viernes, 24 de abril de 2009
El viaje del elefante de Saramago
La última novela de José Saramago, El viaje del elefante, no parece a veces una novela de Saramago. Si la comparamos con otras obras suyas, encontramos elementos comunes, como el gusto por la recreación en el lenguaje, el juego con las significaciones y las palabras, o la trascendencia de la más mínima acción o pensamiento. Sin embargo, El viaje del elefante es diferente a todas las demás. Casi me atrevería a decir, que, sin ser la mejor obra del portugués -para mi gusto las más logradas son Ensayo sobre la ceguera y Ensayo sobre la lucidez-, sería la más recomendable para los que todavía no se han adentrado en el maravilloso mundo que nos propone el autor en sus relatos. Esta novela, a diferencia de las demás, no se sustenta en supuestos más o menos imposibles -que todo el mundo pierda la visión, que se vote mayoritariamente en blanco, que la Península Ibérica se desgaje de Europa...-, sino que recrea un hecho anecdótico pero real, que casi parece una fabulación más por lo increíble que es. Saramago fue a dar unas conferencias a Austria, y allí le llevaron a cenar a un restaurante llamado El elefante, cuál no sería su sorpresa cuando le contaron que en el siglo XVI el rey Juan III de Portugal le ofreció a su primo, el archiduque Maximiliano de Austria, un elefante. La novela cuenta el viaje de este pobre elefante hindú -Salomón o Solimán- y su cornaca -a veces Subhro, a veces Fritz- a través de toda Europa hasta llegar a Austria. Saramago imagina, fabula, recrea un viaje épico, en el que no falta el característico humor cínico y acusador del portugués, pero también la compasión con las debilidades y miserias humanas. Es un libro divertido, apasionante, brillante. Saramago nos demuestra una vez más, que a pesar de sus 87 años continúa en plena forma.
jueves, 23 de abril de 2009
Ariel Rot nunca defrauda
He perdido ya la cuenta de los conciertos de Ariel Rot a los que he ido, son muchos, la verdad, pero hay un denominador común: siempre lo paso genial y salgo con la sensación de haber visto un muy buen espectáculo. Ariel es buen compositor, letrista, guitarrista y cantante, además es muy agradable y atento con el público, nos deleitó con dos horas de grandes éxitos tanto de su carrera en solitario como de su etapa con Los Rodríguez, y no perdió la sonrisa ni un momento. Algo que es de agradecer en los tiempos que corren, donde algunos grupos parece que te están haciendo un favor por tocar para ti después de vaciarte los bolsillos. Con el músico argentino no es así. La sala Clamores estaba bastante llena aunque no hasta los topes, así que fue todo un placer poder escucharle de cerca y ver que el tiempo no pasa por él. Si hay algo en lo que destaca es en sus directos, las canciones de sus discos ganan en intensidad y fuerza, además de que Rot es un comunicador nato a través de su guitarra y sus letras, y de que a estas alturas sabe conectar con el público como nadie. Para quien no pudiera verle, recomiendo que no os perdáis la próxima cita en Madrid con el argentino: el 4 de junio en la Joy Eslava. Yo por mi parte, es muy posible que repita.
lunes, 20 de abril de 2009
Déjame entrar
Déjame entrar es un film dirigido por el sueco Tomas Alfredson, basado en la novela de John Ajvide Lindqvist. En él se da una nueva vuelta de tuerca al tema de los vampiros, de una manera totalmente inesperada. Se trata de una película muy innovadora, en la que lo importante no es la sangre o la violencia, sino los personajes, sus sentimientos, su vida, su soledad. En ella se mezclan géneros sin que resulte artificial, así como temas como la soledad, la incomunicación, el acoso escolar, o las familias desestructuradas. El primer amor nace entre dos niños, sin importar que uno de ellos -la niña-, sea en realidad un vampiro. Al final, tan sólo queda lo mismo que en cualquier relación humana, una desesperada necesidad de cariño, comprensión y protección. Por fin, cine de terror de calidad.
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lunes, 13 de abril de 2009
Control, mucho más que la historia de Joy Division
Hay pocos grupos tan absolutamente grandiosos como Joy Division. Sin ellos no habrían sido posibles Nick Cave, Interpol, Editors, The Cure, Sisters of Mercy, y muchísimos otros grupos que de manera directa o indirecta han bebido del genio de Ian Curtis. Ahora podemos conocer un poco más a este músico maldito a través de la película Control del fotógrafo y realizador de videos y filmes musicales Anton Corbijn, basado en la novela de su viuda, Deborah Curtis Touching from a distance: Ian Curtis and Joy Division.
