Título: La hija del optimista (The Optimist's Daughter)
Autor: Eudora Welty
Traducción: José C. Vales
Traducción: José C. Vales
Editorial: Impedimenta (2009)
Año de publicación: 1972
Páginas: 232
Precio: 19 euros
Laurel McKelva es una mujer de mediana edad que acude desde Chicago, donde trabaja, a Nueva Orleans para estar junto a su padre al que van a operar de la vista. Mientras de fondo se celebra el famoso carnaval de la ciudad (conocido como Mardi Gras), el padre de Laurel, el juez McKelva, no sobrevive a su estancia en el hospital. Laurel tendrá que lidiar con su orfandad, ahora total, ya que su madre murió hace años; con su viudedad, ya que su marido murió siendo muy jóvenes ambos, mientras este luchaba en la II Guerra Mundial; y lo peor de todo, con la segunda mujer de su padre, Fay, una mujer más joven que ella, déspota y egoísta. Ambas acompañarán al cadáver del juez al hogar familiar en Mount Salus, Mississippi. Allí, junto a los amigos de toda la vida, en la casa familiar, y mientras se desarrolla el velatorio, los recuerdos del pasado irán despertando en Laurel, recordando no sólo a su padre, sino también a su madre Becky y a su joven marido Phil, todos ellos muertos, pero muy vivos aún en su recuerdo.
Eudora Welty comenzó esta historia como un relato corto que fue creciendo hasta llegar a ser una novela que se ha convertido con el tiempo en todo un clásico y que obtuvo en 1973 el Premio Pulitzer. Aunque pueda parecer una novela triste por el tema que trata y porque la muerte es una presencia constante, más bien destila una melancolía dulce, esa que se siente cuando recordamos a aquellos que amamos y que ya no están en pequeños detalles, como las manos fuertes que podían arreglar cualquier cosa de su marido Phil, o la melancolía que su madre sentía por su hogar en Virginia Occidental al que se refería siempre como "allá arriba, en casa" o la timidez de su padre, ahora cubierta de valentía por las historias llenas de fanfarronerías de sus amigos. La novela nos muestra el particular universo sureño con sus personajes parlanchines y bromistas, algo que predomina en un velatorio en el que las conversaciones ágiles con réplicas y contra réplicas se suceden, con divertidas anécdotas del juez de aquellos que le conocieron y quisieron. Pero también, y aquí quizá resida la grandeza de todo clásico, es absolutamente universal al tratar los sentimientos de quien ha perdido a un ser querido, la aparición de fantasmas y recuerdos por una simple tabla de cortar pan que Phil construyó para la madre de Laurel, las cartas que sus padres se escribieron durante toda su vida, las habitaciones en la que vivió de niña, todo cobra vida y hace que Laurel reconstruya ante nuestros ojos esas relaciones y a esas personas que ya solo viven en su memoria.
Eudora Welty comenzó su carrera como fotógrafa, cuando trabajaba para la Works Progress Administration, retratando el estado de Mississippi durante la Gran Depresión, recorriendo cada pueblo y tomando fotografías de sus gentes, algo que sin duda le serviría como material para sus posteriores novelas. No he podido desaprovechar la oportunidad de utilizar las fotografías que tomó Welty para ilustrar esta entrada, todas ellas de una gran belleza y respeto hacia aquellos a quienes enfocaba con su cámara y que nos permiten hacernos una idea muy precisa de los personajes y el ambiente sureños que se respiran en su novela.
El misterio, pensó Laurel, no radica en lo poco que conocemos a quienes nos rodean, sino quizás en lo mucho que los conocemos realmente.
