jueves, 29 de abril de 2010

Una vuelta alrededor del mundo y sus miserias de la mano de Fotopres


Caixaforum nos brinda la posibilidad hasta el el próximo 22 de agosto de darnos una vuelta alrededor del mundo y sus problemas más acuciantes a través de las mirada de los fotógrafos ganadores de la edición 2009 de Fotopres, organizado por la Obra Social La Caixa, así como de jóvenes becados que han podido realizar sus proyectos en distintos lugares del mundo. Además de las impactantes imágenes, se exhibe un vídeo en el que cada uno de los fotógrafos habla de su obra. Especialmente impactante es la obra ganadora, Violencia de género en Pakistán 2008, de Emilio Morenatti. El fotógrafo muestra a varias mujeres que han sufrido ataques con ácido por parte de sus maridos, familiares masculinos, o simplemente hombres a los que rechazaron. En muchas ocasiones es necesario apartar la vista de las imágenes por su gran crudeza, aún así, son fundamentales para comprender el horror en el que viven muchas de ellas. Sin duda, un primer premio más que merecido.
El segundo premio corresponde a Walter Astrada, Violencia postelectoral en Kenia, donde se muestra en toda su crudeza la violencia y el miedo desatado en el país africano. La imagen de un niño abriendo la puerta de la casa y contemplando frente a frente la violencia desatada en su país, y su expresión de terror, son todo un símbolo.El tercer premio recayó en Alfonso Moral con Líbano entre mar y fuego, donde muestra un interesante contraste entre los edificios en ruinas víctimas del último conflicto en el país, las casas de las familias adineradas y la enorme belleza de los paisajes naturales.Entre los trabajos becados encontramos interesantes propuestas: Mikel Aristregi nos acerca con -40ºC/96ºC a la penosa situación de pobreza, exclusión social y alcoholismo que se vive en Mongolia.Jo Expósito humaniza el tema de la inmigración con Huéspedes de Dios, fotografiando a inmigrantes africanos en su día a día.
Alex Plademunt lanza una nueva mirada a Dubai con DuabiLand, mostrando toda la opulencia de esta ciudad petrolífera como si se tratara de una maqueta irreal.

Marta Ramoneda retrata en Khusra transgénero en Pakistán, la vida de los transexuales pakistaníes que se mueven entre la marginación más absoluta, tratando de sobrevivir cada uno a su manera.

Caracas la sucursal del cielo de Lurdes R. Basolí nos muestra la violencia que se vive a diario en las calles de la capital venezolana.

Con Grandes éxitos, Fosi Vegue se acerca al desmoronamiento de una sala de fiestas mítica en los años 70, que poco a poco ha ido decayendo y perdiendo su esplendor.

miércoles, 28 de abril de 2010

El idiota de Dostoievski crea un nuevo Quijote

Dostoievski es un autor al que se le elogia principalmente una capacidad extraordinaria para comprender el alma humana y las pasiones que mueven a un individuo a comportarse de un modo determinado. No en vano, el autor ruso era gran admirador de Cervantes, y aprendió de forma autodidacta español para poder leer El Quijote en su lengua original, una novela que él calificaba de obra maestra, y con la que se han encontrado paralelismos con El Quijote. Parece ser que el personaje del Quijote inspiró a Dostoievski el del príncipe Mishkin - protagonista de El idiota- un ser cándido y bondadoso, lleno de extrañas fantasías e ideas exaltadas, del que se burla todo el mundo, calificándolo de idiota a pesar de poseer una gran inteligencia. El príncipe Mishkin lleva su bondad a tales extremos que renuncia al amor de la joven Aglaya, por irse con Nastasya, una chica malvada y desgraciada, sólo porque confunde la compasión con el amor. Todo ésto, como se puede esperar, culmina en un final trágico para todos los personajes de la novela. Además, de la habitual maestría del ruso para crear personajes y su prosa excepcional, aprovecha para plasmar algunas de sus ideas sobre la vida: la pena de muerte, la burocracia rusa, la alta sociedad, las diferencias tan marcadas entre pobres y ricos, la democracia..., son sólo algunos de los temas que trata en ésta extensa novela.