La película es absolutamente genial, no cae en una mitificación absoluta del artista, y lo muestra tal y como era, un ser humano con sus debilidades y sus miedos. El film explora los sentimientos de Curtis, y aunque hay presencia musical, se centra en su vida personal. Un gran acierto es colocar canciones en momentos clave de su vida, comprendiendo así cómo y por qué se crearon. Destaca además la maravillosa fotografía- se nota que el director es fotófrafo-, una estética muy cuidada, y una recreación absolutamente realista. Quizá haya que ser fan de Joy Division para apreciar esta película, no lo sé, a mi me ha parecido absolutamente genial, pero es que Joy Division, y especialmente Ian Curtis, eran absolutamene geniales.
(Como siempre, no puedo esperar el momento de hacerme con el libro)
La Gomorra de Roberto Saviano
Ya hablé aquí en su momento de la extraordinaria película Gomorra, lo mucho que me gustó, y lo buenísima que me pareció. Bueno, pues por fin he terminado de leer la novela de Roberto Saviano, y no es que me haya costado porque sea aburrida, ni mucho menos. Es una novela de una calidad igual o incluso superior a la película, eso sí, que nadie espere una novelita al uso, es un libro complicado de leer, con muchos datos y nombres, por lo que requiere una lectura pausada y meditada, esto es, necesita su tiempo. Aparte de eso, el ritmo es trepidante, no deja ni un momento de descanso, las cifras, los datos, los nombres... pueden quedar en un segundo plano, ante la implacable realidad de la mafia napolitana que golpea en la cara del lector. Los hechos son terríbles y están ahí, Saviano se presenta como un espejo, un espectador que recoge lo que ve sin implicarse, pero nos implica a nosotros. ¿Cómo permitir que cientos de muertes se produzcan cada año en el corazón de Europa? Saviano nos lanza esa pregunta, la escupe, y no nos queda más remedio que aceptar su desprecio. Nadie hace nada, todo el mundo silencia algo que debería ser sabido por todos. Leer este libro es más que un instante de ocio, una necesidad, una obligación moral, para llegar a las entrañas podridas de una sociedad capitalista que solo se preocupa ya de sus beneficios, sin importar el precio, en muchas ocasiones humano, que haya que pagar por ello. Hay que destacar la excelente labor que se ha llevado a cabo a la hora de adaptar el libro al cine, una labor muy complicada, ya que las situaciones del libro son muchas, abundan los personajes, y no se sigue una continuidad, que la película sí que necesitaba, y que se ha logrado con una facilidad pasmosa.
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lunes, 6 de abril de 2009
Franz Ferdinand nos estafaron
Después de unos días de locura tras mudarme de casa, vuelvo al blog con una decepción: el concierto de Franz Ferdinand del pasado viernes. Es cierto, lo pasé muy bien, bailé, canté, salté... para eso son los mejores, el público estaba exaltado, lleno total en el Palacio de Deportes, pero es que la música no es solo eso. Lo sé, no son Led Zeppelin, no son Pink Floyd, ni siquiera son Muse, acercándonos más a la música actual, pero ellos se comportaban como si lo fueran. Una hora, eso es lo único que se dignaron a darnos a cambio de 40 eurazos. Sí, tocaron todos sus grandes éxitos, pero se largaron casi como si fuesen ellos quienes nos hiciesen un favor. Por no hablar de la horrible voz de Alex Kapranos. Ya le había visto anteriormente en directo, pero creía que con la experiencia y tras darse tantos aires de grandeza habría mejorado un poco. Pues no, sigue desafinando que da gusto, y se marca unos gallos de impresión. Eso es lo que tiene meterse al estudio a grabar y que todo, absolutamente todo lo que cantas, esté pasado por el filtro de los efectos. Como disco no tengo queja, creo que Franz Ferdinand ha vuelto a regalarnos con Tonight un disco divertido y bailable, sin pretensiones pero perfecto para pasar un buen rato. Pero el directo, eso es otra cosa. Mejor ahorrarse el dinero y el disgusto y correr a comprarse un buen disco de los 70, eso sí que era buena música, en el estudio y fuera de él.
(No puedo evitar recordar con tristeza como un grupazo de la altura de Ten Years After actuó en la pequeña sala Caracol ante un puñado de seguidores, con un sonido y virtuosismo que quitaban la respiración, y que sin embargo, FF llenen el Palacio de Deportes con su estafa de actuación. Como digo siempre, y no me canso de repetir, ha habido un antes y un después de la actuación de Ten Years After. Ya no me engañan, ahora no me conformo con cualquier cosa)
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