Está claro que el Sur de EEUU tiene algo. Algo que lo hace diferente y especial al resto del país, algo que se desliza en la prosa de sus principales escritores. A la sureña Eudora Welty se la ubica junto a una serie de escritores sureños como William Faulkner, Truman Capote, Carson McCullers o Tenessee Williams, y he de decir que, de todos ellos, a quien más me ha recordado es a éste último. No podía dejar de pensar en esos personajes peculiares, atrapados en atmósferas opresivas, en situaciones que en ocasiones rayan el surrealismo. Eudora Welty, por otra parte, tiene una poderosa voz muy personal y retrata "su Sur" a su manera, como ella lo recuerda, porque de hecho, este libro trata esencialmente de los recuerdos, de los que han dejado los que ya no están, de los que flotan en las casas y los objetos, pero principalmente, en quien los porta, en quienes sobreviven a sus muertos y recuerdan...
"Ahora, el pasado ya no puede ayudarme ni hacerme daño, no más que mi padre en su ataúd. El pasado es como él, insensible, y jamás podrá despertar. Es el recuerdo lo que actúa como un sonámbulo. Regresará con sus heridas abiertas desde cualquier rincón del mundo, como Phil, llamándonos por nuestros nombres y exigiéndonos esas lágrimas a las que tienen derecho. El recuerdo no será nunca insensible. Al recuerdo sí se le pueden infringir heridas, una y otra vez. En ello puede residir su victoria final. pero del mismo modo que el recuerdo es vulnerable en el presente, también vive en nosotros, y mientras vive, y mientras tengamos fuerzas, podremos honrarlo y darle el trato que merece."
On the bag (Eudora Welty) |
Laurel McKelva es una mujer de mediana edad que acude desde Chicago, donde trabaja, a Nueva Orleans para estar junto a su padre al que van a operar de la vista. Mientras de fondo se celebra el famoso carnaval de la ciudad (conocido como Mardi Gras), el padre de Laurel, el juez McKelva, no sobrevive a su estancia en el hospital. Laurel tendrá que lidiar con su orfandad, ahora total, ya que su madre murió hace años; con su viudedad, ya que su marido murió siendo muy jóvenes ambos, mientras este luchaba en la II Guerra Mundial; y lo peor de todo, con la segunda mujer de su padre, Fay, una mujer más joven que ella, déspota y egoísta. Ambas acompañarán al cadáver del juez al hogar familiar en Mount Salus, Mississippi. Allí, junto a los amigos de toda la vida, en la casa familiar, y mientras se desarrolla el velatorio, los recuerdos del pasado irán despertando en Laurel, recordando no sólo a su padre, sino también a su madre Becky y a su joven marido Phil, todos ellos muertos, pero muy vivos aún en su recuerdo.
Sunday Morning (Eudora Welty) |
Eudora Welty comenzó esta historia como un relato corto que fue creciendo hasta llegar a ser una novela que se ha convertido con el tiempo en todo un clásico y que obtuvo en 1973 el Premio Pulitzer. Aunque pueda parecer una novela triste por el tema que trata y porque la muerte es una presencia constante, más bien destila una melancolía dulce, esa que se siente cuando recordamos a aquellos que amamos y que ya no están en pequeños detalles, como las manos fuertes que podían arreglar cualquier cosa de su marido Phil, o la melancolía que su madre sentía por su hogar en Virginia Occidental al que se refería siempre como "allá arriba, en casa" o la timidez de su padre, ahora cubierta de valentía por las historias llenas de fanfarronerías de sus amigos. La novela nos muestra el particular universo sureño con sus personajes parlanchines y bromistas, algo que predomina en un velatorio en el que las conversaciones ágiles con réplicas y contra réplicas se suceden, con divertidas anécdotas del juez de aquellos que le conocieron y quisieron. Pero también, y aquí quizá resida la grandeza de todo clásico, es absolutamente universal al tratar los sentimientos de quien ha perdido a un ser querido, la aparición de fantasmas y recuerdos por una simple tabla de cortar pan que Phil construyó para la madre de Laurel, las cartas que sus padres se escribieron durante toda su vida, las habitaciones en la que vivió de niña, todo cobra vida y hace que Laurel reconstruya ante nuestros ojos esas relaciones y a esas personas que ya solo viven en su memoria.
