domingo, 6 de septiembre de 2009

La visita turística de Isabel Coixet a Japón con El mapa de los sonidos de Tokio


El mapa de los sonidos de Tokio
de Isabel Coixet me ha provocado sentimientos encontrados. De un lado, es una directora a la que sigo desde hace tiempo y cuyas películas siempre me han parecido llenas de grandes historias, de una gran sensibilidad y de personajes envidiablemente construidos. Baste nombrar Mi vida sin mi o La vida secreta de las palabras. Sin embargo, creo que en este caso, queriendo hacer algo diferente a lo que nos tiene acostumbrado -cine más próximo al indie anglosajón- ha patinado. En El mapa de los sonidos de Tokio las imágenes son preciosas y cuidadas, el sonido excepcional, pero se ha olvidado de lo más importante: la historia y los personajes. La historia se puede resumir en una asesina a sueldo que se enamora del hombre al que tiene que matar. Los personajes son totalmente planos y están meramente esbozados, no sentimos ninguna empatía con ellos, y cuando muere uno de los personajes principales de la película no sentimos absolutamente nada. Además, el abuso de la voz en off y de los momentos que la asesina pasa con un anciano que recoge los sonidos, ralentiza el ritmo y hace perder un tiempo valiosísimo que hubiese servido para conocer mejor a los protagonistas. Además, la película de Coixet parece más la visita turística de una española a lo más exótico de Japón -los hoteles temáticos, el karaoke, el mercado del pescado, el sushi, las luces de neón..-, algo que ya le ocurriera a Sofía Coppola en Lost in Translation, que a una verdadera película que intente reflejar lo que es Japón y sus gentes. Cualquiera que haya visto cualquier film o haya leído cualquier libro japonés se dará cuenta en seguida de que Coixet no ha sabido plasmar en absoluto más que una serie de tópicos, en ocasiones me parecía estar viendo más que una película, un programa del tipo Españoles en el mundo. Y por último, y quizá el más garrafal de los desaciertos, es que Coixet ha copiado sin ningún pudor al director Won Kar-Wai -2046 o Deseando amar-. Esos trenes que pasan continuamente, el tipo de música, los fideos, el estilo visual, los amores imposibles y desgarradores... pero es que Coixet no es Won Kar-Wai. Esperemos que este haya sido sólo un traspiés en una sólida carrera, que Coixet se deje de experimentos y de tours turísticos, y vuelva al cine de sentimientos, personajes y largas conversaciones que tanto me gustaba.

2 comentarios:

  1. Huola, ya estoy por aquí :) Solo una cosilla, me ha dado por ver el video que tienes en el sidebar y da un error ya que lo han retirado de youtube. ¡Salud!

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  2. Hola! Bienvenido de nuevo, gracias por lo del video, qué pesados son el youtube retirando videos, a ver si consigo encontrar el mismo.

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