martes, 27 de abril de 2010

Daisy Miller de Henry James

Como ahora mismo no tengo muchas ganas de ponerme con un novelón y tenía pendiente conocer a Henry James, autor de Retrato de una dama, he decidido ir abriendo boca con una novelita breve pero muy intensa: Daisy Miller. En apenas unas cien páginas conocemos a la joven Daisy Miller, una norteamericana de viaje por Europa con su madre y hermano pequeño, desenfadada y natural que desafía las estrictas normas sociales del viejo continente. La belleza y el encanto de Daisy no son suficientes para que el joven Winterbourne, enamorado de ella, rompa con los convencionalismos y prejuicios que les rodean. Así, se producen una serie de encuentros y desencuentros entre los jóvenes, que culminan en la mágica y eterna Roma, y en un desenlace trágico e inesperado. Daisy coquetea con los jóvenes, y como ella misma dice: "Si esto es incorrecto, entonces es que yo también soy incorrecta". Daisy es coqueta, frívola e incluso un poco tonta, pero Henry James consigue aún así que la adoremos y admiremos en ella el espíritu combativo de una mujer, que en pleno siglo XIX se atreve a ir contra una sociedad absurda y asfixiante.

domingo, 25 de abril de 2010

Jack London nos traslada con La quimera del oro al corazón de Alaska

Si hay un escritor que consigue engancharme, hacerme olvidar completamente del lugar donde estoy, emocionarme y amar más que nunca la literatura, ese es Jack London. Muchos conocerán al autor norteamericano por ser autor de novelas consideradas juveniles como La llamada de lo salvaje -uno de mis títulos favoritos- o Colmillo blanco. Sin embargo, tengo que discrepar en esa clasificación de autor para niños y jóvenes. Si bien es cierto que es un autor que se disfruta en la infancia, tiene la enorme virtud de que cuando se vuelve a leer a una edad adulta, encontramos un fondo que de pequeños no supimos ver. Ese fondo esencialmente es un profundo amor a la libertad y una añoranza de ese pasado salvaje que todos llevamos dentro fruto de la herencia de nuestros ancestros. El libro que quiero recomendar es La quimera del oro, quizá menos conocido que los anteriores, pero una auténtica joya de la literatura. Se trata de una colección de relatos breves que tienen como eje la fiebre del oro surgida en Alaska que arrastró a muchos hombres hacia esas tierras inhóspitas y heladas, algunos volvieron con inmensas fortunas, mientras que otros perecieron víctimas de su propia avaricia. El libro es una auténtica maravilla, con su inconfundible estilo directo, London nos hace viajar hasta Alaska, sentimos en nuestros huesos el frío polar, el hambre, el cansancio, el miedo; conocemos las ambiciones, debilidades y codicias de esos hombres y mujeres que lo arriesgaron todo por un sueño. London muestra cómo la naturaleza puede ser lo más hermoso del mundo y a la vez lo más implacable.

jueves, 22 de abril de 2010

Tim Burton ofrece una Alicia en el país de las maravillas falseada y descafeinada