Home by dark (Eudora Welty) |
Esta es la primera novela que leo de Eudora Welty y, aunque en un principio no encontré en ella lo que pensaba que iba a encontrar, me ha sorprendido agradablemente. La lectura es muy fluida, llena de chispeantes diálogos, personajes originales y una reconstrucción poco a poco de la vida de Laurel y sus allegados. Nos posicionamos desde un principio con Laurel (a pesar de que la historia esté narrada en tercera persona) quien tiene que marcharse de la casa familiar y dejársela a la advenediza Fay, ahora dueña de todo lo que constituyen sus recuerdos. Fay es sin duda el personaje más odioso de la novela: frívola, egoísta y malvada, se muestra totalmente descortés con los amigos que han ido al velatorio de su marido, incluso con su propia familia. La odiamos por lo injusto de la situación, para ella ni la casa ni los objetos que contiene significan absolutamente nada, sin embargo, todo le pertenece, mientras que Laurel tendrá que dejarlos allí, reconciliándose finalmente con la situación, al darse cuenta de que nuestro pasado no reside en los objetos sino en el recuerdo que llevamos dentro de los que amamos.
"Pero es razonable que tengamos que cargar con la culpa de sobrevivir a aquellos que amamos", pensó. Lo único que podemos hacer por ellos es sobrevivir. La idea de morir no es más extraña que la idea de vivir. Pero sobrevivir a alguien es quizás la idea más extraña de todas.
Child on porch (Eudora Welty) |
La novela va creciendo a medida que avanza, las reflexiones y los recuerdos de Laurel son cada vez mayores, y sin duda, la última parte es la mejor de todas, con las pequeñas historias personales de la relación entre sus padres o la breve historia de amor con su marido Phil hasta que este murió en la guerra. En esa sencillez de las pequeñas cosas es en la que radica la belleza de esta novela, en la que no pasan grandes cosas: una muerte y un funeral básicamente, pero en la que nos podemos ver retratados cualquiera de nosotros.
Eudora Welty comenzó su carrera como fotógrafa, cuando trabajaba para la Works Progress Administration, retratando el estado de Mississippi durante la Gran Depresión, recorriendo cada pueblo y tomando fotografías de sus gentes, algo que sin duda le serviría como material para sus posteriores novelas. No he podido desaprovechar la oportunidad de utilizar las fotografías que tomó Welty para ilustrar esta entrada, todas ellas de una gran belleza y respeto hacia aquellos a quienes enfocaba con su cámara y que nos permiten hacernos una idea muy precisa de los personajes y el ambiente sureños que se respiran en su novela.
Eudora Welty |
Eudora Alice Welty nació en Jackson (Mississippi) el 13 de abril de 1909 y falleció con 92 años en el mismo lugar el 23 de julio de 2001. Estudió en el Mississippi State College for Women y asistió a la Universidad de Wisconsin-Madison y a la Columbia Business School en la Universidad de Columbia. A partir de 1950 abandonó la fotografía y se dedicó por completo a la escritura, publicando distintos cuentos.
Casa de Eudora Welty en Jackson (Mississippi) |
Además del Premio Pulitzer por esta novela, fue premiada con la Medalla Presidencial de la Libertad en 1980 y recibió el Real Award for the Short Story por su contribución a los cuentos estadounidenses. Además, donó su casa de Jackson, en la que vivió la mayor parte de su vida y que fue construida por sus padres en 1925, al Mississippi Department of Archives and History. La casa fue declarada Hito Histórico Nacional y está abierta como museo a las visitas al público.
Hola Carol,
ResponderEliminarEste va para la lista de Goodreads ahora mismo. Además, lo tengo en casa. Llevo ya tiempo con ganas de leerlo, a ver si puede ser antes de que acabe el verano, tu reseña me ha dado un empujoncito. Me llama la atención cuando dices que te recuerda sobre todo a Tenessee Williams. No sabía que la autora había empezado su carrera como fotógrafa, creo que las fotógrafías son magníficas.
