miércoles, 26 de diciembre de 2012

Mis mejores lecturas de 2012

Henri Cartier-Bresson. Brasserie Lipp, París (1969)

Un año más que llega a su fin, y con él, el momento de balance del mismo. En lo personal este ha sido uno de mis mejores años, aunque se me está haciendo un poco largo esperando a una personita, Emma,  que me hará madre por primera vez a finales de Enero y seguro conseguirá que el próximo año sea aún mejor. Culturalmente, aunque la crisis se haya notado, lo poco que ha habido ha sido bueno y lo he disfrutado muchísimo: en cuanto a conciertos he podido ver, entre otros, a Black Keys, Maximo Park, Arctic Monkeys, Fanfarlo o Miles Kane

André Kertész. Fuente Medici, París (1948)

De exposiciones hace mucho que no os hablo en el blog donde me estoy centrando cada vez más en la literatura, más que nada por falta de tiempo y pereza, pero he visto algunas muestras muy interesantes que no puedo dejar de recomendar y que aún estáis a tiempo de ver. En el Centro de Arte Canal hasta el 5 de mayo puede verse Pompeya. Catástrofe bajo el Vesubio una muestra eminentemente divulgativa donde pueden verse piezas realmente interesantes extraídas de las ruinas de Pompeya. Para complementar esta exposición os recomiendo el libro Los últimos días de Pompeya del escritor romántico inglés del siglo XIX Edward Bulwer Lytton, quien noveló la tragedia. Muestras fotográficas hay unas cuantas muy interesantes: en la Fundación Canal podéis ver hasta el 5 de enero Mitografías. Mitos en la intimidad, donde se retrata a diez personajes que han marcado la historia de la humanidad, cada uno en su ámbito, como Marie Curie, Albert Einstein o Ernest Hemingway; aún podéis acercaros a ver la muestra fotográfica de Imogen Cunningham de la que os hablé aquí, es en la Fundación Mapfre Vida. Sala Azca y hasta el 20 de enero; y más fotografías en la Sala Canal de Isabel II hasta el 13 de enero con la muestra Los años de la Dolce Vita que podéis recordar aquí. En la sala que Mapfre tiene en Recoletos puede verse hasta el 6 de enero una colección excepcional de pinturas y esculturas de talentos de la altura de Brancusi, Picasso, Lempicka, Modigliani, Matisse, Bacon Magritte, reunidos bajo el título Retratos. Obras Maestras. Centre Pompidou. Esta muestra junto a la que puede verse en el Museo Thyssen, Gauguin y el viaje a lo exótico, que puede verse hasta el 6 de enero quizá sean las más interesantes que puedan verse ahora mismo en Madrid. De todas ellas, si tuviera que elegir solo una, me decantaría sin dudarlo por la de Gauguin, una oportunidad única de ver obras de este genio de la pintura pertenecientes a museos y salas de todo el mundo.

    Chicas del coro leyendo (1930)

En cuanto a lecturas, un año más ha habido de todo, mejores y peores, aunque en general no me puedo quejar, han sido mayores los aciertos que las decepciones, aunque muchas veces gracias a volver a autores que descubrí el año pasado y que me habían entusiasmado como Houellebecq o Modiano del que no he podido evitar meter dos de sus novelas en esta lista y que se está convirtiendo en uno de mis autores favoritos. Mi gran descubrimiento este año ha sido el excepcional Don DeLillo, me ha gustado tanto que aún no me he atrevido a repetir con otra de sus novelas no vaya a ser que me decepcione. Como siempre, esta lista es totalmente subjetiva, recoge mi gusto personal, ya que son los libros que he leído en 2012 que más me han gustado a mí, seguro que vosotros tenéis los vuestros y me encantará que los compartáis conmigo.


En cuanto a poesía han sido pocos los autores a los que me he acercado en esta ocasión, aunque creo que muy bien escogidos. Mi gran descubrimiento del año ha sido la poesía de W.B. Yeats tras el viaje que hice en las Navidades de 2011 a Irlanda, un autor imprescindible que os animo a conocer. Otro autor al que me he acercado por primera vez es el británico Dylan Thomas muy interesante también y lleno de claroscuros. Unos viejos conocidos y a los que habéis visto ya varias veces por el blog son los escritores de la generación beat: Kerouac, Ginsberg, Welch, Snyder o Kyger, entre otros. Esta vez ha sido a través de su vertiente poética y su acercamiento a oriente gracias a la magnífica aunque breve antología No pasa nada. Los poetas beat y oriente.