Como me imaginaba, la Alicia de Tim Burton deja bastante que desear. Burton imagina una Alicia de 19 años que vuelve al país de las maravillas huyendo de una proposición de matrimonio prácticamente impuesta, allí tendrá que luchar contra la reina roja y el jabberwocky, una criatura monstruosa que tiene atemorizado a todo éste mundo fantástico. ¿Y por qué no me ha gustado? Para empezar porque no se ha guardado prácticamente nada del espíritu de la obra de Lewis Carroll, se dejan en el tintero personajes tan importantes como Humpty Dumty, y los que aparecen son meras caricaturas de los reales, si incluso Tweedledum y Tweedledee llegan a resultarnos simpáticos cuando en la novela son realmente insoportables. Se nota el estilo visual de Burton, aunque muy depurado por la factoría Disney, pero donde sí que se nota el tijeretazo que ha metido la gran factoría de la animación es en el carácter original, macabro y cínico del director, que en ésta película ha desaparecido por completo. La historia termina siendo así la típica película Disney para niños: animalitos buenos que hablan y ayudan a la protagonista y malos malísimos contra los que luchar, carreras contrareloj y una batalla final en la que está cantadísimo quién saldrá ganando, además de un ridículo e innecesario bailecito a cargo de Johnny Depp. A pesar de ello tengo que reconocer los logros del film: de un lado unas imágenes sorprendentes y sobretodo, y una vez más, una actuación impecable de Johnny Depp, lo mejor sin duda de la película, junto a Helena Bonham Carter, que está también muy bien. Lo cierto es que si olvidamos que la película está inspirada en las novelas de Lewis Carroll y si olvidamos que la dirige Tim Burton, puede llegar a resultar divertida. Sin embargo, me parece que exige olvidar demasiadas cosas.

miércoles, 21 de abril de 2010

La auténtica Alicia, la de Lewis Carroll

No quiero entrar a valorar la película de Tim Burton antes de haberla visto -de éste fin de semana no pasa-, pero me da la impresión de que de nuevo se desvirtúa la obra de Lewis Carroll. Todo el mundo conoce Alicia en el país de las maravillas, unos cuantos menos su continuación, Alicia a través del espejo, pero son pocos los que han leído las obras originales de Carroll. La mayoría conocemos a Alicia a través de las versiones infantiles que se han hecho del cuento, la serie de dibujos animados que se emitió hace años en España o la película de Disney. Con motivo del estreno del film de Burton -del que, por otro lado, soy una gran admiradora-, me he decidido a releer estas dos novelas que han pasado sin pena ni gloria por nuestro país, mientras que en Inglaterra son verdaderos fenómenos literarios. ¿Y eso por qué? Pues porque son obras eminentemente británicas, hijas de la época y sobre todo el país que las vio nacer. Alicia, pese a nacer como una narración dedicada a entretener a unas niñas, es una obra compleja y de un virtuosismo literario tal, que se ha considerado a Carroll precursor de James Joyce y sus complejos juegos con el lenguaje. Alicia en el país de las maravillas, la obra más conocida, es algo más asequible, sin embargo, con la traducción al español pierde toda su gracia, ya que los juegos de palabras, equívocos, poemas y referencias al imaginario colectivo inglés, son en la mayoría de los casos intraducibles. Ésto se acrecienta en A través del espejo, que Carroll escribió ya pensando en el público, el ingenio que desplega el escritor en esta obra es tal, que pasas más tiempo leyendo las notas a pie de página que el texto en sí. A pesar de ello, que nadie se asuste, Alicia es un cuento encantador, que guarda mucho de la esencia infantil con la que nació, nos retrotrae a la infancia y nos hace soñar. Hay dos lecturas posibles de Alicia, la meramente sensorial, dejándonos llevar por la niña a su mágico país de las maravillas, y la del lector adulto que va más allá del significado superficial de la obra. Para éstos últimos, lo mejor será que se hagan con una buena traducción en una edición crítica, porque algunas traducciones han conseguido desmoronar la obra original. Y volviendo a lo que decía al principio de Tim Burton, me temo que una vez más, despista al público presentando a una Alicia que no existe, embrollando los personajes y dejando tan sólo el esqueleto de una historia que tiene mucho fondo detrás.

