martes, 2 de diciembre de 2008
El desafortunado regreso de Guns'n'Roses
Catorce años ha tardado Axl Rose en sacar el nuevo álbum de Guns'n'Roses, un grupo idolatrado en los 90 por cientos de jóvenes que vieron en la banda el resurgir del rock'n'roll. Una esperanza efímera, pues tras los bombazos de Lies, Appetite for destruction y Use your Illusion I y II, el grupo se disolvió. El resto han formado otras bandas con mayor o menor repercusión, aunque siempre bajo la sombra de Guns -imposible de igualar- como Adler's Appetite o Velvet Revolver.
Axl ha vuelto con una banda de estudio, y con un disco plano y sin pasión. Se nota que lo que hace ya no le entusiasma como antes. La ausencia de Slash tampoco ayuda mucho, las guitarras son ahora vulgares y sin fuerza, y es que sustituir a Slash no es tarea fácil.
El disco Chinese Democracy se queda en una tediosa sucesión de temas mas o menos ruidosos, en los que la voz de Axl ha perdido totalmente su brillo y agudeza de antaño, nada que ver con lo que fue la banda en sus mejores tiempos.
¿Era necesaria esta vuelta? Más bien no, Axl utiliza comercialmente el nombre de una banda de la que ya sólo queda él y ningún tipo de originalidad ni calidad musical. Me temo que tendremos que seguir escuchando los viejos y gloriosos discos de Guns.
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