Fred Stein. Niños leyendo el periódico, París (1936)

Con este breve resumen de lo que ha sido lo mejor del año para mí, repito de nuevo deseos para 2013, en especial salir ya de la maldita crisis y que no nos quiten ni la sanidad, ni la educación, ni la cultura gratuitas y para todos, ya que son derechos fundamentales a los que todos tenemos derecho y que no pueden recortarse ni privatizarse bajo ningún concepto. Os deseo un año lleno de más y mejor cultura, lleno de felicidad y optimismo y en el que consigáis todas nuestras metas y sueños. 

¡Feliz Año!

jueves, 20 de diciembre de 2012

'We Wishlist a Merry Xmas': mi lista de deseos Fnac



Aunque es el tercer año consecutivo que participo sin que me haya tocado, la esperanza es lo último que se pierde, así que un año más me apunto a la iniciativa de Fnac We Wishlist a Merry Xmas, un concurso en el que los blogueros podemos ganar un vale de 2013 euros para gastar en Fnac. Suculento ¿verdad? Si queréis participar tan solo tenéis que publicar en vuestro blog una lista de aquellos productos de Fnac que queráis para Navidad, os dejo aquí las bases completas para que les echéis un vistazo. Este año mi lista es bastante ambiciosa y casi alcanzo la cifra que nos proponen (llego hasta los 2000,61 euros), pero soñar es gratis, así que estos son algunos de los caprichillos que me gustaría darme estas Navidades si me toca el premio:



















Manfrotto MK393-H Trípode+Rotula (91,71 euros)





Sony Reader PRS-T2 Wi-Fi Negro (143,10 euros)





Pack Sherlock (Temporadas 1 y 2) (31,99 euros)





Rolling Stones Grrr! (Edición Box Set Superdeluxe) (124,99 euros)




Estuche Jane Austen , Incluye: La abadía de Northanger - Persuasión - Mansfield Park - Juicio y Sentimiento - Sanditon (94,91 euros)




Cuentos de hadas clásicos anotados (33,16 euros)





Estuche La historia de Genji. 2 Vol (84 euros)


¡Feliz Navidad!

lunes, 10 de diciembre de 2012

'Barrio Perdido' de Patrick Modiano

modiano

Título: Barrio Perdido (Quartier Perdu)
Autor: Patrick Modiano
Traducción: Adoración Elvira Rodríguez
Editorial: Cabaret Voltaire (septiembre 2012)
Año de publicación: 1984
Páginas: 224
Precio:  17,95 euros
Tras la verja, el viento acariciaba las hojas de los castaños, los pisos superiores de la place de l'Alma y la cúspide de la Tour Eiffel, en la otra orilla del Sena. Por aquel entonces, París era una ciudad que se ajustaba a los latidos de mi corazón. Mi vida solo podía inscribirse entre sus calles. Me bastaba con pasearme por París, solo y sin rumbo, para ser feliz.
Cuando llevas varias lecturas seguidas que no acaban de convencerte, nada mejor que volver a los autores que ya conoces y que sabes que nunca fallan. Para mí, uno de ellos es Patrick Modiano, al que la palabra evocador le va como anillo al dedo para describir sus libros. Barrio Perdido nos sumerge de nuevo en las calles de París, esta vez en un verano caluroso, donde las calles permanecerían desiertas si no fuera por la constante y apabullante presencia de turistas. Ambrose Guise, autor británico de novelas policíacas, vuelve a París tras veinte años de ausencia. La ciudad va desvelando su pasado, recupera su memoria y su verdadera identidad: el francés Jean Dekker que huyó en su momento tras un crimen que no pudo resolverse. La memoria, la nostalgia de un pasado irrecuperable, el paso del tiempo y la reconstrucción de la propia identidad, vuelven a ser las claves de una novela corta pero muy intensa.

Place Vêndome (1947). Willy Ronis

A medio camino entre la novela negra, aunque decir eso de Modiano es simplificar mucho las cosas, ya que sus novelas encierran mucho más de lo que parece a simple vista, y la novela nostálgica de un pasado perdido que ya no volverá jamás, Barrio Perdido tiene, como la mayoría de las novelas del autor, un protagonista indiscutible, la ciudad de París. Todo el libro se desliza entre las calles y barrios parisinos, nos envuelve, nos seduce, nos traslada hacia esa ciudad y nos enamora de ella. Los recuerdos del protagonista, el pasado y el presente se funden gracias a esos largos paseos que da por las Tuileries, la estación de Orsay, la orilla izquierda del Sena, la place Vendôme, el boulevard des Capucines, la place de la Concorde, los Campos Elíseos, la place de l'Alma, la Tour Eiffel... En el presente, una ciudad abandonada por los propios parisinos en un verano caluroso y asfixiante y lleno de la frivolidad de los turistas que se mueven en manada, pasando por los monumentos y lugares emblemáticos de París sin casi ver nada ni empaparse de la esencia de la ciudad. En el pasado, unos personajes perdidos, decadentes, largas noches de local en local hasta las primeras luces del amanecer, alcohol, mujeres inalcanzables, amores no correspondidos, un pasado idealizado desde el presente que también tenía sus luces y sombras.

