica situada en la zona de Lombardía en el siglo XVII, no solo habla de Milán sino también del lago Como.

S. Babila

Este primer día fue bastante intenso, teniendo en cuenta que acabábamos de llegar, el cansancio del avión, etc... Mi intención no es daros una guía exhaustiva del viaje, ya que para eso hay muchísimas guías o blogs de viajes que lo hacen mucho mejor que yo. Mi intención es compartir las fotografías que he tomado durante estos días, que espero que os gusten, y compartir mis impresiones sobre la ciudad. Si queréis verlas con mejor resolución, podéis ver una selección en mi página de Flickr. La semana que viene os contaré qué tal fue el segundo día que pasamos en el lago Como, para mí, uno de los lugares más hermosos e increíbles en los que he estado nunca.