miércoles, 23 de septiembre de 2009

Botchan de Natsume Soseki

Ya lo he dicho más de una vez, introducirse en la literatura japonesa es meterse en un mundo totalmente diferente. Sí, más rígido y marcado por la tradición y las normas, pero también con unos valores que tanto se está lamentando Occidente de haber perdido, y un amor por la naturaleza y lo bello que nosotros jamás podremos entender. Baste una anécdota que me impactó muchísimo. El autor de Botchan, Natsume Soseki, estuvo viviendo en Inglaterra tres años ya que había recibido una beca del gobierno japonés para estudiar allí. Nunca se adaptó a la sociedad británica. Un día invitó a uno de sus compañeros de estudios a contemplar cómo caían los copos de nieve. Éste se burló del japonés junto al resto de los estudiantes. Esta panda de mal educados quizá no supo jamás que en Japón invitar a una persona a contemplar cómo cae la nieve es signo de respeto y amistad hacia la otra persona. Sensibilidades aparte, Botchan -que quiere decir niño mimado- es una novela hilarante, perfecta para aquellos que aún no se hayan adentrado en la literatura japonesa. Cuenta la historia de un joven que ha sido mimado hasta el extremo por su aya, y que tiene que marcharse a dar clases a una escuela de un pueblo recóndito de Japón, siendo que él vive en Tokio. Nada más llegar pone motes a todos los profesores, sin embargo, es él el que recibe las continuas burlas de éstos, y especialmente de sus alumnos, que sin ninguna piedad se lo hacen pasar bastante mal. El protagonista a veces llega a darnos lástima, otras despreciamos su incultura y sin embargo sus aires de superioridad, pero todo ello sin poder parar de reír. Si Botchan destaca por algo es por su humor, no en vano es una de las obras más leídas de Japón. Natsume Sōseki es de hecho uno de los escritores más importantes de Japón, y su estudio es obligatorio en los colegios. Además, el gobierno japonés incluyó en 1984 su efigie en los billetes de 1000 yenes. Pero que esto no asuste a nadie, Botchan es una obra de juventud, y como tal, se lee casi sin darse uno cuenta. Es entretenida, es ágil, y sobre todo muy, muy divertida.

2 comentarios:

  1. Pues mira, el primer comentario a este post llega dos años después. Pero es que terminé de leer el libro hace poco, e inmediatamente vine a ver tu comentario, ya que estaba segura de que lo habría.

    Lo cierto es que es un libro peculiar y divertido y comparto todo tu post.

    A mí me mosqueó bastante la anécdota aquella de los estúpidos que se rieron porque les invitó a ver caer la nieve.

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  2. Pues sí, una pena que esta entrada no haya interesado más. Yo me divertí mucho leyendo el libro, y es verdad, el pobre debió pasarlo fatal en Londres. Bss

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