Café de la Bidule (1957). Willy Ronis

El protagonista, y nosotros con él, va deshaciendo las tinieblas de su pasado a través de pequeños detalles, una tarjeta roja con el nombre Hayward escrito en letras negras, encuentros al azar, persecuciones nocturnas a un coche conducido por un fantasma del pasado, conversaciones crípticas con amigos a los que no se veía desde hacía años, necrológicas, informes policiales... El estilo, como siempre con Modiano es muy sencillo con frases cortas y abundancia de diálogo, la complejidad del autor, si puede hablarse de ella, se encuentra más bien en el trasfondo de lo que nos cuenta, en esa doble lectura en la que tenemos que ir intuyendo y descubriendo junto al personaje los engranajes de lo sucedido, ese pasado del que huyó en su momento el protagonista, además de esos finales crípticos y abiertos que tenemos que construir nosotros mismos con lo que se nos ha dado hasta el momento.

Los amantes de la Bastilla (1957). Willy Ronis

De nuevo la memoria y París protagonizan una novela de Modiano, mi tercer Modiano tras En el café de la juventud perdida y Calle de las tiendas oscuras. Las tres, novelas que recomiendo encarecidamente. Para mí es un autor que nunca me defrauda, más bien al contrario, con él, el placer de leer es siempre máximo, la historia atrapa y su prosa evocadora y mágica nos mete de lleno en la novela y en el ambiente que el autor quiere recrear. Antes de empezar a leer este libro intuía que se colaría entre mis favoritos del año, ahora lo confirmo, una vez más Modiano me recuerda que leer es más, mucho más, que una historia entretenida o un pasatiempo, es meterse de lleno en el libro, saborearlo con los cinco sentidos, sentir que viajamos con los protagonistas, que leer es, en definitiva, uno de los mayores placeres que podamos sentir en la vida, siempre y cuando elijamos al compañero de viaje adecuado, al libro adecuado.

Cruce Sévres-Babylone (1948). Willy Ronis

Para ilustrar esta entrada he seleccionado algunas imágenes del fotógrafo francés Willy Ronis (París 1910-2009) del que seguro reconoceréis la que es una de sus imágenes más icónicas: Los amantes de la Bastilla. Ronis entró en la fotografía un poco por obligación, ya que su sueño era ser músico, pero al enfermar su padre de cáncer, tuvo que dejar sus clases de violín y hacerse cargo del negocio familiar: un estudio de fotografía en Montmartre. Al morir su padre, cerró el estudio y se unió a la agencia Rapho junto a Brassaï o Robert Doisneau. Ronis fue el primer fotógrafo francés que trabajó para la revista Life y participó junto a Doisneau en el Grupo fotográfico Les XV. Sus imágenes han sido expuestas en el MOMA y ha sido galardonado con la medalla de oro en la Bienal de Venecia y con el Gran Premio de las Artes y las Letras en Fotografía por el Ministerio de Cultura francés. Ronis vivió y trabajó toda su vida en París donde falleció en 2009 a los 99 años de edad.

martes, 4 de diciembre de 2012

'La canción de los maoríes' de Sarah Lark

La cancin de los maores

Título: La canción de los maoríes (Das Lied der Maori)
Autor: Sarah Lark
Traducción: Susana Andrés
Editorial: Ediciones B (febrero 2012)
Año de publicación: 2008
Páginas: 703
Precio:  21,50 euros


Reconozco que si no hubiera necesitado este libro para completar el reto Meribélgica de este año (que a estas alturas aún no sé si seré capaz de terminar, me está pareciendo complicadísimo), no lo hubiese leído. Y eso que la primera parte, En el país de la nube blanca del que podéis leer aquí la reseña que hice en su momento, me gustó bastante. Y es que nunca me he fiado mucho de los libros que se alargan en segundas y terceras partes, hay veces en que sí, está totalmente justificado, pero me da la sensación de que en la mayoría de los casos, se debe más a un afán comercial por estirar el éxito conseguido con el primer volumen que porque realmente sea necesario. Esa sensación me ha dado con esta saga familiar, y eso que cuenta con un aliciente bastante importante, y es que no se limita a continuar con las protagonistas del anterior libro, sino que son las nietas de estas quienes protagonizan La canción de los maoríes.