lunes, 19 de abril de 2010

Luces de Bohemia de Valle-Inclán en el Teatro Fernán Gómez


Si queréis ir sobre seguro a ver una obra de teatro, que nadie se pierda Luces de Bohemia de Valle-Inclán, que estos días representa la increíble compañía Teatro del Temple en el Teatro Fernán Gómez de Madrid, hasta el 2 de mayo. Para mi gusto, se trata de una de las obras más ricas y creativas que ha dado el teatro español, con unos personajes que nos llevan de la risa al llanto sin mediar transición entre ambos sentimientos. La compañía ha sabido llevar a escena esta grandísima obra de la manera más creíble posible, con un escenario milimalista que nos permite recorrer con los personajes los rincones de Madrid por los que peregrina su protagonista, Max Estrella, poeta ciego, desengañado de la vida. Sin duda, y como suele suceder con las grandes obras, lo mejor de Luces de Bohemia, es que al escuchar las palabras de sus personajes, sus críticas a la sociedad española, a los políticos, periodistas, artistas, empresarios... al país en sí en definitiva, nos parece que la obra haya sido escrita ayer mismo. Hablando de la beatería española se queja Max: "Este pueblo miserable, transforma todos los grandes conceptos en un cuento de beatas costureras. Su religión es una chochez de viejas que disecan al gato cuando se les muere". De especial intensidad y actualidad es el diálogo de Max con un obrero preso, dice éste: "En España el trabajo y la inteligencia siempre se han visto menospreciados. Aquí todo lo manda el dinero". Pero sin duda, la frase más rotunda la pronuncia Max hacia el final de la obra: "España es una deformación grotesca de la civilización europea". Como si Valle-Inclán la hubiese escrito ayer mismo.

viernes, 16 de abril de 2010

¿Por qué ganó tantos Oscar En tierra hostil?


Por fin he visto
En tierra hostil, la oscarizadísima película de Kathryn Bigelow. Iba ya preparada, habían sido muchas las críticas negativas, aunque también había algunas que la calificaban de gran película. Bien, ahí van mis calificativos para ella: aburrida, monótona, carente de argumento, machista, insensible y absurda, sólo por poner algunos. Pero vayamos por partes, el principal y mayor error de la película es el de intentar retratar el día a día de los artificieros del ejército estadounidense en Irak atendiendo sólo a la espectacularidad de las imágenes y las explosiones. En ningún momento se profundiza en el conflicto, baste ver el cabreo que llevan algunos miembros del Ejército reflejado en este estupendo reportaje de El Mundo que recomiendo que leáis: "no es demasiado creíble", "no han hecho un gran trabajo", "más que realista, termina siendo ridícula", "ni siquiera refleja bien la situación en Bagdad", "no entiendo a qué viene tanto premio", son sólo algunos de los comentarios que han hecho los militares tras ver la película. Y es que como comentaba antes, Bigelow se ha limitado a las explosiones, a movimientos de cámara continuos que pretendían transmitir realidad, y que acaban cansando al espectador, a unos personajes planos, machistas y soeces con los que no logramos empatizar, y a un total ninguneo hacia el pueblo iraquí. Viniendo de una mujer es doblemente escandaloso el machismo que rezuma la película, los diálogos de la misma están a la altura del que tendría un grupo de mandriles en celo -con perdón hacia los mandriles, que seguro que tienen conversaciones mucho más apasionantes-: "Mi problema es que la chica que me gusta quiere tener hijos", dice uno de los protagonistas; "Pues dale tu semen, joder", le contesta otro, sobran las palabras. Por otro lado, los iraquíes aparecen como una panda de terroristas -todos ellos-, seres poco desarrollados y asalvajados, en ningún momento se nos presenta el drama que viven tras la guerra, un terrorismo que ellos viven en primera persona y todos los padecimientos derivados de la ocupación extranjera. Supongo que deshumanizándoles se justifica el trato degradante que les dan los militares en la película, y el que se les mate, total, son menos que un ser humano. Pero el acabose de la película es que ésta carece de argumento, empieza con la desactivación de una bomba, y continúa así hasta el final de la misma sin un hilo conductor coherente, por lo que a la tercera o cuarta bomba, estás ya más que harto y sólo deseas que termine ese cúmulo de despropósitos. Lo peor de todo es que una película como ésta en la que se dice que "la guerra es una droga" haya acaparado seis Oscar, y que una maravilla como Invictus de mi adoradísimo Clint Eastwood, que es un canto al perdón, a la paz y a la reconciliación, se haya ido con las manos vacías. Si ese es el criterio de Hollywood, y por extensión de la sociedad norteamericana, si consideran que la guerra y la falta de valores están por encima de la paz, entonces veo claro por qué el mundo está como está.

