viernes, 19 de febrero de 2010

Fuente en llamas de Ko Un

El poeta y novelista coreano Ko Un es un completo desconocido en nuestro país para el gran público, a pesar de haber sido nominado ya dos veces a los Premios Nobel, y haber recibido diversos galardones en todo el mundo. Para paliar este desconocimiento, nada mejor que empezar con una antología de sus más destacados poemas. Fuente en llamas recoge la producción poética de Ko Un desde 1960 hasta 1986. Y es necesario acercarse a este poeta a través de una antología, porque su obra, además de muy extensa, es de una variedad sin límites, fruto de su vida intensa y apasionante, que merecería por sí sola una novela.

Hay un tiempo en que la historia no es padres sino hijos.
Yo arrullo el presente, como si fuera mi niñito,
con la marea baja de olas que se retiran distantes;
pero eso no es todo, en un tiempo llegará
el arrepentimiento de todo corazón por lo que es este mundo.
Un arrepentimiento que no es golpear la tierra

y lamentar todos los errores del pasado,
sino, quizá, tratar de conseguir,

al fin, lo que no se hizo antes.


Ko Un fue un niño precoz que con ocho años ya conocía los textos clásicos chinos. Con 9 años fue castigado severamente por haber tenido la arrogancia de decir en el colegio que de mayor quería ser el emperador de Japón. A los 12 años encontró en el camino de la escuela a su casa un libro de poemas de Han Ha-Un, un poeta leproso que le decidió a comenzar a escribir poemas. Al estallar la guerra de Corea fue forzado a alistarse, esa experiencia le llevaría a varios intentos de suicidio. Antes de terminar la guerra, entró a formar parte de una orden budista con los que permanecería 10 años recorriendo el país y pidiendo limosna. Tras dejar la orden, y leer El Don apacible de Mikhail Sholokhov, quedó tan impresionado por esta novela rusa que quemó todos sus manuscritos. Después de este ataque de frustración vivió en la isla de Cheju dirigiendo una pequeña escuela sin recibir ningún sueldo por su trabajo. Al volver a Seúl se sumió en el alcoholismo, traducido en nuevos intentos de suicidio, es en esa época cuando comienza su periodo de lucha activa por los derechos sociales de su país, por lo que fue encarcelado varias veces. Finalmente, a los 50 años parece encontrar algo de paz, se casa por primera vez y tiene a su única hija.

Si te acercas quedamente,
verás que hay asientos de honor y otros lugares,

bajo el gran árbol,

de modo que se atiende y respeta a los mayores.
No es una escena anticuada de cortesía de mierda,

es de una belleza insospechada.

Un mundo bello, ¡ciertamente!


La biografía de Ko Un es necesaria para adentrarse en su obra poética, pues todos y cada uno de los momentos de la misma se ven reflejados en sus poemas, que en ocasiones son densos y combativos, y otros apacibles y breves, como un haiku. En todos ellos, sin embargo, encontramos verdades que trascienden el mundo de Oriente y que pueden servirnos a nosotros también, aquí en Occidente, donde muchas veces perdemos el sentido de lo que es importante y lo que no.

Un niño corre por el cruce del callejón
y se cae.

Y luego corre otra vez

después de levantarse.
Un viejo ciego que vive en Songmal,

más allá de la montaña,
acaba de morir y revivió.

5 comentarios:

  1. ¡Ciertamente¡ Francamente bello el post y los poemas. Y donde todo esta bien escrito ¿Qué puedo decir yo?

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  2. Has llegado al fondo del alma del poeta, creo que has reflejado a la perfección su obra.

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  3. Gracias Joy y Nico, Ko Un es un gran desconocido y un grandísimo poeta, si en algo he contribuido a darle a conocer ya me doy por satisfecha.

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  4. Yo no conocía a este poeta Carol, ni pensaba que existieran poemas tan bonitos y profundos. Me he quedado sorprendida. Por cierto Carol un post muy muy currado (como la mayoría) y te lo digo de verdad. Un besito muy grande.

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  5. Gracias Chari, si puedes hazte con una antología de Ko Un porque creo que te va a encantar. Bsos!

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