P.S Esta noche termino país de nieve :)
Un abrazo
Qué bien que lo tengas ya en casa! Creo que te gustará, para mí ha sido todo un descubrimiento esta autora. A ver si coincidimos en eso, pero me venían a la mente todo el rato los personajes y grandes mansiones que aparecen en algunas de las historias de Williams. Un abrazo
EliminarTiene una pinta estupenda con un transfondo social y político muy interesante.
ResponderEliminarMe lo apunto!
¡Muchos besos!
Realmente el trasfondo social y político son mínimos, es más una novela intimista, sobre los sentimientos de la protagonista hacia sus familiares desaparecidos. Bsos
EliminarTomo nota de la recomendación. Tengo pendiente un viaje por el sur de los EE.UU. (espero que como máximo en un par de años) y tanto el libro como las fotografías de Eudora Welty van a la bibliografia correspondiente. Saludos.
ResponderEliminarA mí me encantaría poder pisar EEUU, donde no he estado nunca, el sur debe ser especialmente peculiar e interesante. Me parece que Eudora Welty puede ser una buena manera de ir abriendo boca. Un abrazo
EliminarA menudos sitios raros te subes a leer.
ResponderEliminar;)
ja ja ya ves, me gustan las fotos de libros en árboles, aunque en este caso sea un árbol artificial. Un abrazo
EliminarCarol,
ResponderEliminarLa acabo de coger hoy de la biblioteca. Me encanta lo que cuentas. Me muero de ganas de cogerla.
Un abrazo
Gise
A ver qué te parece, ya comentaremos cuando lo hayas leído, espero que lo disfrutes. Un besote
EliminarPues su huele a Williams, Faulkner, Capote o McCullers lo tengo claro. ¡Tengo que leerlo! Me encanta pasar por aquí porque siempre encuentro descubrimientos. Y este me lo apunto. Las fotos son fabulosas.
ResponderEliminarUn besazo
Son buenas referencias ¿verdad? Yo voy a adentrarme un poco más en la literatura sureña de EEUU que me está gustando lo que estoy encontrando por allí. Me alegra que encuentres cosas que te interesen por aquí. Un besazo
EliminarMuy buena reseña. No conocía este libro pero lo apunto para leer en un futuro, ahora tengo muchos pendientes y no estoy motivada para este tipo de lectura. Las fotos que has elegido son preciosas.
ResponderEliminarBesos
Muchas gracias, yo lo descubrí un poco por casualidad, cuando miraba sin un objetivo fijo en las estanterías de la biblioteca. Bsos
EliminarPues como fotógrafa ya se ve que era buenísima. Si que me parece algo triste, aunque no descarto leerlo más adelante, pero no ahora, sé que no sería su momento. Un besote!
ResponderEliminarSi que lo era, a mí me encantan sus fotografías. es un libro un poco triste, aunque quizá habría que decir que más bien es melancólico. Bsos
EliminarYa le tenía echado el ojito pero ahora viendo la temática que abarca me dejas con más ganas. Y con la entrada tan preciosa que has hecho, con esas estupendas fotos, desde luego es imposible resistirse.
ResponderEliminarBesotes!!!
Muchas gracias! Me alegra que te haya gustado la entrada y que te animes con el libro, a mí ya ves que me ha gustado mucho. Un besote
EliminarMe has convencido. Me lo apunto ahora mismo y puede que José quiera leerlo en una mini-conjunta. ¡Muchas gracias por tan dulce y melancólica aportación! Un abrazo.
ResponderEliminarMe alegra haberte convencido y espero especialmente que te guste, al menos, creo que es una autora a la que hay que conocer. Un abrazo
EliminarMira que me gustan los libros de la editorial, son una monada!!
ResponderEliminarEste no lo conocía, pero pinta bastante bien, es una temática que me suele gustar =)
Besotes
A mí también me encantan los libros de Impedimenta, en cuanto veo uno en la biblioteca me tiro totalmente sobre él. Un besazo
EliminarUf, otro a la lista. Me ha gustado tu reseña y todo lo que lleva el libro.