jueves, 15 de abril de 2010

Joseph Roth retrata la Alemania previa a la llegada de Hitler en La tela de araña

La tela de araña, primera novela publicada por el escritor austriaco Joseph Roth (que no el infumable norteamericano Philip), es una de las más clarividentes que he leído nunca. Publicada en 1923 en un periódico vienés, días antes del fallido golpe de estado de Hitler conocido como putsch de Munich, alertaba del creciente nacionalismo alemán, la decadencia de la República de Weimar y el creciente clima de violencia que se estaba generando en Alemania. Roth se plantea hasta qué punto las circunstancias pueden llevar a un pueblo entero a desear un gobierno totalitario, y la respuesta nos viene dada siguiendo las visicitudes del protagonista Theodor Lohse. Lohse es desde pequeño un ser de inteligencia media que no puede dejar de sentir envidia por los logros de los demás, canalizando ese odio especialmente hacia los judíos: el niño de clase que logra las mejores notas, su jefe que tiene una preciosa mujer de la que está enamorado... "Husmeaba Theodor judíos en cuanto se topaba con alguien que descollase". Lohse se aburre, es uno de los tantos oficiales alemanes que fueron desmilitarizados tras la Primera Guerra Mundial por los tratados firmados por los vencedores. Por ello, se convierte en agitador, espía y si es necesario, asesino, de un grupo clandestino de extrema derecha. A su alrededor se van sucediendo los personajes y las penurias que tienen que sufrir los alemanes, víctimas del hambre, de un gobierno y unas fuerzas del orden corruptas, y un clima de violencia extrema que acaba por contagiar a toda la población. En poco más de 100 páginas Roth logra hacer un retrato certero del clima que se vivía en Alemania antes de la subida al poder de Hitler, y lo hace con un estilo sencillo y muy visual que atrapa desde la primera página. Cierto es que la novela no es aún una de las obras maestras que le encumbrarían, pero ya se nota en el ella el brillo del genio. No puedo dejar de dar un par de apuntes sobre la triste vida de Joseph Roth, abandonado por su padre antes de nacer, exiliado primero de Alemania y después de Austria con la llegada de los nazis por su condición de judío y sus ideas contrarias al régimen dictatorial, sus obras fueron quemadas por los nazis, su familia desapareció en un campo de concentración, su mujer que sufría de esquizofrenia fue asesinada por la eutanasia legal que permitía a los nazis eliminar a los enfermos mentales, anduvo exiliado de un país a otro de Europa sin encontrar una nueva patria, y finalmente, murió totalmente alcoholizado en París.

miércoles, 14 de abril de 2010

Fin de David Monteagudo, suspense y entretenimiento sin pretensiones

Pese a que recomiendo la lectura de Fin de David Monteagudo, que nadie se llame a engaños, se trata de una novela entretenida de suspense e intriga psicológica que engancha desde la primera página hasta el final, pero eso es todo. Que nadie espere encontrar una gran novela, porque ésta contiene fallos y muchos. Para empezar, y aunque sea destacable la historia por su originalidad y trama bastante bien llevada, el lenguaje utilizado por el autor arruina en parte su trabajo. Hay algunas erratas, y sobretodo, se nota una falta de relectura y de corrección en el estilo, que hace que éste sea pobre y repetitivo. Los personajes son algo planos y algunas de las situaciones y diálogos que se plantean son meros tópicos. Una vez dicho ésto, pasemos al argumento, lo mejor de la novela. Un grupo de amigos de la adolescencia que ha perdido el contacto, vuelve a reunirse 25 años después en un refugio de montaña. Cuando eran jóvenes pasó algo terrible con un miembro del grupo, lo que les hizo separarse. Una vez en el refugio, comienzan los roces entre ellos, y en ese momento empiezan a sucederse fenómenos extraños: una luz cegadora inunda el cielo, los aparatos eléctricos dejan de funcionar, los animales parecen adueñarse de la tierra y no hay ni un sólo ser humano en los alrededores excepto ellos. Pero lo peor de todo, es que poco a poco y de manera inexplicable, van desapareciendo uno a uno los miembros del grupo. Como veis es un argumento que puede recordar a otras novelas o películas, pero es cierto que el autor consigue mantener el suspense y las páginas van pasando a toda velocidad intentando desentrañar el misterio. Sin embargo, tengo que añadir otro pero, el final no resuelto y un tanto precipitado de la novela y el constante intento del autor de escribir como si se tratase de un guión de cine. Así que lo dicho, entretenimiento sin pretensiones.

