viernes, 2 de octubre de 2009

La soledad de los números primos de Paolo Giordano

Desde hace un tiempo no paro de ver La soledad de los números primos de Paolo Giordano por todas partes: en las librerías, en las listas de los libros más vendidos... Tanto éxito me parece excesivo. Esta primera novela del jovencísimo autor italiano de 27 años ha recibido el Premio Campiello Opera Prima y el Premio Strega. Sin embargo, su punto más débil son los continuos altibajos de la trama, hay momentos de gran intensidad, pero en otras ocasiones, parece que pierde el rumbo y el hilo de lo que está contando. Su punto fuerte es que es una novelita que engancha y muy entretenida, ideal para esos momentos en que se quiere leer sólo para desconectar -a mí me ha venido fenomenal para descansar de Bomarzo de Manuel Mujica Láinez, que aunque es una grandísima novela, es demasiado extensa y compleja como para no necesitar un descanso. La historia se sale del típico chico conoce chica, de hecho, no puede decirse que sea estrictamente una historia de amor, o si. Mattia y Alice se conocen, y saben que son almas gemelas, pero inevitablemente se ven separados una y otra vez. Que Alice sea anoréxica y que Mattia se automutile por un gran complejo de culpa por haber abandonado a su hermana gemela con retraso, no ayuda mucho a que sus vidas sean ideales. Se ha incidido mucho en que el autor, licenciado en Física teórica, utiliza los números primos como metáfora de la especial relación de los protagonistas, sin embargo, que nadie se asuste, realmente es algo anecdótico. Lo realmente importante son los sentimientos de los dos jóvenes que se sienten solos y apartados de un mundo del que no se sienten parte. Sinceramente, aunque me ha entretenido la lectura, no he conseguido identificarme con los personajes, algo que considero fundamental en cada lectura. Tanto mensaje negativo, tanto ver el mundo como un entorno hostil no va nada conmigo. Además, los personajes no luchan por lo que quieren, dejan pasar las oportunidades de la vida y se escudan en un dejar fluir, en que las cosas vayan sucediendo sin más. Teniendo en cuenta que mi máxima es que si quieres algo debes luchar a muerte por ello, es obvio que el mensaje desesperanzador y fatalista de la novela no me ha convencido mucho.

2 comentarios:

  1. Estoy contigo en que todos procuramos luchar por lo que queremos, pero hay circunstancias que te atrapan y te resulta difícil salir de ellas o te acomodas en un dejar fluir.

    Por cierto, por fin descubría a Bunbury y me ha enganchado.

    Saludos de Estelius.

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  2. Me alegro por lo de Bunbury, a mi me parece un gran músico y ha hecho muchas cosas buenas y muy variadas.

    En cuanto a lo del libro, si lo has leído verás que mi crítica va más por cómo están construídos los personajes, que no han conseguido engancharme mucho a la historia.

    Muchos besos Estela, me alegra verte por akí de nuevo.

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