ResponderEliminarja ja siento ampliar tu lista, es verdad que al final vamos acumulando un montón de libros pero creo que este vale la pena. Un abrazo
EliminarFantástica entrada, como siempre. No conocía a la autora, pero si es tan buen a escribiendo como fotógrafa estará muy bien. Además un premio Pulitzer suele ser un valor seguro. Me la apunto.
ResponderEliminarMuchas gracias, yo he descubierto a Welty con esta novela, y sí, es una magnífica fotógrafa y también escritora. Personalmente hay tres premios en los que creo fielmente y por los que me guío para conocer nuevos autores: el Nobel, el Pulitzer y el Goncourt, y hasta ahora no me han decepcionado nunca. Un abrazo
EliminarNo conocía el libro pero me llama la atención sobre todo por el ambiente sureño, me gusta leer novelas ambientadas en ese escenario, la tendré en cuenta
ResponderEliminarbesos
A mí también me están empezando a gustar bastante las novelas ambientadas en el Sur de EEUU, no sé por qué, pero tienen algo especial. Un besote
EliminarTodos los escritores sureños que mencionas me gustan, unos más y otros menos. A Eudora no la he leído, pero seguro que algo tiene, porque algo pasa en el sur, estoy de acuerdo. Estás dándole fuerte a los libros de Impedimenta, eh? Hoy he buscado yo en la librería el que reseñaste el otro día pero no estaba :( para otra ocasión. Besos.
ResponderEliminarEs verdad, algo pasa en el sur de EEUU que es una cantera impresionante de buenos escritores. Si que le estoy dando a los libros de Impedimenta :D es que me encantan, ya no solo por lo bien editados que están, sino por los autores y títulos poco convencionales que traen, aún no he leído un solo libro de ellos que no me haya encantado. Muchos besos
EliminarExcelente reseña ;) los libros de esta editorial me llaman mucho!
ResponderEliminarMuchas gracias, en eso coincidimos, esta editorial tiene títulos muy interesantes. bsos
EliminarQUe ganas! me encanta capote y seguro que este me gustara!
ResponderEliminarCon Capote es con el que menos semejanzas he encontrado, y eso que me gusta mucho y he leído prácticamente todo lo que publicó. Bsos
EliminarMe apetece mucho este libro de melancolía dulce que dices que tiene. A mí me encantan esos libros sin trama aparente en la que abundan esas pequeñas cosas. Me lo llevo, ya ves.
ResponderEliminar(qué bonitas las fotos, pero la de su casa ... qué maravilla)
Yo creo que te gustará mucho, lo veo de tu estilo de libros. La casa natal la tengo ya apuntadísima en mente por si algún día puedo viajar a EEUU, será una visita que haré seguro. Un besazo
EliminarComo te dije por twitter a éste hace tiempo que le tengo ganas aunque tengo que confesar que de momento no me he estrenado con esta autora. Como curiosidad te diré que ahora estoy leyendo algunos de los cuentos completos de Flannery O'connor y que en la portada aparece esa foto de child on porch que tú enseñas en tu reseña y que no tenía ni idea de que la había hecho Eudora Welty.
ResponderEliminarAnímate, por mi parte ha sido mi primer acercamiento a Eudora Welty y habrá más. Flannery O'connor es otro autor que tengo ganas de conocer, qué casualidad lo de la portada ¿no? Ya ves que Welty además de buena escritora era una gran fotógrafa. Bsos
EliminarMe ha interesado mucho esta reseña, no tenía referencias y la verdad es que tiene buena pinta. Enhorabuena por la entrada.
ResponderEliminarBesos!!
Muchas gracias, me alegra que te haya interesado, yo llegué también a este libro sin referencias y ha sido un gran descubrimiento, espero que te guste si te animas. Un abrazo
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