miércoles, 7 de abril de 2010

Desde mi cielo supera con creces a The lovely bones


The lovely bones
de Peter Jackson no es en absoluto una mala película, tal y como han criticado muchos, el principal problema que tiene es el de querer adaptar una novela escrita por Alice Sebold-en español titulada Desde mi cielo- difícil de llevar al cine, y de una complejidad excesiva. A pesar de ello, los protagonistas de la película están más que correctos, con la insuperable presencia de Susan Sarandon, que con su sola aparición hace que valga la pena ver el film. Así que, lo dicho, una película recomendable si no se ha leído el libro previamente. Dicho esto, creo que si hay que elegir me quedaría sin dudarlo con la novela. Desde mi cielo es una original novela en la que la narradora es Susie Salmon, una niña que nos habla de su vida y de sus sentimientos desde su cielo particular, después de haber sido asesinada por un asesino en serie. Además de lo original del planteamiento, la novela es muy emotiva, sin caer en sentimentalismos facilones, de hecho, tiene algunas escenas duras que obviamente han suprimido en el film. El desmembramiento de la familia de Susie, y cómo cada uno a su manera hace frente a la tragedia que les ha tocado vivir, son tratados aquí desde el punto de vista de la niña que no es capaz de abandonar del todo la tierra.

lunes, 5 de abril de 2010

Viena: entre el clasicismo y la modernidad

Recién llegada de Viena, aún no he podido desprender de mi retina las imágenes de una ciudad hermosa y señorial como pocas. Sus edificios palaciegos, sus calles limpias y silenciosas, nos llevan a otra época. No nos dejemos arrastrar por los tópicos, Viena es mucho, muchísimo más que Sissí o sus famosas tartas, en ella se unen la historia y la cultura, fundiéndose el pasado con el futuro.
De un lado los increíbles palacios de los Habsburgo, de otro, el legado gótico presente en su catedral o en pequeñas y románticas iglesias que parecen sacadas de un relato decimonónico. Y del pasado al presente, la increíble colección de pintores expresionistas: Klimt, Schiele y Kokoschka, y el arte en constante movimiento, presente en el sinnumero de galerías y museos dedicados al arte más rompedor y actual. Entre los lugares que no pueden dejar de visitarse después de haber cumplido con el itinerario turístico de rigor: el Museo de la resistencia austriaca -el terror nazi en primera persona, con sus víctimas como protagonistas a modo de merecido homenaje-; las catacumbas de la catedral, cuando toda la plaza que la rodea era un enorme cementerio; el Museo Leopold -pintores austriacos de primer orden como los ya nombrados Klimt, Schiele, Kokoschka, o Kolo Moser y Richard Gerstl.
Tampoco podemos olvidarnos de la casa de la música -Beethoven, Mozart, Strauss, Schubert... pusieron música a la vida vienesa; Hundertwasserhaus, un curioso proyecto de edificios pintados de colores y donde la curva y las formas desiguales son las protagonistas.
Y sobre todo, mi mejor recomendación es salirse de los itinerarios marcados y callejear, buscar, husmear, porque en el rincón menos pensado, podemos encontrar ese algo que nos emocione.* Las fotos de este post son todas mías, tomadas durante el viaje*