domingo, 27 de septiembre de 2009
Un Tarantino muy poco inspirado en Malditos bastardos
Tarantino es Tarantino, o se le odia, o se le ama, no suele haber términos medios. Por eso me ha sorprendido mucho que tantos acérrimos defensores del director -entre los que me encuentro- nos hayamos tirado de los pelos ante Malditos bastardos, mientras que mucha gente a la que sus anteriores films no les habían apasionado tanto, alaban ésta última película como una genialidad. Baste darse una vuelta por internet para ver las enconadas discusiones sobre el film. No voy a decir que sea todo negativo en él, de hecho, si no fuera de Tarantino hasta tendría su punto, pero es que a Tarantino a estas alturas hay que exigirle bastante más. En este film se limita a servirnos unas soporíferas dos horas y media de diálogos interminables, secuencias que no encajan entre sí, historias absurdas y sobre todo, una película de un humor bastante chabacano, que, salvando obviamente las diferencias, me ha recordado a films de humor tan deplorable como Top Secret, por poner un ejemplo. Recientemente ya conté que había leído la novela Sin destino, en la que se cuenta con toda la crudeza de la realidad, la experiencia de un adolescente en un campo de concentración nazi -algo que vivió realmente su autor-. después de esto, banalizar el tema de la II Guerra Mundial me parece un error bastante tonto. Tarantino pone a Hitler y compañía como una panda de imbéciles, y según su mundo paralelo, acabar con ellos podría haber sido lo más fácil del mundo, vamos, que murieron un montón de personas porque sí. De otro lado tenemos los puntos positivos que básicamente se centran en las actuaciones de los actores, principalmente el tan alabado Christoph Waltz y un divertidísimo Brad Pitt que demuestra una vez más que se mueve como pez en el agua en la comedia. Sí, hay momentos divertidos, pero muy pocos. Sí, hay casquería y tiros a mogollón, pero poco. Los elementos reconocibles del cine de Tarantino están ahí pero disueltos en las dos horas y media interminables de duración del film y en diálogos que en otras películas eran ágiles y divertidos -quién no se acuerda del diálogo de las hamburguesas en Pulp Ficcion, o en la increíble escena del corte de la oreja en Reservoir dogs donde las palabras sobraban, y qué decir de cualquiera de los ingeniosos diálogos de las chicas de Death Proof. Sí, tengo que decirlo, Tarantino me ha decepcionado en esta ocasión, creo que se regodea demasiado en sí mismo y que ha perdido la frescura de sus anteriores trabajos donde no quería ser tan pretencioso, tan sólo divertirse y divertir al público. Una pena. Lo único que espero es que vuelva a lo que sabe hacer y se deje de experimentos.
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Ja, ja, qué poco te ha gustado. Yo no puedo estar más en desacuerdo contigo, Carol. A mí la película me encantó, me parece atrevida, ágil, gamberra, con un sentido del humor muy irreverente. Yo creo que la has visto un mal día y que quizá deberías darle una segunda oportunidad dentro de un tiempo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Carol¡ una vez más disentimos (ni ir a ver las pelis juntos funciona ya)... En esta ocasión, creo, que las altas expectativas te traicionaron esta vez. En esta Tarantino hace lo de siempre... y no le sale tan bien como en sus primeras pelis pero no tan mal como en las últimas. Abrazotes¡
ResponderEliminarJa ja, ataque a dos bandas, debería haberlo imaginado, pero no me rendiré no! Soy megafan de Tarantino, pero por eso no voy a reirle todas las gracias. Sí, quizá esperaba demasiado, para mi Death Proof fue un peliculón. De todos modos, es más divertido cuando no estamos de acuerdo, que por lo menos así nos echamos unas risas, y animamos el ambiente carcelario.
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