Greymouth, Nueva Zelanda

El libro vuelve a trasladarnos a Nueva Zelanda, a finales del siglo XIX, y a sus impresionantes paisajes, una tierra todavía nueva a la que llegan continuamente nuevos inmigrantes en busca de una vida mejor como ganaderos, mineros, buscadores de oro, cazadores de ballenas, etc... Las protagonistas son en este caso Elaine y Kura, dos adolescentes muy diferentes entre sí, la primera amante de los animales, sueña con poder dirigir algún día una granja de ovejas al igual que su abuela Gwyneira; su prima Kura, mitad maorí, quiere dejar atrás el país y marcharse a Europa donde triunfar en los escenarios como cantante. No quiero contar más porque la gracia de este tipo de libros es ir descubriendo la historia por nosotros mismos. Lo que sí que os adelanto es que los sueños de ambas no serán tan fáciles de conseguir y que les sucederán multitud de aventuras, así como historias de amor, quizá demasiadas y mucho más abundantes que en el primer libro.

Mina Brunner, en la que se inspira la autora para su novela

Tal y como comenta la propia autora al final del libro, Nueva Zelanda fue descubierta en 1641 y los primeros colonos no llegaron a ella hasta 1790, aunque la verdadera colonización no se llevó a cabo hasta 1830. Nos encontramos entonces ante un país extremadamente joven, algo a lo que quizá haya que agradecer esos preciosos paisajes vírgenes y que explica el espíritu aventurero de los personajes. Los maoríes, el pueblo nativo, es uno de los atractivos de la novela, aunque para dar título a la misma, y ser una de las protagonistas mitad maorí, se queda corta su presencia. Apenas algunos apuntes sobre su forma de vida y en especial de su música que, la verdad, dejan con ganas de saber más sobre este pueblo. Uno de los grandes atractivos de la novela es el de conocer la vida en un pueblo minero, cómo se empleaban medios obsoletos y no se cuidaba en absoluto la prevención de accidentes o la salubridad de las familias que vivían hacinadas alrededor de las minas, por culpa de la codicia de los dueños de las mismas, que se negaban a modernizar sus instalaciones y métodos de extracción. 

Queenstown, Nueva Zelanda

La novela es entretenida, aunque me ha gustado menos que la primera parte. Si en aquella las protagonistas conseguían que empatizáramos con ellas desde el primer momento, no sucede lo mismo con las protagonistas de esta que pasan un poco sin pena ni gloria, son personajes mucho más estereotipados y no consiguen que nos interesemos realmente por ellas. Además, en La canción de los maoríes se abusa de la trama romántica llegando a ser un poco pesada, por no hablar de que se repiten algunas situaciones y personajes que ya se vivieron en la primera novela. De este modo, tengo claro que se trata de uno de esos libros con los que se ha querido alargar el éxito editorial de la primera parte, sin que fuera necesario continuar con la historia, ya que estas descendientes de las protagonistas de la primera novela (sus nietas) aportan ya poco y sus aventuras se hacen un poco repetitivas. Es por eso que el libro me ha durado más de lo que me suelen durar, es entretenido, se lee muy fácilmente, pero me faltaban ganas a la hora de ponerme a leerlo, me sonaba ya todo a historia ya leída. La tercera y última parte de esta saga familiar, El grito de la tierra, ya está a la venta, con nuevas protagonistas, Lilian y Gloria, y ambientada entre Nueva Zelanda y Gran Bretaña. Llegados a este punto, me imagino que en cuanto la tengan en mi biblioteca la leeré, más que nada por completar la trilogía.

Westport, Nueva Zelanda

Como ya van tres libros seguidos que no me dicen nada y que incluso me quitan las ganas de leer, me he tirado a lo seguro, a mi querido Patrick Modiano que no me ha decepcionado hasta el momento, y he de decir que la novela que estoy leyendo ahora Barrio Perdido, de la que tan solo llevo unas páginas me está encantando: París, memoria, identidad, nostalgia, recuerdos... todos esos ingredientes que hacen tan atractivos sus libros y que nos permiten soñar. Por fin un libro que me recuerda lo placentero que es leer, ya os contaré...